Toto La Momposina: la verdadera embajadora de Colombia ante el mundo

Por : Germán Matamoros G.

 

Mientras que en Estados Unidos, en el Radio City Music Hall hizo 365 presentaciones en cuatro meses, en Rusia de 120 pasó a 185 en una sola temporada.

Mientras que en Estados Unidos, en el Radio City Music Hall hizo 365 presentaciones en cuatro meses, en Rusia de 120 pasó a 185 en una sola temporada.

Muchos son los que creen que  Toto La Momposina es la verdadera embajadora de Colombia ante el mundo por su extraordinaria labor de difundir y hacer conocer la música o el folclor de nuestras etnias, mientras que en esa misma dirección otros opinan que el país está en mora de levantarle un monumento como el que le hicieron al “Pibe” Valderrama en Barranquilla o de rendirle más homenajes. Su gran labor artística, casi silenciosa en nuestro medio pero muy reconocida fuera de nuestras fronteras, así lo amerita.

Esta momposina de baja estatura, con sus marcados rasgos indígenas, de los cuales vive orgullosa,  ha recorrido más de medio mundo, atravesando, si se permite el término, las culturas de países de Centro América, Europa, Asia, África y Suramérica. Es precisamente en este orden regional con el que inicio su recorrido internacional, unas veces como invitada y otras por compromisos  propios  mostrando su riqueza musical de la mano de sus tamboras, marimbas, cununos,  guasá, bombos, gaitas, maracas, guacharaca, instrumentos éstos que son la esencia de su origen indígena y con los cuales ha maravillado al mundo, por supuesto, con su voz y sus cantos. Todo esto adornado en escena con sus llamativos trajes típicos caribeños.

Toto se tomó todo el tiempo y la calma necesarios para contarle a Ver Bien Magazín,  lo que ha sido su trabajo a lo largo de más de 40 años de carrera profesional, a propósito del lanzamiento de su reciente producción musical La Bodega. Nos recibió en la sede de TOTAL MANAGEMENT,  compañía que por estos  días la apoya en la difusión de dicha producción.

Hasta ahora ha  grabado nueve producciones, aunque dice que “no soy una artista de discos, sino de trabajo en escena. Me encanta el teatro, los escenarios al aire libre, los festivales…claro está que junto con eso se acompañan los discos”.

Reconoce, con algo de pena,  que no es buena para recordar fechas. Eso no es importante para ella y se argumenta diciendo que la “gente que venimos de los pueblos, los días, las horas, los años y los meses no existen. Tú buscas a las personas  por edad en los pueblos y no te dicen cuantos años tienen porque no es importante”.

Se acuerda del primer país que visitó que fue Ecuador, pero no del año en que allí estuvo. Lo mismo sucede cuando fue por primera vez a Francia, donde se amañó hasta el punto de aprender el idioma francés, y así sucesivamente pasa con su andar por LondresRusiaEstados UnidosHaití, MartinicaEstoniaLetoniaÁfrica, etc.
Sonia Bazanta de Ollaga, o Toto La Momposina, no sería la famosa en que se convirtió sino hubiera sido por Matilde Díaz, la otrora y famosa artista de música tropical (fallecida). Fue gracias a ella que salió por primera vez del país hacia el  Ecuador,  para participar en un gran concierto en el que los protagonistas principales eran la señora Matilde Díaz  y el baladista español Raphael. “Eso fue todo un acontecimiento y con alfombra roja -cuenta Toto-. Nosotros íbamos solamente con nuestros tambores. Yo no era una estrella como ellos, ni mucho menos conocida en ese país. Sin embargo siempre he tenido el don que Dios me dio, el don del canto. Yo anteriormente había participado en la Orquídea de Plata Phillips y tal vez por eso vieron la capacidad para estar allí, por recomendación deMatilde Díaz. Me pagaron más o menos un cifra simbólica, que tampoco me acuerdo porque para mí el dinero no ha sido importante para divulgar la música de la identidad,  la de nuestros ancestros”.

Ahora, de no habérsele presentado esa oportunidad a través de Matilde Díaz, reconoce con humildad, y hasta con orgullo, que seguramente hoy sería una  experta y gran empresaria del calzado, pues su familia aparte de tener vena musical, también sabe de zapatos. “En mi casa se manejó la industria del calzado. A lo mejor me hubiera dedicado a continuar con eso. Tú me hablas de zapatos y te puedo decir cómo se hace un par de buenos zapatos”. Vale decir que su familia aparte de sus padres, la conforman 4 hermanas y un hermano músico residenciado en Alemania.

Esta es la carátula de su reciente trabajo musical titulado La Bodega, cuya ilustración está basada en el río Magdalena a lo largo del cual llegaban los barcos que transportaban instrumentos musicales y otros elementos de intercambio mercantil. En el fondo la iglesia de Mompós.

Esta es la carátula de su reciente trabajo musical titulado La Bodega, cuya ilustración está basada en el río Magdalena a lo largo del cual llegaban los barcos que transportaban instrumentos musicales y otros elementos de intercambio mercantil. En el fondo la iglesia de Mompós.

El nombre y la imagen que conoce medio planeta

Su nombre, ya famoso,  aunque pareciera pensado para tal efecto, no se lo inventó ella. Recuerda que desde niña siempre le decían Toto y no Sonia. Y lo de Momposina, obviamente porque nació en Mompós –o Mompox-. En ello contribuyó Esteban Cabezas -el esposo de otra grande, Leonor González Mina-, que consideró que no había nada más que hacer con el nombre artístico. “No hubo mucho estudio de mercadeo”, comenta Toto con una sonrisa burlona.

La historia de sus inicios como gran artista étnica y folclorista, parte de su mamá,  Libia Vidides, quien tenía un grupo tradicional y Toto hacia parte del mismo como cantadora. Fueron teloneras de la fallecida cantante  cubana Celia Cruz en una de sus primeras visitas al país, exactamente en Bogotá, en el Centro de Convenciones  Gonzálo Jiménez de Quesada.  Esto fue antes de conocer a Matilde Díaz. “Cantamos  con el grupo de danza, bailamos Mapalé, Merengue, Cumbia, GaitaDanza de indios.  Y Celia Cruznos vio cantando “Prende la vela” y quedó fascinada”. La anécdota la cuenta pues considera que hace parte de sus comienzos en los que  empezó a codearse con grandes artistas y en importantes escenarios.

Con sus  estudios de canto y apreciación  musical realizados en el conservatorio de la Universidad Nacional de Bogotá, su extenso recorrido por el mundo comienza por una invitación que le hace el  Ministerio de Comercio Exterior  a la folclorista Delia Zapata a raíz de una exposición en toda Centroamérica. “Nosotros estuvimos enNicaragua, Costa Rica, San Salvador, Guatemala, Panamá y Venezuela. Yo tenía mi grupo musical con mi papá Daniel BazantaErasmo Arrieta,  un hermano mío y yo. Éramos artistas de planta, hicimos montajes con música y danza, con libretos para mostrar  la cultura del área del Caribe… En esa época nos pagaban  cinco o diez pesos…”

En este aspecto enfatiza diciendo que no se considera una artista que viva del consumismo, ya que viene de una familia y una cultura donde se pensaba, y así lo cree, que “uno no es lo que lleva puesto sino  lo que lleva por dentro de su corazón, en su mente, en su alma. Yo creo que se debe tener dos o tres vestidos bien lindos y no 50 o 60”. La anotación la hace a propósito de lo que normalmente lleva en su maleta viajera en materia de vestuario a lo cual agrega: “Yo cargo tres vestidos…y con el que salgo a una presentación con ese termino”.

En su maleta viajera, en materia de vestuario, carga tres vestidos, y con el que sale a una presentación con ese mismo termina.

En su maleta viajera, en materia de vestuario, carga tres vestidos, y con el que sale a una presentación con ese mismo termina.

Récord de presentaciones en E.U. y Rusia

Después de dejar su huella momposina en parte de Centroamérica, su talento comienza a ser apreciado y admirado en otros lugares, y con el paso del tiempo llegó a Las Guyanas francesas, Haití, Martinica, Islas la Reunión, Islas CaribesCuba, Puerto Rico y Santo Domingo

Posteriormente va a los Estados Unidospor medio de la Federación Nacional de Cafateros que la lleva junto con el director del Radio City Music Hall, para hacer el lanzamiento del café colombiano. Allí, según Toto, hacen una inesperada y extraordinaria temporada de presentaciones. “Se vino toda la plana mayor del Radio City para hacer el lanzamiento del producto colombiano en los Estados Unidos con la reina del café de esa época. Hicimos matinal, matiné, vespertina y noche… hicimos 365 presentaciones en cuatro meses…después, La Perla y el Mapalé les sabían a cacho. Estuvimos con los Gaiteros de San Jacinto, un grupo llanero, el grupo de danza de Delia Zapata y el director musical era Blas Emilio Atehortúa”.

De regreso a Colombia la aerolínea Air France inaugura una promoción de viajes directos Bogotá-París, evento que incluiría un festival gastronómico. A éste es invitada Toto y sus tamboras, por intermedio de Estela Villamizar, jefe de Relaciones Públicas. Por dicha participación la seleccionan para ir a Francia y allí en uno de los lugares más famosos y visitados, el restaurante  Le Pharmacien, ubicado en la Torre Montparnassehace una importante temporada de presentaciones que se prolongó por cuatro meses.

Las invitaciones se siguen disparando y la llevan a cantar a la Unión Soviética  -país que considera es el que mejor la ha recibido-, por intermedio de la oficina institucional  Vox Concert. “En esa época era un escándalo ir a cantar a la Cortina de Hierro”, recuerda Toto. Lo cierto es que fue contratada para presentarse en  120 conciertos y terminó haciendo 185. Estuvo en los estados de Estonia, Lituania yLetonia.

Hemos dicho que Toto no es buena para recordar fechas, sin embargo, por fin nos da una y por cierto muy especial y difícil de olvidar: 1982, año en el que Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo. Allí estuvo actuando Toto con sus tamboras. Recuerda que por esos días D’Artagnan (q.e.p.d.) escribió una nota en la que en uno de sus apartes se refería a la presencia de la momposina en dicha entrega diciendo  que cómo iban a ir  a ese acto artistas. Su imaginó que la folclorista llegaría   con una papa en la boca diciendo cumbia. “Pienso que lo dijeron porque no tenían confianza en la apropiación de una identidad”.

Francia, un capítulo especial

Sin duda alguna la experiencia vivida en Francia ha sido especial para Toto. “Hice el camino  que deben hacer los artistas porque no todo lo que brilla es oro. Primero conseguí un colectivo de teatro para tener un sitio donde llegar y poder comenzar a aventurar. Yo salía a la calle a cantar, pero tenía donde dormir y lo que producía era para comer. Después con el tiempo  salí con ese colectivo y recorrí todo el sur deFrancia y el Mediterráneo cantando en los mercados de las pulgas, en los pueblos, en bares porque éramos poquitos: Batata, Julio, Roque, Witoto y yo”.

Si hoy le propusieran cantar en las tabernas o bares, tendría que hacer una selección “porque en el tiempo de antes  existían las tabernas pero se iba mucho a intelectualizar  y no a emborracharse. Las personas iban a escuchar, ahora eso no sucede”.

Recuerda sonriendo que la gente se acercaba a verla y les parecía rarísimo escuchar una música diferente, de un país que no sabian que era Colombia. Inclusive dudaban  de su cabello natural, el color de su piel. “Me tocaban, miraban los instrumentos y eso que ellos tienen colonias africanas”.

Así, en ese orden, su recorrido continúo por el resto de Europa hasta llegar aAlemania,  Suiza, Suecia, España, Italia, Yugoeslavia, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia y Portugal. Con la fundación Real World Record de Peter Gabrielse amplió su correría por el mundo y es así como llega a Australia, Malasia, Asia, Sri Lanka, Canadá y Japón.

De esta parte del continente regresa a sus orígenes latinos y hace una pausa de nuevo en Colombia, para  después retomar la gira por Ecuador, Chile, Brasil,Uruguay y Paraguay. A estas alturas había que preguntarle qué país o países le hacen falta por visitar y vaya sorpresa: “Me falta volver a Brasil y México, aunque ya había estado siento que en el momento que yo entre a México debo hacerlo como debo entrar”.

Así Toto y sus tamboras, con nueve discos publicados, más de 20.000 presentaciones, 50 países visitados, más de 5 decadas de trayectoria, sigue dejando una huella como la verdadera embajadora de Colombia ante el mundo.

Sobre German Matamoros G.

Periodista con más de 25 años de trayectoria en importantes medios de comunicación como El Siglo (Nuevo Siglo), Revista Semana, Revista Cromos y la cadena radial Todelar, medios en los cuales desempeñó funciones como redactor, editor, coordinador y jefe de redacción en diversas áreas como información general, distrital, política y judiciales; coordinador de temas y portadas de cultura y espectáculos. Es actual director de Comunicaciones Internacionales GM y jefe de prensa de reconocidos artistas nacionales.

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