Los Cardenales de San Luis, por la Liga Nacional, y los Medias Rojas de Boston, por la Liga Americana, se disputarán a partir del miércoles 23 de octubre, la corona de las Grandes Ligas.-
La ventaja, aparentemente, la tiene en estos momentos la divisa de los Medias Rojas de Boston.
Y esa ventaja es porque la Liga Americana ganó el Clásico de las Estrellas de julio pasado, y por ende, la novena en los dos primeros desafíos de la Cita de Otoño los jugará en su casa, y en este caso, la divisa de los Medias Rojas al superar en seis sensacionales desafíos a los Tigres de Detroit, tiene en su bolsillo la llave para abrir la Serie Mundial en el Fenway Park, un escenario en donde los ‘’patirrojos’’ de Boston son casi que imbatibles. O por lo menos, lo han sido en las últimas presentaciones.
Otro gallo cantará a partir del tercer compromiso, cuando los Medias Rojas se desplacen a San Luis, para jugar en el Busch Stadium, de los Cardenales, en donde cualquier cosa puede suceder, más en favor de la novena de casa que para los visitantes. Y en este escenario se harán los partidos tres, cuatro y cinco. Y sin son necesarios el seis y el siete, se volverá al Fenway Park, de Boston.
Pero bueno. Aquí estamos es para hablar de la Serie Mundial de este 2013, cuando los Medias Rojas de Boston, por la Liga Americana, y los Cardenales de San Luis, por la Liga Nacional, tienen en sus manos la conquista de la corona de laureles del Clásico de Octubre, con dos novenas que han dado muestras de contar, en sus respectivas nóminas, con la clase de peloteros que merecen estar en cualquier plantilla de las mayores.
Y también para recordar, como si fuese hoy, que los Cardenales van en busca de la revancha, ante la derrota que sufrieron a manos de los Medias Rojas, en aquella Serie Mundial de 2004, cuando los de Boston, después de 86 años, volvieron a conquistar un título de Serie Mundial, y fue tan demoledora su actuación, que hablarse hoy día de revancha, es apenas lo poco a lo que pueden aspirar los muchachos de San Luis.
Tanto los Medias Rojas como los Cardenales han logrado capturar dos títulos en lo que va de este nuevo siglo, por lo que el triunfador de la contienda en esta oportunidad, se encumbrará como el primer equipo en alcanzar la diadema mundialista en tres ocasiones, en este milenio.
De los Cardenales
Mike Matheny debe sentirse más que orgullo por lo que han hecho sus pupilos en todos los frentes, tanto a la ofensiva, bateando en la final para 211 colectivamente, bajo para lo que se esperaba de ellos; como a la defensiva, con una sola pifia en los seis encuentros finales, para un promedio de 987, muy bueno si se tiene en cuenta que tuvo un total de 237 lances; y la solidez de su cuerpo serpentinero, con 2.09 carreras limpias por juego, en la gran disputa frente a los Dodgers de Los Ángeles, superando en todo a sus rivales de ese momento.
No hay la menor duda que el boricua Carlos Beltrán, quien después de 16 años de estar en la Gran Carpa por primera vez llega a la disputa de una Serie Mundial, es la tea que mantiene encendido a unos Cardenales que saben lo que es ganar una corona del Clásico de Octubre.
Detrás de Beltrán, peloteros como Daniel Descalso, Matt Carpenter, Matt Adams, el también boricua Yadier Molina, Jason Jay y Matt Holliday, para apenas citar a los que están por lo regular en cada planilla de juego, son quienes secundan la estupenda labor serpentinera de las nóminas abridora y relevista del equipo.
Haberse podido quitar de encima en seis compromisos a los Dodgers, dicen mucho de los Cardenales. Y más aún, cuando se aplica la constante de que fabrican carreras en los momentos que más las necesitan, para superar a sus rivales de turno, como efectivamente lo lograron frente a los encopetados Dodgers de Los Ángeles.
Y decimos que Matheny debe estar más que satisfecho por lo que han alcanzado sus muchachos, porque recibir de Tony LaRussa la banca de estratega, luego de ganar las Series Mundiales de 2006 y 2011, no era cosa de poca monta; y en los dos años en que ha estado al frente de la novena, sin su estrella Albert Pujols, cuya ausencia en la nómina permitía que la crítica dijera, sin razón por cierto, que los Cardenales habían perdido su enfoque ganador, el club ha respondido con creces en la competencia.
De los Medias Rojas
De aquel desastre septembrino de 2011 cuando comandaba la tropa Terry Francona, el mismo estratega que había guiado a los Medias Rojas a los títulos de las Series Mundiales de 2004 y 2007, y que ocuparon el frío sótano en el 2012 cuando Bobby Valentine estuvo al frente del barco, lo que ha hecho John Farrel, es digno de todos los elogios.
Cuando concluyeron las acciones de la etapa de entrenamientos primaverales, los Medias Rojas no ocupaban posiciones de privilegio entre los críticos, y si bien eran calificados como buenos, en términos generales, estaban ocupando la tercera casilla en opciones de la división Este de la Liga Americana.
Pero la hoja en blanco con que iniciaron sus actuaciones en este 2013, la apuntalaron para ganar el título de la división; destrozar a los Rayas de Tampa en la serie divisional; y luego, vencer a los difíciles Tigres de Detroit, divisa que mantuvo su promedio ofensivo por encima de sus rivales de turno, al compilar 254 puntos contra 202 de los muchachos de Boston.
Un tablazo de cuatro esquinas cuando la casa estaba llena, con dos lanzamientos buenos en su contra y con el rápido dominicano José Veras en la lomita de los Tigres, en plan de relevista, Shane Victorino, el pelotero hawaino que fue adquirido para esta temporada, fue el encargado de despachar el sólido batazo que superó el famoso ‘’monstruo verde’’ de Fenway Park, para que los Medias Rojas cargaron con los honores de ser nuevamente campeones de la Liga Americana, y verse en la Serie Mundial frente a los Cardenales de San Luis.
John Farrel había asegurado en ese momento la corona de su circuito, pero al mismo tiempo, mostraba que su paciencia, el tacto que había aplicado para manejar a tantas estrellas juntas sin que nadie se sintiera despreciado y dejándolos jugar a sus anchas el béisbol, fueron las cosas que finalmente le ofreció los enormes dividendos que le permiten llegar a la Serie Mundial.
Es que contar en la nómina con hombres como Mike Napoli, Dustin Pedroia, Johnny Gómes, Jacobo Ellsbury, David Ortiz, Stephen Drew y Shane Victorino, para contar con los peloteros que regularmente aparecen en la planilla de los partidos, cuyos egos y semblanzas son tan diferentes que nadie puede negarlos, no es nada fácil la tarea de repartir las cartas en cada compromiso.
Cara o sello
Para los entendidos, esta Serie Mundial próxima a iniciarse, tiene la impronta característica de cara o sello, para que se pueda hablar de las posibilidades de escoger a un ganador. Y en este aspecto, no sobra repetir lo que tantas veces se ha dicho sobre el juego del béisbol: en una cita de siete partidos, el club que tenga tres formidables abridores y una verdadera consistencia entre los brazos de los relevistas, tiene un buen hándicap a su favor.
Para que vean que las cosas son de ese tamaño, les ofrecemos estos numeritos que hablan por sí solos: las dos novenas ganaron en sus respectivas ligas 97 partidos contra 65 derrotas, ambas, con el título de ser las mejores en cada circuito; en las series divisionales, los Medias Rojas ganaron tres de cuatro compromisos frente a los Rayas de Tampa; los Cardenales triunfaron en tres de cinco oportunidades frente a los Piratas de Pittsburgh; los Medias Rojas superaron a los temibles Tigres de Detroit en cuatro de los seis partidos efectuados; los Cardenales vencieron a los encopetados Dodgers de Los Ángeles, en cuatro de los seis encuentros efectuados; y ahí van, así mano a mano, no hay duda de ello.
Empero, con el temor una vez más de equivocarnos, seleccionamos a los Cardenales de San Luis para triunfar en esta Cita de Otoño, por una convicción beisbolera, por considerar que el club hace las carreras que necesita en el momento propicio; que corren las bases con la intuición de llegar a la almohadilla siguiente, con peloteros que saben cómo tomarle ventaja a los lanzadores para salir en busca del siguiente cojín ; en aplicar el juego de la malicia para el bateo corrido, en fin, porque la solidez de todas sus líneas, hacen de la divisa un rival de jerarquía y pergaminos.
Respetamos a los Medias Rojas, y eso seguramente lo saben muy bien los Cardenales. Los de Boston se las traen, y lucharán a brazo partido en procura de la conquista de la tercera corona de Serie Mundial en este nuevo siglo, algo que para ellos significa mucho, y en especial para sus seguidores.
Los Cardenales con la solidez que exhibieron en las finales contra los Dodgers, dejando su guarismo serpentinero en 2.09 carreras limpias por juego contra 3.06 de los Medias Rojas; la acumulación de 42 inatrapables contra 39 de sus rivales y sus 50 ponches recibidos contra 73 de los ‘’patirrojos’’ de Boston, esos numeritos respaldan, por el momento, nuestra apreciación sobre el posible ganador.
Los Medias Rojas, no lo duden un solo instante, tienen con qué cambiar las estadísticas en esta contienda de la gran final, pero ello tienen que demostrarlo en el campo de juego, porque a los Cardenales no pueden superarlos como lo hicieron frente a los Tigres, club que bateando mejor, con 254 de promedio ofensivo, con más inatrapables conectados, al compilar 50 indiscutibles y con menos ponches recibidos, apenas 42 contra 73 de los Medias Rojas, no encontraron el camino de las victorias en los momentos decisivos, pues apenas anotaron 18 carreras contra 39 de los actuales campeones de la Liga Americana.
Sin embargo, en el béisbol nadie gana antes de que se fabrique el último out de la última entrada, o como decía Yogi Berra, el inmortal receptor de los Yanquis de Nueva York, ningún juego se acaba hasta cuando se acaba.
En medio de todas esas apreciaciones, consideraciones y numeritos, nos inclinamos en creer que los Cardenales están para ganar la Serie Mundial. Pero como es obvio, a lo mejor, los Medias Rojas nos dan una bofetada y se salen con las suyas.
Por eso, cualquiera de las dos novenas que escojan, estimados lectores, para ser posible triunfadora de esta Serie Mundial no es cosa perdida, y por lo tanto, se juegan a cara y sello, pues no queda otra cosa que esperar a que gane el mejor que actúe sobre los diamantes.
Por lo pronto, ya estamos en esta Serie Mundial de 2013, y el ganador se conocerá antes de que concluya este mes de octubre.