Manos de seda
De los porteros en fútbol se suele decir que ocupan el puesto más ingrato. A veces su felicidad dura poco. Puede ser efímera. De héroes pasan a tal por cual. Nadie le agradece lo bueno si por una falla todo se derrumba. Detienen diez tiros de gol pero se equivocan en uno y el mundo se les viene encima.
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