Doctor Petro, su mandato empieza a preocupar.
Y son varias las razones para que muchos bogotanos empiecen a estar inquietos. La primera, que a menos de treinta días de su posesión, se vislumbrar la improvisación en su gestión como alcalde: hoy dice una cosa y mañana recula sobre la misma. Sobre el programa vial de obras de expansión en el Norte de la ciudad, donde ya se cobró la valorización; sin razón alguna, por capricho y en contra de todas las opiniones, detiene usted esta obra; cuando esta ciudad, y lo sabe hasta el más ignorante, necesita ser desembotellada o nos ahogaremos en medio del atasco de carros.
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