Diciembre 1 de 1930: Nace Matt Monro
Nació el cantante británico que se hizo internacionalmente conocido al interpretar una de las canciones de la banda sonora de la película de James Bond, Desde Rusia con amor, y se dio a conocer como el Sinatra inglés. Cuando empezó a grabar sus temas en español pasó a ser número uno en América Latina, y con Alguien cantó, y No puedo quitar mis ojos de ti, conquistó mi corazón y a la región entera.
Todo un trovador en el estricto sentido de la palabra, Matt Monro nació en uno de los barrios marginales de Londres como Terrence Edward Parsons. Su infancia y adolescencia transcurrieron con penuria porque su padre murió cuando Terry tenía sólo tres años. Al salir de la escuela, a los 14, buscó un puesto de trabajo estable y se empleó como chico de recados para una Compañía de tabaco en Londres. A los 18 se enroló en el ejército y fue enviado a la colonia de Hong Kong.
Como desde sus primeros años había cantado en pequeños clubes, aprovechó su experiencia y participó en todo concurso que se le pusiera a mano, ganado casi siempre, y en la radio local de Hong-Kong hasta le dieron un programa musical para él, titulado con su nombre. A su regreso a Londres se empeñó en hacerse de una sólida carrera como cantante del género romántico. No logró el éxito esperado, por lo que tuvo que emplearse en trabajos que alternaba con su actividad como vocalista.
Fue conductor de la línea 27 en la capital británica, hasta que un promotor escuchó su voz y lo llevó directo a grabar. Comenzó cantando para comerciales de televisión. Su gran oportunidad le llegó cuando el pianista caribeño Winifred Atwell, muy popular en Gran Bretaña, impresionado con su personalidad y profesionalismo, lo recomendó a la segunda compañía discográfica más importante del mundo, Decca, que tenía entre sus talentos a celebridades como Louis Armstrong, y en Terry vieron un filón de oro. No se equivocaron. Fue entonces que le buscaron un nombre más comercial y se les ocurrió Matt Monro, una combinación de Matt, un amigo suyo y Monro, el padre de su promotor.
Fue así que nació la estrella y le dijo adiós al autobus. Su carrera realmente despegó cuando George Martin, conocido como el Quinto Beatle por haber producido casi todos los álbumes de los Melenudos de Liverpool, le pidió que prestara su voz profunda a un álbum de Peter Sellers, pensado para mofarse de Frank Sinatra. A partir ahí, su patrocinador estaba convencido de que el éxito no se haría esperar y lo afilió al sello Parlophone, donde produjo ocho sencillos y cuatro LPs entre 1960 y 1966. Luego el sello norteamericano Capitolio lo contrató como su artista exclusivo ante la muerte de Nat King Cole, del que resultó ser la sustitución perfecta.
En 1965 se convirtió en el primer artista en cantar Yesterday, se trasladó a Estados Unidos y empezó a presentarse en locales nocturnos. Fue en esos años la voz de una generación que buscó en el romanticismo de sus melodías el refugio de otra música más estridente que entonces nacía en el mundo anglosajón. Con los años se convirtió en un clásico de un género.
El momento culminante de su carrera coincidió con instantes de titubeo del pop, cuando se separaron los Beatles y surgieron problemas entre los Rolling Stones. El trovador estaba en plena forma y hacía giras por Europa, América, Filipinas, Japón y Australia, llenando estadios, teatros y todo lugar en donde se presentaba. Pero la vida agitada hizo que se aficionara por la bebida y el tabaco, combinación que le posibilitó la aparición de la enfermedad que le fue detectada haciendo una gira por Austrialia en 1984, y que lo llevó a la muerte en 1985 a los 54 años. Sabiendo que su fin estaba cerca intensificó sus actuaciones y trabajó sobre todo en clubs y cabarés. Su voz fue comparada en el pasado con la de Frank Sinatra. Para el propio Sinatra la comparación fue honrosa: «Si tuviera que elegir a sólo tres grandes vocalistas, uno de ellos sería con toda seguridad Matt Monro». Todavía tenía tanto que ofrecer.
Su muerte dejó desconsolados a su público en todo el mundo en su país natal, pero también en toda América, donde ya era uno de los suyos. Sus cenizas fueron lanzadas en el campo del Cementerio Golders Green en Londres, donde generalmente se lanzan las cenizas de los más famosos. Cantaba que todo pasa, todo pasará, y nada queda, nada quedará, pero él ni pasó ni pasará; porque brindó el corazón, y nos dejó la alegría de poder seguir disfrutando sus canciones.