La controversial figura de Milei

Lo que siempre nos enseñaron tanto en casa como en el colegio era que los funcionarios del Estado y en particular los ministros y el Presidente de la República deberán ser personas que den ejemplo de honestidad, de buena educación, de respeto y por supuesto personas letradas con una amplia experiencia profesional cuya hoja de vida fuera intachable.

Lastimosamente ese modelo de persona que debe regir los destinos de un país se ha venido perdiendo con el correr del tiempo y esto es un fenómeno mundial.

Recientemente se llevaron a cabo en Argentina elecciones presidenciales en las que ganó Javier Milei a quien lo han relacionado con los nefastos expresidentes Donald Trump y Jair Bolsonaro debido a su populismo, su negacionismo, por ser de ultraderecha y a sus maneras poco dignas por decirlo de alguna manera frente a unos temas puntuales.

Javier Milei. (Imagen: archivo internacional – VBM).

El simple hecho de utilizar la figura del Jefe de la Iglesia Católica Su Santidad el Papa de manera grosera, evidencia su torpeza de mezclar la religión con la política, desconociendo que en un mundo internacional liberal en el que la democracia se impone, y por el rol propio del Papa Francisco quien tiene la obligación de llamar a los líderes mundiales a mirar a los pobres y a que implementen una justicia social, el presidente de Argentina entonces candidato lo usó para desvirtuar lo que la iglesia ha venido predicando desde su creación.

No es sano utilizar la religión para exacerbar los odios y ganar adeptos a una causa, cuando el mundo actualmente en guerra se mata en algunas regiones por ello, esclavizando mujeres o asesinando personas por razones religiosas.

Teniendo en cuenta algunas versiones de prensa y de columnistas, lo que más preocupa es que los niños y los jóvenes en el país del cono sur le dieron el apoyo a Milei, unos porque les parecía que su figura es caricaturesca, y otros porque se parece a un superhéroe de las historietas gráficas.

En un mundo donde hay carencia de líderes, en el que se confunde la libertad con el libertinaje, y en el que no se valora el significado del Estado de Derecho y la democracia con todas sus aristas para una convivencia pacífica, es peligroso que personajes como Milei, Trump, Bolsonaro, Maduro, Ortega, entre otros, pongan en riesgo este orden liberal internacional y nos lleven a la consolidación de un totalitarismo que es lo que pretenden China y Rusia.

Las noticias falsas, la falta de educación política, la demagogia y la pérdida de credibilidad de los partidos políticos han permitido que surjan personajes que se consideran nefastos por su populismo de derecha o de izquierda, exacerbando divisiones y odios, así como un sentimiento carismático de mesias y salvadores de sus países o del mundo, cuando lo que realmente producen es caos, guerras y perdida de la cohesión social.

Los que consideramos que si bien es cierto hay cosas a reformar en el orden liberal internacional para hacerlo más justo e incluyente, también es cierto que no podemos perder los principios que este representa y mucho menos la gobernabilidad y el fortalecimiento del Estado de Derecho que es lo que nos garantiza una sana convivencia, las libertades, y el imperio de la ley.

No podemos seguir retrocediendo para convertirnos en lo que Tomas Hobbes en su obra Leviatán (1651) en la que exponía dos ideas universales: la primera que el hombre es lobo para el hombre, y la segunda, guerra de todos contra todos.

La importancia de fortalecer la democracia, sus bases, educar para crear lideres con conciencia social y para la paz es fundamental en el mundo, de lo contrario si no nos destruye el cambio climático que nos conduce a la asfixia y a la hambruna, nos aniquilamos nosotros mismos al elegir personajes que lo único que buscan es la guerra, el odio entre nosotros y nos aleja de ese contrato social del que habló Juan Jacobo Rosseau en el que se transformó las sociedades a través de la institución de la figura del ciudadano, la consolidación de los derechos individuales, las libertades, el respeto y la razón como principios fundamentales entre los hombres en sociedad.

Quiero terminar esta columna transcribiendo alguna de las frases célebres del gran filósofo que fue Rosseau y que siguen vigente. Él dijo: “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.  La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna. La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla. No conozco mayor enemigo del hombre que el que es amigo de todo el mundo”.

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Clara Inés Chaves RomeroExdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.

Sobre Clara Inés Chaves

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