El presidente Iván Duque puede ser un buen un mandatario, por su preparación, su carisma conciliador y en apariencia por honesto. Sin embargo, en estos días en que está en el ojo del huracán de los colombianos, de los enemigos políticos y la oposición, la percepción es que no tiene autonomía ni liderazgo propio. Se comenzó a sentir de esa manera desde su primer “oso”, o equivocación, cuando se dejó influenciar de su jefe político Álvaro Uribe y el resto de la bancada del Centro Democrático al aceptar la demanda de los seis puntos en contra de los acuerdos de paz, los mismos que ha querido tumbar el expresidente Uribe desde el “SÍ y el “NO” y durante la misma campaña a la presidencia. Ese hecho, para no mencionar otros, en los cuales le ha ido mal, basta para preguntar, ...
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