Entrevista con…
Yener Bedoya, media vida dedicada a las Clásicas del Amor
Por Germán Matamoros G.
Un día cualquiera cuando prestaba el servicio militar y además formaba parte del coro del Ejército Nacional, le dijeron a Yener Bedoya que iba a ir la gran artista Carmiña Gallo a cantar el “Ave María”, oportunidad en la cual se la presentaron.
Un año después empezó a estudiar arquitectura pero se retiró porque se dio cuenta que no iba para ningún lado, por lo que decidió estudiar música y presentó examen en el conservatorio en donde, por destinos de la vida, se volvería a encontrar con Carmiña Gallo, ya como su maestra de canto.
Con el paso del tiempo ella le propuso que hiciera parte del Coro Filarmónico de Bogotá y le comentó que tenían varias actividades, entre ellas las Clásicas del Amor, junto con el periodista y director general Alberto Upegui (q.e.p.d.).
Esto se dio en el año 1996 y desde entonces el artista bogotano ha estado vinculado al evento completando 22 de los 24 años que tiene de actividad las Clásicas y que anualmente se lleva a cabo en el Auditorio Old Mutual –conocido en una época como Skandia- ubicado al norte de Bogotá.
Precisamente por estos días y hasta el mes de septiembre se lleva a cabo la presentación del espectáculo con base en un interesante y variado programa musical en donde todos los lunes se abren espacios a diferentes géneros musicales con magnificas voces.
Cabe agregar que también es periodista y con dicho título pasó por el set del Canal RCN como presentador de noticias. “Después de haber estudiado música entré a estudiar periodismo y el doctor Upeguí, que también era un periodista, me pidió que le colaborara con algunos programas de radio y televisión, y a la par del canto empecé a estar en el tema de comunicaciones, le aprendí mucho y ahí logramos unir las dos cosas. Después con la maestra empecé a ser solista, después ella fallece, el doctor Upegui también fallece y antes de morir me dice: le entrego esta apuesta, mire usted qué va a hacer, y le dejan a uno esa responsabilidad. Él muere en el 2014 y tal vez desde el 2010 empezamos a estar al frente de toda esta aventura”, dice con cierta satisfacción el hoy cantante lírico y director general de las Clásicas del Amor.
–¿Usted ha seguido o sigue participando dentro de los números de las Clásicas del Amor y dirigiendo?
Combino las dos cosas. Digamos aquí hay una labor que te permite hacer muchos oficios, entonces mi periodismo, mi labor de comunicación la sigo ejerciendo. Presento el espectáculo, lo diseño, canto, no puedo dejar de estar en el escenario, me fascina estar en los escenarios, y lo sigo dirigiendo, entonces trato de mezclar todo, pero claro somos un equipo grande sin el cual esto no podría salir.
-Pero bueno, finalmente qué es lo suyo, descartando lo de ser arquitecto: comunicador social, director, cantante?
Me hacen la misma pregunta muy seguido. Digamos que la arquitectura fue una cosa muy fugaz, no la terminé, no la ejerzo. Ejerzo dos cosas: el periodismo y la música no solo de estar en un escenario, sino de ser un gestor, de abrir espacios para tantos talentos jóvenes que tenemos, para que tengan una producción digna, un espacio remunerado, la posibilidad de estar haciendo tablas cada ocho días.
-¿La parte vocal suya cómo nace, es un don natural, es un asunto de estudio, de preparación?
A pesar de que el canto nació de una manera muy empírica porque desde niño mi mamá me metía en cuanta clase de guitarra y concursos de canto y demás, yo estudié en colegio Salesiano en el centro Don Bosco y allí la música es importantísima y allá estudié con el maestro Néstor Cardona, y él me inició en el canto, tocaba la guitarra, el trombón y otros instrumentos y allá canté mucho. Después cuando ya salgo a ejercer la vida profesional, dije bueno quiero seguir estudiando y cantar de una manera profesional y así entré al conservatorio. Entonces trato de hacerlo de la manera más profesional posible.
-¿Cuál es el rango de su voz?
Soy barítono, es como el registro medio del hombre.
-Usted actualmente sigue como director de un evento muy importante, entonces el canto hasta dónde llega, sigue ahí normal o de pronto hay pretensiones de ser un lírico famoso?
No. Creo que cuando uno toma las riendas de una institución, no solamente yo dirijo este espectáculo, también lo dirige una corporación, la corporación Carmiña Gallo que tiene muchos proyectos. Digamos que uno ya no está pensando tanto en eso. Yo ya pasé por la fama, el reconocimiento, entonces no quiero lanzar un disco, ser famoso no. Estamos comprometidos como con otra misión en la música, y a veces lo chicos hoy en día quieren eso, ser famosos, tener reconocimiento, tener dinero, que los aplaudan, y a veces por eso uno pierde el placer de hacer música. Yo soy muy feliz con el público que viene a nuestro auditorio. Eso para mí es más importante que el éxito o la plata.
-Entonces al final de cuentas, le pregunto de nuevo: ¿lo suyo es qué?
¡Ja ja ja…! bueno lo mío es dignificar la música, la gente viene acá y aprecia la música, ve señores y jóvenes cantantes. Lo otro de pronto son más productos, donde le indican cómo debe pararse, cómo tiene que cantar, la gente que viene ve señores cantantes.
-Con 24 años que ya cumplió Clásicas del Amor ininterrumpidamente, ¿todavía hay cuerda para rato?
Mire en el 2019 estaremos haciendo la temporada 25, es decir 25 años y la gente se sorprende y se pregunta cómo hemos hecho para sostenerse 25 años, con un concierto cada ocho días y con un público que nos sigue y el esquema es el mismo, es un coro, es una orquesta, pero es que no ofrecemos ni escándalos ni nada de esas cosas, aquí es solo es canto y música.
-¿Qué público asiste por estos días a ver las Clásicas del Amor?
Tenemos un espectro muy amplio en nuestro público, tenemos un público que nos viene acompañando desde 1995. La gente no me cree pero hay parejas que se ennoviaron acá, se casaron acá, enviudaron acá, vienen con el hijo ya de 20 años, vienen con el nieto y todos han conocido la historia de Clásicas del Amor. Entonces tenemos un público adulto mayor pero también muy joven, y nos sorprendemos con gente de 15, de 20 años que nos dice yo quiero escuchar las baladas de Nino Bravo porque me cuentan que ese señor cantaba muy bien, entonces acá se lo mostramos.
-¿Qué cantantes de los que han pasado por las Clásicas han dejado una huella importante, los que más recuerda la gente?
Bueno, son muchos. La cifra la estaba mirando hace poco y son más de 650 cantantes que han aprendido y se han iniciado en las Clásicas del Amor, que se han ido para mejorar y que hoy en día algunos son figuras o bien de la música popular o del canto lírico. Hay unos que nos siguen acompañando desde sus inicios. Por ejemplo, yo tengo aquí a una señora que conocí de 15 años que canta divino y que hoy en día es mi esposa, se llama Paola Díaz, es una señora soprano aquí y en cualquier lugar del mundo donde la pongan. Están también Carmenza Pérez, tenemos un solista que aquí lo quieren mucho que canta lo tropical y le dicen el gordito, se llama Ernesto Serrano, es un icónico de las Clásicas; también tenemos a José Luis Ortiz que ha estado con nosotros todas las temporadas
-¿Dentro de las voces nuevas cuál es la tendencia?
Bueno, nos llegan muchos tenores, sopranos y mezzosopranos. Barítonos y bajos es casi que imposible conseguirlos en el país.
-Desde la época del fundador, Alberto Upegui, básicamente el género que identifica a las Clásicas del Amor es el bolero. ¿Cuándo se comenzó a incluir otros géneros musicales?
Sí, las Clásicas nacieron con el bolero y la canción romántica en la primera mitad del siglo XX y con énfasis en tres compositores: Agustín Lara, Rafael Hernández y Ernesto Lecuona. En vida ellos notaron que el público también se iba renovando, que pedían tangos, las baladas o música de plancha, entonces empezamos a montar trozos de ópera y zarzuela y eso empezó a gustar. Lo que gustaba era la variedad y decían pero como así que hoy cantan bolero y a los ochos días cantan esto y lo otro. Entonces hoy en día son más de 15 géneros como carrilera, tropical y los hacemos con el mayor respeto, obviamente con temas románticos pero con otro énfasis en la temática, en el despecho, el desamor, la tragedia…
-¿En qué año se abre ese espacio para otros géneros?
Yo creo que desde el año 99.
-¿En qué lugares se ha desarrollado el evento?
Nosotros tenemos una sede en la que nos quieren, que nos acogen que es el Auditorio Old Mutual, que antes se llamaba Skandia y se va a volver a llamar Skandia. Ahora hacemos muchas presentaciones privadas, en universidades, vamos a otras ciudades, vamos a municipios cercanos, también hemos viajado fuera del país.
-En la actual temporada ¿cómo ha respondido la gente?
Muy bien, el primer semestre fue raro por el tema de la política y en el segundo semestre hemos tenido concierto llenos, con repertorios muy variados, y es un público que viene a empaparse de todos los géneros.
-¿Qué novedades hay en la actual programación?
En este segundo semestre hemos retomado algunos conciertos que sabemos que a la gente le encantan. Se cumplen algunos aniversarios importantes como por ejemplo los 45 años de la muerte de Nino de Bravo, lo vamos a repetir porque ha sido una locura. Tenemos los dos años de la muerte de Juan Gabriel que es de los conciertos más solicitados, tenemos los 40 años de la muerte de José A. Morales, música tradicional colombiana, tenemos otros conciertos que también han sido la locura como es recordar las canciones de la vieja radio, tenemos un Varieté donde no solamente hay canto sino también baile, poesía, como eran los Varieté de hace muchos años y que se acabaron.
-¿Qué cantidad de público ve por estos días el espectáculo?
Gracias a Dios tenemos una ocupación de sala del 95 por ciento.
¿Cuál es la capacidad del Teatro?
El teatro tiene 300 sillas.
(Información de programación y boletería: Teléfono: 8 052418 – clásicas del amor.com).