Colombia ha tenido distintos conflictos desde hace más de 200 años.
A veces olvidamos que en Colombia llevamos cerca de 100 años en conflictos que otros llaman guerra interna y que durante ese tiempo hemos construido una cultura de violencia que no se acaba de un día para otro y que necesitamos del esfuerzo de todos para llegar a una solución.
En el siglo pasado en Colombia tuvimos una sangrienta guerra entre liberales y conservadores en la que nos matábamos por el solo hecho de ser de uno u otro partido hasta que Laureano Gómez en su condición de líder del partido conservador y Alberto Lleras Camargo , como líder del partido liberal se reunieron en Benidorm – España y acordaron lo que se denominó el Frente Nacional, que no era otra cosa que alternar durante 16 años el poder entre estos dos partidos para que los unos votaran por los otros. El desarrollo de este acuerdo tuvo un alcance adicional en el que se asumió el compromiso del partido en gobierno de dar una participación adecuada y equitativa al partido perdedor durante 12 años más.
En esos años del Frente Nacional nacieron otros movimientos influenciados por las revoluciones que se venían dando en el mundo y las posiciones políticas internas. Así fue como nacieron las FARC lideradas por Manuel Marulanda Vélez, que era un dirigente liberal, nacido en el Quindio y quien trabajaba en el Departamento del Huila. Marulanda fue impulsado por dirigentes de su partido a tomarse las tierras de Marquetalia con un grupo de 48 hombres, para presionar al gobierno conservador en mayo de 1964, para llevar a cabo una reforma agraria lo que fue considerado como un intento de crear repúblicas independientes, razón por la cual fueron perseguidos por las fuerzas de la institucionalidad.
Paralelamente fueron naciendo otros grupos más. Con la revolución cubana y su influencia nació el ELN, con la revolución China el EPL y el grupo Quintín Lame, el M19 como protesta de las elecciones de 1970, por mencionar solo algunos de ellos.
En esta oportunidad he querido hacer referencia a algunos hechos de nuestra historia sin pretender ser exhaustivo y sin incluir desarrollos de las últimas décadas, con el único fin de evidenciar que llevamos más de 100 años viviendo en una cultura de violencia lo que hace imposible pensar que con un simple decreto vamos a obtener La Paz.
Por lo demás, y en adición a nuestra historia de violencia, no podemos olvidar que tenemos una gran desigualdad social, que si bien hemos trabajado para superarla, el abismo todavía es muy grande.
Y si a todo esto le sumamos el tema del narcotráfico y otras actividades económicas ilegales, que son uno de los combustibles de los conflictos que han acabado con los valores, la ética y la moral, el tema es aún más complejo.
En este contexto la búsqueda de la Paz debe ser con los colombianos y debemos iniciar por la cultura de paz que hay que imponer y la presencia del Estado en todo el territorio Nacional garantizando justicia social.
Solo con una política de Estado que sea sólida y duradera, podremos ir construyendo La Paz. Pienso que requerimos de un gran acuerdo nacional frente a un plan de desarrollo a 50 años, en el cual nos proyectemos como sociedad en el largo plazo alcanzando progresivamente equidad social y económica y así superar las profundas bases del conflicto y lograr una paz integral como política de Estado.