La Navidad se iniciaba antes el 7 o el 16 de diciembre, pero ahora la celebración comienza mucho antes. La fecha oficial era el 7 de Diciembre, “día de las velitas”; para dar gracias a Dios, y porque ese día se aleja la oscuridad y llega la luz. Ese día, que también es el de la Virgen Inmaculada, es un motivo de reunión familiar, para colocar velas en andenes, puertas y antejardines.
La Nochebuena se celebra en el día 342 del año, en el calendario gregoriano, y en el 343 en los años bisiestos. Pero la Navidad cada vez comienza más temprano. Ahora el espíritu navideño se vive desde Octubre en centros educativos y comerciales, calles, esquinas, barrios y en la publicidad. Según el sociólogo Bern Larsen, “la gente en Colombia quiere olvidarse de todo lo malo que sucede y busca tener más días en los que ‘reinen’ la paz y el bienestar”.
Pero antes de adentrarnos en el bello tema de la Navidad para el que ya las familias colombianas se están preparando, antes de hablar sobre todo lo que representa el espíritu de la Navidad, quiero tratar el tema de los videojuegos de moda que contradicen tal espíritu de la celebración más importante del año, cuyo mayor anhelo y símbolo, es la paz.
Infortunadamente hoy se promueven y venden una infinidad de juegos y elementos electrónicos que desarrollan una personalidad consumista y violenta en los niños, que ya no le piden al Niño Dios juguetes creativos, ingeniosamente sanos, muñecas; de madera, u otros. Se les arrebató el derecho a tener infancia; se les abocó a los juguetes bélicos, películas y videojuegos de superhéroes violentos. El pecado está en que los niños son los más vulnerables para tornarse agresivos cuando son expuestos a la violencia.
En muchos videojuegos la acción, los golpes, los actos despiadados, la sangre, los disparos y la muerte, son los temas con que el mercantilismo contamina a los menores, invadiendo y alterando su inocencia y sus instintos positivos. Lo triste es que muchos llegan a esa moda, impulsados por sus mismos padres, que son asiduos a ellos, o que se los compran.
Los videojuegos más sanguinarios
“Carmageddon”; “El Postal 3”, “Thrill Kill”, “Manhunt”, “Soldier of Fortune”, “GTA”, “Pacman (el cannibal), “Blood,Shadow Warrior,” el ”Duke Nukem 3D”, el”DOOM”, o Postal 2, que es posiblemente el juego más violento de la historia, en el que los menores se transforman en alguien que puede hacer lo que quiera, como: matar niños y animales, quemar a la gente con gasolina y fósforos y orinar encima «para apagar el fuego y rematar el cuerpo a patadas; usar gatos como silenciador en las armas, aturdir a la gente con un láser, etc.
Esta es una invitación a reflexionar sobre el tema. La Navidad es una época para la paz, para el amor, para la convivencia, para la reconciliación para el perdón, no para celebrar aislándose y envenenándose de manera solitaria con juegos violentos y desalmados, frente a una pantalla.
Los padres, tíos, familiares o amigos, no deberían regalar juguetes que potencien el individualismo, la pérdida de valores y la violencia en los niños. Lo correcto sería regalarles cosas y elementos positivos y constructivos, para que compartan activamente con ellos, o con sus amigos ¿Por qué no regalar, microscopios, bicicletas, patines, muñecas, libros, artículos deportivos, Fisher-Price, rompecabezas, legos, monopolio Colombia, dominó del trencito mexicano, juegos Interactivos, educativos o constructivos, etc?
Los pedagogos y la mayoría de padres rechazan los videojuegos, y también los juguetes bélicos. Para el psicólogo José María Romera, “el juguete es un transmisor de valores que forma la sensibilidad y los hábitos del niño, predisponiéndole hacia sus conductas de adulto. Regalar una metralleta de juguete a un niño, es prepararlo para que después no ponga reparos al uso de una auténtica”.
“Feliz Navidad”, dos palabras mágicas
Pero dejemos los videojuegos y hagamos un repaso de lo que significa Navidad. En los países la celebran en varias formas, las tradiciones., la música y la gastronomía varían, pero el espíritu es siempre de fe, paz y amor.
Escribir sobre la Navidad es placentero, porque ella nos ha deparado horas bellas y felices en la vida. Por ejemplo, las de los paseos subiendo al monte a coger lama costal en mano, con la familia y los amigos más cercanos, en épocas en que aún no sabíamos que así cometíamos un pecado ecológico.
En español se dice, Feliz Navidad, la celebran en todo el mundo y “tiene nombre propio” en todos los idiomas, entre ellos, en: Alemán, Frohe Weihnachten; Arabe, I’D Miilad Said; Chino, Sol De Tan’Gung Haw; Coreano, Sung Tan Chuk Ha; Croata Sretan božić; Danés Glædelig Jul; Francés, Joyeux Noël; Griego, Kala Christougenna; Húngaro Kellemes Karácsonyi Ünnepeket; Indonesio, Hari Natal; Inglés, Merry Christmas; Italiano, Buon Natale, omedetode; Ruso Prazdnikom Rozdestva Hristova; Sueco y Noruego, God Jul;Turco, Mutlu Noeller, Ucrainiano, Veseloho Vam Rizdva.
Navidad viene del latín nativitas, que significa Nacimiento o «vida nueva”. Es la más antigua de las fiestas de la humanidad, (la del solsticio de invierno), es sinónimo de felicidad, esperanzas, sueños, solidaridad, compartir, dar, recibir, visitar a la familia y a los amigos. La música de Navidad, o los colores (verde, rojo, blanco y dorado) y sus símbolos, alegran el corazón y avivan el deseo de celebrarla en familia y con las personas a quienes queremos. “Feliz Navidad”, son dos palabras mágicas que nos acercan a los pobres, son motivo de renacer, de esperanzas y de propósitos ligados al nacimiento del Niño Dios.
Los niños y muchos mayores soñamos en Navidad, y revivimos los sentimientos de la infancia, con una mezcla de alegría y de nostalgia por las celebraciones inolvidables del pasado compartidas en familia y con los amigos.
Ese recuerdo nos hace sentir el olor húmedo y nostálgico a lama, musgo, quiches, paja de zorro, enredaderas, aguadijas, helechos, gajos, pino y pencas, que se recogían para el Pesebre, costumbre que se propagó desde Italia, al resto de Europa católica y desde España, a nuestra tierra.
El Pesebre nació por iniciativa de San Francisco de Asís en 1223; era Navidad y él se refugió en una ermita Italiana. Tuvo la idea de revivir el nacimiento de Jesús y construyó un portal de paja, armó un pesebre con un buey y un asno de unos campesinos, e invitó a unos pastores a representar el nacimiento. Los frailes franciscanos la trajeron a América durante la Colonia, y la Iglesia Católica promovió la representación del nacimiento de Jesús en templos, hogares, y sitios públicos, para fortalecer esa devoción navideña.
Sin distingo alguno; en la opulencia o en la pobreza; sin que importen el lugar o el clima, la Navidad es el gran momento para celebrar el nacimiento del Mesías, y demostrar nuestro amor a los demás. Es tiempo para dar y recibir, para enseñar a los hijos que hay hogares pobres en los que aunque celebran la Navidad, viven sin un pan, en soledad y tristeza, que, “hay quienes quieren y no tienen; que otros tienen y no pueden, y que otros tienen y no quieren”. Y que nosotros que queremos, podemos y tenemos, debemos dar gracias al Señor y compartir con los desprotegidos nuestro afortunado privilegio.
Los sueños y las ilusiones ante la dura realidad de los colombianos, hacen que el ambiente de Navidad empiece y se viva cada vez más temprano. Por eso el 24 de Junio (seis meses antes y después del 24 de Diciembre) más de 200 jóvenes y adultos celebran en Bogotá un emotivo baile de Navidad, con decoración, cena, orquesta, música de Navidad y un Papá Noel como animador. Ese grupo humano institucionalizó “la primera Nochebuena” del año.
En la segunda mitad del Siglo XX, un carro de plástico, de madera o de lata, un sombrero de vaquero, una pelota, o un triciclo, le daban mayor felicidad a esa Navidad que sigue viva en nuestro corazón, inspirada más que por el mercantilismo de hoy, por la grandeza de un niño que siendo Dios, nació en un humilde pesebre.
Navidad: cada año más temprano
Quienes continuamos con las tradiciones de armar el árbol, el pesebre y rezar la novena, evocamos las Navidades de nuestra niñez y de nuestra juventud, en las que alegremente, con la familia unida, hacíamos el pesebre y colocábamos adornos en lámparas, puertas y ventanas, y vestíamos el árbol, que era un pino de verdad, no de plástico ni metálico, como ahora.
El árbol de Navidad en todas las mitologías lleva como adorno las luces, que en la germánica, representan las estrellas. Se cree que la costumbre del árbol nació en Alemania en 1605, cuando fue decorado uno para ambientar el frío de la época navideña, tradición se difundió por el mundo.
Desde siempre, con hermanos, primos, sobrinos, y los mejores amigos, tenemos el goce de rezar la novena de aguinaldos al pie del Pesebre y el árbol; novena que representa los nueve meses de Jesús en el vientre de María. Acompañamos los villancicos, con una tambora, panderetas, guacharacas, maracas, pitos, tamborcitos y flautas…Cantamos: “Campana Sobre Campana”, “La Nanita Nana”, “Tutaina”, “Vamos pastores Vamos”, “Hagamos el pesebre”,” “Ven, ven, ven”, “El burrito de Belén”, “Ha nacido el niño”….
Los primeros villancicos, (canciones populares alusivas a la Navidad); fueron compuestos por campesinos. Aparecieron en Alemania, donde los jóvenes se disfrazaban de Reyes Magos y recorrían las calles cantando y bailando, y recogiendo dinero en su marcha alegre, para las personas pobres.
El Villancico, “Noche de paz”, traducido a 300 idiomas, es el más famoso del mundo y este 2011, cumple 193 años. Fue estrenado el 24 de Diciembre de 1818, en Obendorf, Austria. Lo escribió el sacerdote Joseph Mohr; su música la compuso Franz Xaber Gruber.
“Mis aguinaldos”
Aguinaldo, viene de “Au -Gui-l’aneuf”. Au significa Al Gui, musgo de la encina, que los sacerdotes druidas usaban en algunos rituales. Aunque hoy con menos fuerza que antes, “El beso robado”, “hablar y no contestar”, “estatua”, “pajita en boca”, “el si y el no”, o “tres pies; siguen incentivando apuestas y siendo factor de alegría que marca la Navidad, cobradas con la frase,”mis aguinaldos”.
Hace algunos años, en las celebraciones de la Navidad, después de la desaparecida ”Misa de gallo”, del 24 de Diciembre a media noche, llegaba el momento esperado por los niños para buscar los regalos traídos por el Niño Dios, que este colocaba cerca o en el árbol, junto al Pesebre, o debajo de las camas. El ritual de “destapar y cantar” los regalos en familia, era algo mágico. Luego, los niños se iban a dormir para levantarse muy temprano al día siguiente a estrenar los juguetes o la ropa.
Hoy como antes, la comida ha sido uno de los placeres de la Navidad. Cada región tiene lo suyo: en Antioquia y el Viejo Caldas, la natilla, las hojuelas, el dulce de breva y de papaya. En el Cauca, el dulce de limón, las rosquillas y la Nochebuena Popayaneja“, o “desamargado”, con cáscara de limón, mamey, papayuela y buñuelos. En Bogotá y otras regiones, ajiaco, tamales, pavo, pernil de cerdo, tortas, “ensalada navideña”; buñuelos santafereños con almíbar, tortas y pasteles de frutas, arroz de leche, arequipe con brevas; hojaldres, galletas navideñas; flanes, natilla con mora y otras delicias.. En la Costa, los reencuentros y las reuniones a punta de villancicos vallenatos, son complementados con la natilla, los buñuelos y el pernil de cerdo.
En muchos hogares y rincones de Colombia, aún se celebran las novenas bailables, con canciones y música “caliente”, (tradicionalmente alegre), que animan las “fiestas de fin de año”, las cuales muchos colombianos celebran desde el 8 de diciembre, es decir en la noche de las velitas, víspera de la fiesta nacional que honra a la Inmaculada Concepción. Entre los temas que más populares en los bailes “caseros” y públicas, están: «Cantemos con alegría», «La parranda», «Ya llegó la Navidad», «La víspera de Año Nuevo», «Esta noche amanecemos», «Parranda de Navidad», «Tanto Trabajar», «Cantares de Navidad», «El Año viejo», «Un año que llega”, ” y muchas potras canciones “clásicas”, que orquestas como “Los cincuenta de Joselito”, han revivido.
Otros símbolos navideños
En Colombia se conserva la costumbre de utilizar distintos símbolos navideños que han perdurado a través del tiempo, entre ellos: la corona de Navidad, que nació en el siglo XIX; su forma circular representa la felicidad. También los accesorios de colores que simbolizan la luz y la vida. Las tarjetas de Navidad que surgieron en 1843; Sir Henry Cole, fue el primero en enviarlas, en 1846; y la costumbre de mandarlas como muestra de amistad y amor, se extendió al mundo entero. Hoy, a pesar de la Internet, las tarjetas perduran.
Santa Claus o Papá Noel, fue creado con base en San Nicolás, un obispo europeo que socorría a la gente pobre en el invierno. Es presentado como un viejo alegre, gordo y con bigotes y larga barba blanca. Conduce un trineo mágico en el que vuela alrededor del mundo llevando juguetes a los niños en Navidad. Es el mismo cura Seinte Klass, a quien le cambiaron su vestido de sacerdote por un traje y un gorro rojo, botas negras, y su caballo por el trineo del Dios Odín, de la mitología escandinava, pero tirado por ocho hermosos renos. En el siglo pasado, la empresa Cocacola, divulgó e hizo famosa la imagen que hoy se tiene de “Papá Noel”
El pavo de Nochebuena tuvo origen en México, en el Siglo XVI. Las botas de Navidad, que a veces son calcetines colgados en la chimenea, aparecieron cuando Thomas Nast las pintó a finales del siglo XIX.
La Estrella de Navidad, recuerda a la que alumbró el camino de los Reyes Magos, Gaspar Melchor y Baltazar a Belén, cuando emprendieron un largo viaje para a adorar al Niño Dios, llevándole oro, mirra e incienso
El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, es otra tradición cristiana. Hasta los medios de comunicación bromean con noticias “falsas”. Estas sirven para sorprender al final, con la frase: “pásela por inocente”. Se dice que Herodes pidió a los Reyes Magos cuando iban a adorar al Niño Dios, que regresaran a Jerusalén luego de encontrarlo, y le dijeran dónde estaba ubicado. El temía que al nacer este, le quitara su poder. Los reyes recibieron “un aviso divino” para que no regresaran a donde Herodes, quien ordenó a sus soldados matar a los niños inocentes de Belén, menores de dos años.
Una vieja tradición es la de los menores que antes de Navidad escriben cartas pidiendo regalos al Niño Dios, diciéndole: “te amo Niño Dios, este año me porté bien… Te pido que el 24 me traigas tal o cual juguete”. Ponen sus cartas en el Pesebre o en el árbol de Navidad, el Niño Dios se las lleva, y en la noche de Navidad, les trae algo, o todo lo que pidieron, según las posibilidades.
Ojalá este año los menores colombianos no sean estimulados por sus padres o mayores para que le pidan al Niño un arma de juguete o un videojuego con mensajes destructivos, instigador de procederes perversos, o violentos, como los que mencionamos al comienzo.
Muy interesante el escrito. Vale la pena recordar que los regalos de navidad nacen como despedida delos amigos y vecinos, a quienes por las inclemencias del invierno no se volverian a ver hasta la primavera y que generalmente se obsequiaban alimentos y prendas para soportar el encierro obligado por la naturaleza.
Estoy interesada en saber si en alguna parte de Bogotá venden los buñuelos santafereños. si alguien lo sabe, por favor envieme la direccion.Gracias