Roger Carrillo Campo.

La revolución de las tecnologías de la información ha desarrollado un campo moderno de acción conocido como inteligencia artificial IA, que envuelven diferentes procesos relacionados con el procesamiento de datos, interacción con reglas matemáticas y algoritmos que pueden ser utilizados de manera eficientes en los procesos de auditorías, reduciendo de esta manera sus costos, generando mayores beneficios, posibilidades de automatización de tareas y reduciendo tiempos. Lo anterior, si se establecen reglas claras, transparentes y confiables en el uso adecuado de estas herramientas tecnologías.
En ese orden de ideas, la IA, se consolida como una herramienta de innovación disruptiva en el control fiscal, siendo la alta dirección de los organismos de control, los responsables de promover el establecimiento de la IA en sus procesos de fiscalización, mediante la aplicación de la misma en las auditorias llevadas a cabo a los sujetos auditables, gestores y responsables fiscales en la ejecución de los recursos del presupuesto general de la nación, recursos que deben ser auditados de forma oportuna y eficiente en aras de evitar la pérdida de los mismos o en su defecto responsabilizar a quien corresponda frente a la existencia de daño en bien gubernamental.
Si bien, la IA, se puede convertir en un agente revolucionario que pueda generar valor agregado en el campo de la auditoria fiscal, facilitando el procesamiento de datos en corto tiempo, suministrando información precisa para los entes de control, sin embargo, son los equipos auditores de las contralorías, quienes deben mediante el uso y aplicabilidad de esta herramienta tecnológica, fortalecer el proceso de toma de decisiones, mediante un análisis riguroso de esta información, de forma tal que permita validar y emitir conceptos mas acertados y objetivos en lo que al proceso de responsabilidad fiscal y disciplinario se refiere.
Lo anterior, se resume en articular de manera eficiente los recursos tanto tecnológicos como humanos para generar valor añadido al proceso de fiscalización en sí, haciendo visible la incidencia de la revolución 5.0, encaminada a aumentar la transformación digital y generar una oportunidad en la forma de hacer fiscalización en un entorno colaborativo entre funcionarios, máquinas y sistemas dentro de un ecosistema digital de inteligencia artificial-IA, encaminado a la modernización del Estado, mediante acciones de mejoramiento continuo en las distintas entidades públicas.
Con base en lo anterior, este escenario binario tecnología-funcionarios, permite que los profesionales de las áreas fiscales de los órganos de control, puedan tener la oportunidad de prepararse para enfrentar los procesos judiciales mediante el sistema experto como el mencionado por el profesor Orión Vargas Vélez “Juez Inteligente”, el cual los asiste en la predicción de la valoración judicial que, con base en la prueba mediada por algoritmos, pueda ser plasmada en una sentencia judicial más efectiva y pronta.
En ese contexto, la IA incorporaría novedades a la gestión fiscal como la automatización en la vigilancia de expedientes, obteniendo bondades como la detección temprana de anomalías y la reducción de errores en los procesos. Asimismo, facilitaría el análisis de riesgos mediante el aprendizaje supervisado, mejorando la capacidad analítica de las entidades de control. Además, la integración de información de múltiples sistemas optimizaría la toma de decisiones y fortalecería la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Según Luis Ernesto Bocanegra[1] (2022), la “IA es crucial en el proceso de responsabilidad fiscal ya que permite predecir la evasión fiscal y monitorear licitaciones sospechosas, mejorando la detección de malas prácticas y corrupción”. Además, facilita el análisis de datos históricos y la identificación de patrones de comportamiento en los procesos de responsabilidad fiscal. Esto contribuye a una gestión más eficiente y transparente por parte de las entidades de control.
No obstante, es importante y muy relevante entender las diferentes posturas frente a los retos y desafíos que representa la implementación de la IA en los sistemas, procesos y procedimientos de fiscalización propios de la contraloría general y territoriales, donde hubiere, máxime cuando solo existe un compromiso para avanzar en la regulación y apropiación de la IA por parte de los países y organismos multilaterales regionales; actores dinamizadores de este tema.
Las Contralorías, deben adaptarse a los cambios tecnológicos, los profesionales que se desempeñan en áreas de auditorías tienen la obligación de responder a los avances tecnológicos, mejorando sus destrezas y capacidades para producir informes de calidad en el menor tiempo posible, que permitan controlar los riesgos de corrupción con eficacia y eficiencia.
Automatizar las tareas de los profesionales de auditorías, les permite aprovechar mejor el tiempo para analizar, interpretar, emitir conceptos con mayor fidelidad y calidad, por ello, es decisivo avanzar en el uso de herramientas de IA. Es urgente que el Congreso de la República de Colombia, avance en la aprobación de una Ley que reglamente el uso adecuado de estas tecnologías para que se garantice la transparencia, los desafíos éticos, controles y vigilancias que deban existir en el manejo y uso de esta información, sus limitaciones y mitigar sus riesgos..
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Roger Carrillo Campo.-Economista, Posgrado en Economía Pública. Máster en Estudios Políticos Aplicados.