La historia única de Colombia y sus bemoles

Cuando escucho hablar a la escritora y feminista nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie del peligro de una historia única al referirse a la historia que se teje sobre el África y que se le cataloga como el continente de la miseria, de las guerras y otros apelativos negativos y no miramos la otra cara de la moneda ni las causas históricas de los hechos para entender la realidad del presente, se me vienen a la mente algunos paralelos que suceden en Colombia, sobre los cuales podríamos hablar.

Sin pretender negar la realidad de las problemáticas que se viven en el África, este continente con independencias recientes será la región del futuro por muchas razones que no viene al caso mencionar y que sobre el particular ya he venido escribiendo.

(Imagen: archivo particular – VBM).

Podría decirse que el tema de la historia única también sucede en Colombia para negar algunos hechos históricos que nos explican el porqué de la problemática en la que vivimos actualmente.

Sin desconocer ciertos aspectos que nosotros habríamos podido heredar de los españoles durante la época de la colonia, lo cierto es que desde allí viene el problema de la mala repartición de las tierras que hoy palpamos en el país.

Hemos conocido una sola versión de la historia de nuestro país que además de guerras de toda índole, de creernos la democracia más antigua de la región, de considerar que unos partidos son mejores que otros, hemos olvido la esencia que como sociedad tenemos y además no reconocemos lo que no se hizo bien, pues es más fácil echarle la culpa al otro y lavarnos las manos como Pilatos.

El discurso que nos dejó el orden internacional de la guerra fría entre buenos y malos, entre comunistas y demócratas occidentales, aún lo vivimos, pero ahora es entre derecha y de izquierda; lo lamentable es que muchos no conocen la diferencia de lo que significan los populismos, el socialismo, el liberalismo y el comunismo, y es más fácil echar todo ello en un solo paquete y titularlo como mamerto comunista si alguien se sale del discurso convencional.

Se nos ha olvidado contar nuestra historia sobre la relatividad, es decir, si la verdad es contada por una persona en particular y las acciones de este ciudadano por el simple hecho de ser ese individuo se le catalogan como correctas, pero contrario sensu, si esas mismas conductas son realizadas por una persona distinta y la verdad se cuenta de manera diferente, entonces se condena, sin tener en cuenta que hay historias y verdades que no se han contado, sino que se han amañado de acuerdo a la conveniencia de unos pocos que controlan el andamiaje del poder y a quienes no les interesa que el statuo quo avance hacia una democracia más incluyente y justa.

La división de la historia y del conglomerado social entre derecha e izquierda, envenena el ambiente socio político, perdiéndose así la perspectiva de un norte en el que se trabaje en conjunto para construir una nueva narrativa en la que el perdón, la reconciliación, la inclusión y la justicia social sean los temas más importantes para alcanzar la paz, el desarrollo y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática.

Es decir, el conglomerado social no entiende en verdad que significa que es derecha o izquierda ni cuáles son sus puntos negativos o positivos, ya que carecemos de verdaderos líderes; y existe, además, un adormecimiento en la nación en la que el populismo nos ahoga, y esa es la historia que no nos cuentan y que tampoco la razonamos.

Por ello, y tomando las palabras de la escritora Chimamanda, vemos que somos influenciables ante una historia, pues el poder es la capacidad de contar no solo una historia al otro sino de hacer que esa sea la definitiva, y allí es donde nos perdemos porque carecemos de verdad, de análisis y de la capacidad de reflexión para escribir una nueva historia que se ajuste a la realidad que vive el país a fin de que podamos avanzar como nación y en unidad.

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Clara Inés Chaves RomeroExdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.

Sobre Clara Inés Chaves

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