Por Germán Matamoros G.
Sí, Mompox es mágica, como bien la define en su propio sentir un grande de la música salsa que vive agradecido cada vez que la visita: el cubano Alfredo de la Fe. Y esa mágica es sinónimo de historia, de arquitectura colonial, es calor, es río, es tranquilidad, es gente amable, receptiva y solidaria. Visitar este pueblo de 25.000 habitantes es una atractiva experiencia que permite conocer más de lo que se pueda presupuestar.
Desde su independencia en 1810 se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes y atractivos del Departamento de Bolívar y en general de la Costa Atlántica. Por ende, y no en vano, se le ha reconocido como Patrimonio Nacional desde el año 1959 y Patrimonio de la humanidad desde 1995 por la UNESCO.
En estos tiempos, Mompox le ha agregado a su tradición histórica y cultural un elemento que aglutina, que es un lenguaje universal y que por fortuna, no necesita de traductores como lo es la música, y es el Festival de Jazz, que cumplió su tercera edición este 2014 y que entró a formar parte de los grandes eventos que allí se ofrecen como una gran ventana turística.
El festival, como se comprobó el pasado 3 y 4 de octubre, ya hace parte de la serie de contrastes que caracterizan a Mompox. Durante un fin de semana es la mejor disculpa para recorrer y disfrutar de sus calles de piedra, conocer sus iglesias y su gran número de parques.
Como lugar turístico tiene una serie de alternativas por conocer como por ejemplo todo lo que rodea al sector de las Tres Cruces, en donde se concentran la gran mayoría de hoteles y casas-hoteles, iglesias, -seis de la cuales son coloniales-, la Casa de la Cultura, la casa o los Portales de la Marquesa, actualmente sede de la Alcaldía Municipal.
Dentro del mismo sector se encuentra la Plaza de la Concepción, en donde entre otras cosas Carlos Vives grabó uno de sus recientes videos, y que tiene como evento central todo el mercado de las artesanías. Es indudablemente la zona más visitada por los turistas que pasean constantemente por la tradicional calle de La Albarrada y que bordea con el río Magdalena.
Muy cerca de allí está de igual manera la Calle Real donde están la majestuosa Casa de la Cultura, el Museo de Arte Religioso y la Casa del Te Deum, entre otros monumentos.
También está la Plaza Santa Bárbara, punto de encuentro del III Festival de Jazz, que tuvo una nómina de artistas nacionales e internacionales que le dieron altura al evento. Para mencionar tan solo algunos: Bozzá y su gaita, Stooges Brass Band, Big Band Unibae, Natalia Bedoya, Alfredo de la Fe, La 33, Jorge Fadul y su quinteto y Fonseca.
Es tal la respuesta de sus habitantes y de los visitantes al evento que la plaza queda pequeña, pero no es impedimento para que todos lo disfruten al máximo bajo una temperatura que oscila entre los 30 y 35 grados.
No se puede dejar de visitar otro lugar por su connotación histórica como lo es el Cementerio Central, considerado el tercero más importante del país por el buen estado de conservación. Allí, además, fue enterrado el general Hermógenes Maza, según comenta Luis Alfredo Domínguez, personaje que presta asesoría a los visitantes como informador turístico.
Lo cierto es que ese ambiente caribeño, de casonas coloniales y sus balcones, de los moto-taxis -el medio de transporte por excelencia- enmarcado dentro de una historia interesante hacen que cada día Mompox sea más importante en las agendas y destinos turísticos de Colombia y el mundo.
Para llegar a Mompox y vivir una aventura las posibilidades están dadas. A pesar de que ya está en funcionamiento el puente Botón de Leyva que une a Mompox con el municipio de El Banco (Magdalena) como única vía de acceso terrestre a la isla, es más común la llegada desde Cartagena, pasando por Magangué y Yarí donde se transborda al ferry por el río Magdalena hasta llegar al sitio conocido como La Bodega.
Sin embargo, ya existe otra alternativa más cómoda y rápida para arribar y es por vía aérea, ya que el pasado 3 de Octubre fue inaugurado el nuevo aeropuerto por el presidente Juan Manuel Santos, terminal pequeña y con capacidad para recibir aviones de baja gama