Por Senén González Vélez
¡Al Presidente Petro!
(Toronto, Canadá, 10 de septiembre de 2024)
Presidente: Empiezo por decirle que soy liberal de la vieja escuela. Soy de los que rechaza tanto la amenaza de los déspotas y traidores, como de quienes ejercen el perverso feudalismo explotador, que tengan a los pueblos de América, como miserables vasallos, cuya libertad de conciencia, las atan a los oscuros intereses de una clase politiquera, que se compra y se vende, que tan sucia es, como corrupta y en ocasiones, criminal.
En síntesis, soy un liberal independiente, que valora lo positivo de las ideas, vengan de donde vengan. Poco creo en partidos políticos, porque se han convertido en organizaciones mercantilistas con propósitos nada sanos: Un poquito para inversión social, otro poquito para las relaciones públicas y repetir escaño, y otro “pocote” para honrar los bolsillos.
Señor Petro: yo pensé que su gobierno se acercaría mucho más que los anteriores, a la justicia social, realizando una gestión positiva para el desarrollo empresarial, generando fuentes de trabajo para estimular el capital, acompañado de un buen ejemplo de moral pública; que estuviera inspirada en una gerencia responsable, ejercida con austeridad, y no en derroche, abuso de confianza y exceso de poder, y otras cosas más, que serie largo enumerar en esta nota.
Esto se lo digo teniendo en cuenta aquellos postulados de su bandera anticorrupción que, con voracidad idealista, o mejor, bolivariana, defendió como senador de la República, en sus fuertes y polémicos discursos que lucían atractivos escucharlos, por su acalorada oratoria, inspirada en la utopía, claro está, en que favorecían el bien humano, y que además tenía coherencia, porque buscaban construir una mejor vida social para los colombianos; pero su intento, resultó ser una distopía que alteró la salud psicológica y física de ricos y pobres, por igual.
Gustavo Petro. (Imagen: El Colombiano – VBM).
Aun así, conociendo la fama del lobo pollero, no voté por usted, y sí por Rodolfo Hernández. Q.E.P.D.
Hoy sus ocurrencias, me ha hecho recordar la locuacidad de Hugo Chávez, siendo usted superior, pero teniendo el coronel venezolano la capacidad de hipnotizar a su pueblo, con un verbo abierto y alzado en la arrogancia, pero distante del pensamiento de Bolívar, hoy mal plagiado, por lo que se ve reflejado en miseria, hambre y fracasos, que continuó Maduro y que terminó de sepultar el rico hermano país y el pensamiento libertario de Simón Bolívar, para con su amada cuna, Venezuela.
Allá mi querida Colombia, va por un parecido camino. Fácil es destruir un país, lo difícil es reconstruirlo.
Usted, señor Petro, se rodeó de asesores hambrientos de riqueza, que actuaban como pícaros en serie. Traicionaron vilmente su confianza. Jamás les pasó por la mente fungir de paladines de la justicia social, porque pensaron en el final del cuarto de hora, para arrasar con todo.
En cambio, los buenos con los que empezó su mandato, los desechó por ser superiores a usted, en los temas económicos y en el ejercicio de las reflexiones sensatas, y desde luego, en el manejo de la cosa pública.
Ha buscado colaboradores mediocres, mentirosos, a quienes puede manipular, que se prestan para todo, y que no le ayudan a edificar, pero que lo complacen ciegamente, hasta incurrir en la comisión de delitos por acción y omisión, enredándole a usted, su capacidad de discernimiento.
Por ello, el gran desastre y los sonoros escándalos que lo rodean, le restan credibilidad a su gobierno y crean absoluta desconfianza pública, por su repudiable conducta versátil y volátil.
Creo que el país merece un tratamiento digno, de respeto, y la única opción pacifica que vislumbro, es que rectifique y acepte, que todos se equivocaron empezando por usted, que es el mecenas del desastre.
La ley es para cumplirla, no para violarla, y menos ver el irrespeto reflejado en la superación legal de los topes electorales de un mandato presidencial que lo convierte en ilegitimo, y que de no cumplirse la norma, estaría hoy, usurpando el poder que engañosa y delictuosamente conquistó.
Un país de leyes como el nuestro, debe repudiar semejante afrenta a su espíritu, y aceptarlo, sin la menor reacción de rebeldía, es convertirse en cómplice.
De ahí la imperiosa razón para que las honorables Cortes y el honorable Congreso de la República, hoy dirigido por el senador, Efraín Cepeda, tengan el valor civil y moral de salvar la patria, su nombre y su tradición republicana. Pudo haber hecho usted un gobierno de tipo social ejemplar, con equilibrio, pero… más pudo el ojo que el hambre y la tripa, para demostrar su verdadera tendencia, que oscila entre la terquedad que, en extrema, se vuelve tiranía o en una dictadura de facto.
No resultaron sus promesas como se las dibujó al pueblo que votó por usted. Todo fue, ese sí, ‘’un falso positivo’’ por las esperanzas de quienes le creyeron.
Pero Colombia, si le tiene que reconocer, que hoy es visto como un gran orador para crear ciencia y ficción y, además, resultó ser un buen dramaturgo, que mostró en la campaña su convencimiento por la importancia que tiene el capital para la generación del desarrollo, en armonía con la propiedad privada, y… le creyeron. También dio a entrever su simpatía por el sector empresarial, y más aún, se mostró a favor de la misma democracia, que ahora, ante la metamorfosis aguda que ha sufrido su auto-estima, todo es opuesto a lo que predicó, creando una expectativa ilegítima e incierta esperanza.
Lo que más me asombra, es que yo tenía la impresión, que todavía tengo, que usted es un hombre honrado, que es muy distinto a honesto; porque no es capaz de robarse un centavo del erario, pero sus camaradas sí, y por eso, lo han traicionado con los escándalos y los saqueos a las arcas del Estado, y muchas cosas más, que lo sitúan en el contexto de la definición que el ex presidente y estadista, Alberto Lleras Camargo, le dijo a los avivatos: ‘’No es el pícaro, sino el tío que resuelve todos sus problemas e invita a los demás a resolverlos por medios que apenas están al borde de la ley penal, pero en un sitio que no es fácil de descubrir’’. ¡Ya para qué!
No me cansaré de repetir, es la hora de ‘’O, nos unimos, o nos hundimos’’.
“El franco-tirador” en sus diversas acepciones
(Toronto, Canadá, 3 de septiembre 2024).
El 50% de tu seguridad, depende de ti, el otro porcentaje se centra en la habilidad del ‘’franco-tirador’’ o del criminal, que está en paralelo a la reacción de respuesta de tus escoltas para preservar tu vida.
Gustavo Petro, alteró las curvas de la vida democrática en forma espantosa. Por ello invito a los soldados de Colombia, a que no luchen por lo que tienen al frente que sería su mental prioridad; mejor sería que combatieran con altanera valentía, por los que están detrás de ustedes: ¡La familia, sus hijos, el pueblo y la patria!
Vi en NEFLIX varias películas de ‘’franco-tiradores’’. El número uno, dos y tres. Son hombres enseñados para dar sorpresivos e inevitables resultados, para sacar del juego al inductor del peligro. Es una forma silenciosa y elegante para dar de baja al delincuente peligroso y traidor que se lo merece. En conclusión, para ser ‘’franco-tirador’’, se requiere 3 inmodificables formatos: la paciencia, el tiempo y la sorpresa.
Observaba el ceremonial previo al disparo, en que hacen un minucioso estudio del objetivo, para evitar cometer errores que sacrifiquen vidas inocentes o como dicen ahora, ‘’daños colaterales’’.
Hoy el tema en más complicado, porque existen drones con explosivos que terminan matando a justos por pecadores.
Pude observar en los protagonistas de las hazañas de puntería fina, un gran control del sistema anímico y respiratorio de los tiradores. Aman a su rifle, porque de este depende su propia vida. Es un arma intransmisible.
Estas modalidades de tiro a punto fijo, dicen que nace en la guerra de la Independencia de los Estados Unidos. Para tal propósito, se utilizó el arma, con cañones largos para darle velocidad a la bala y precisión al tiro.
En Europa se les llamaban SNIPER, y se descubre la destreza de estos, cuando comenzó como afición el tiro al blanco, que hacían a manera de práctica, contra pajarillos en movimiento; como las aves de corto y largo vuelo: los patos, la codorniz y los saltarines, como sapos, sapitos, y lagartos o reptiles.
En Colombia, el lagarto es de ‘’dos patas’’, al que por lo regular lo definen como el individuo que se mueve entre la estupidez, el cinismo y el ser ladino o hábil para el engaño. Dicen que como ejemplo está Alvaro Leyva, que es un máster en esos temas, a la sazón de algunos congresistas.
En el siglo XVlll, aparecen los fusiles de largo alcance con miras telescópicas de acercamiento. Pero los modernos de hoy, están dotados de un potente telescopio graduable, en que el blanco se ve tan cerca, que el pajarillo se podría agarrar imaginariamente con la mano.
La marca mundial existente, tiene un registro de acierto en el blanco de a 3.8. kilómetros para hacer diana. Es decir 99.99 posibilidades de acierto en menor distancia.
Los primeros ‘’franco-tiradores’’, surgen siglos atrás, pero en el año de 1867, en la guerra anglo-afgana, estos se impusieron a través de los golpes claves, para frenar el avance de los pelotones británicos.
Dicen que el rifle construido por el ingeniero británico, Jhosep Whithworth, fue el primero utilizado por un ‘’franco-tirador’’.
En Colombia, en el fuerte de Tolemaida, me cuentan que en el Ejército hay maravillosos ‘’franco-tiradores’’ de alta precisión, tanto hombres, como mujeres, estas últimas, para no decir tirar, disparan muy bien y lo hacen dotadas de notable frialdad para estas misiones, como también para el espionaje.
A propósito, dicen que hay espías en la Casa de Nariño, y que el Presidente ni con su afinada malicia, ha podido descubrirlos. También estos están en el Congreso y por eso habrá chuzadas y persecución, tipo Gestapo.
¿Será que el ex-canciller Leiva ahora se convirtió en SPY? ¿Qué hacía con Maduro? ¿Será que están buscando generar para Colombia el efecto mariposa, o teoría del caos?.
Hoy, nada debe resultarnos extraño, y menos imposible de ocurrir, pues para ejercer el oficio de traidor, solo basta vender la patria por grandes o pocas sumas de dinero.
En los tiempos de la II Guerra Mundial, estaban las bailarinas como Josefina Baker, que se codeó con diplomáticos y personalidades de todo el mundo, y siempre lograron sus positivos. Dicen que, en el Palacio de Nariño, se traiciona al PRE, de ahí la idea de poner la contra inteligencia a intervenir celulares.
Pero llegará el momento, en que se les pondrá más crítica la situación, cuando surjan los cazas recompensa, que, por un dinero, de US$15 millones, no solo matan, sino que le llevan la cabeza en una bolsa negra de plástico al ordenador, para reclamar la recompensa. Dicen que ya en Colombia están en ese tema.
El país está harto de tantos escándalos simultáneos. Me cuentan que allá en Colombia, el poder adquisitivo de la moneda ha perdido tanto su valor, que los limita, y que ya sienten una terrible desesperación colectiva, a punto de reaccionar.
De verdad que son muchos los escándalos. Se recuerda el de los carros tanques, que están en investigación bajo el modo ‘’tortuga’’, y se le agrega ahora REFRICAR que se revuelve con la falta de combustible para aviones.
Luego sale el Roedor de Ecopetrol que se contradice siempre, y finalmente culpan a Terpel, para terminar, diciendo que nunca hubo déficit de combustible aéreo. Solo se quería producir el efecto mariposa, y casi que lo logra.
La gestión Presidencial es toda una babosada burlesca, con una alta dosis de cinismo, para proclamar que se trata de una conspiración. No encuentra el Jefe de Estado de que agarrarse para crear películas de fantasías, ficción o terror.
Esto que le pasa al PRE, ya es cuestión de locura delirante, y … lo peligroso es que ahora está disparando a diestra y siniestra, muchos disparates, pero puede optar por disparar otras cosas, con medidas dictatoriales. Inclusive, balas procedentes de los colectivos y de la asociación de criminales que le ayudan a mal defenderse.
Pasando al tema de las acepciones, Petro es un ‘’franco-tirador’’, el que aplicando su caso por analogía para una brutal metáfora, dispara desde la Casa de Nariño, con telescopio, al corazón de la Constitución Nacional, a las instituciones, al sistema económico, a las empresas privadas, a la salud, al deporte, al turismo, al combustible vehicular y aéreo, al honor y prestigio patrio, a la propiedad privada, a los propietarios de tierras en el agro, y en simultánea, al alma de la vida republicana, esa que nos permitió situarnos como nación democrática, libre y soberana.
Petro diariamente le dispara al corazón del país, y los congresistas, sus seguidores, le despejan el clima para que acierte.
Ni hablar de las Fuerzas Armadas y policiales, casi al punto de arrodillarlas.
Además, cuando el PRE, está a las puertas de un escándalo, utiliza la luz bengala tipo humo, como contramedida para desconcentrar la atención pública, y ocultar de esta manera, los grandes atracos a la caja fuerte de los colombianos.
El hombre da palos de ciego, y asterisco abierto a lo hipotético, les da porrazos a las arcas de la Nación convertida en su piñata, llena de sorpresas y mermeladas, esas que defalcan y desafían a un pueblo que mentalmente está cansado y aburrido, que está a punto de convertirse por rabia y hastío, en ‘’franco-tiradores’’ de oficio.
¡O nos unimos, o nos hundimos y nos jodimos!