Santos, más estilo que funciones en el segundo cargo del país
Por: Germán Matamoros G.
A mediados del mes de marzo de 2009 el Vicepresidente de la República Francisco Santos dio unas declaraciones públicas en las que no estuvo de acuerdo con su jefe inmediato, el señor presidente Álvaro Uribe Vélez, lo cual dio pie para que se convirtiera en la noticia más importante de ese momento y por primera vez en la historia política colombiana la figura del Vicepresidente cobraba la mayor relevancia, tal vez por su estilo polémico y frentero para decir lo lo que piensa.
En ese entonces el Vicepresidente Santos se refirió, ni más ni menos, que al Plan Colombia con serios cuestionamientos que desataron gran polémica al proyecto que nació en 1999 entre Colombia y Estados Unidos, bajo el mandato de Andrés Pastrana, diciendo que “ya no es necesario y es indigno”. Por supuesto esto iba en contravía de lo pensaban el primer mandatario, el ministro de Defensa y el Canciller que habían realizado lobby ante diferentes instancias en Estados Unidos para que este plan no terminara en el mandato de Barak Obama.
La opinión de Santos hizo mella exactamente el viernes 13 de marzo, cuando en una columna de opinión Joel Brinkley, ex corresponsal del New York Times, aseguró que el Vicepresidente había manifestado que la lucha contra las drogas, principal objetivo del Plan Colombia, podría continuar sin la ayuda de EE.UU.
En otra oportunidad Santos hizo reaccionar a algunos miembros de la coalición de Gobierno, y el mismo presidente Uribe tuvo que llamarle la atención a su Vicepresidente («darle unos consejitos»), por afirmar que «entre 30 y 40 congresistas, o de pronto más», irían a la cárcel por nexos con el paramilitarismo. Con estos ejemplos quedó demostrado que la importancia que cobraba la figura del Vicepresidente, aparte de la que la ley le da como tal, eventualmente se siente. En otras, palabras, si no hay escándalos la figura sigue siendo “segundona”, casi desapercibida para ser el primer hombre de confianza del Presidente.
Sin duda alguna que como Vicepresidente es quien ha tenido la mayor figuración por sus constantes declaraciones a los medios, bien sea por su particular forma de decir las cosas, o por “bonachón”, pero no por ocupar el primer cargo de la Nación en usencia del Presidente.
Tan sólo estos dos hechos públicos llamaron la atención de Ver Bien Magazín para hacer una breve retrospectiva histórica sobre la importancia y la utilidad de la figura vicepresidencial en nuestro país, pues desde que fue creada constitucionalmente en 1821, ésta determinó que se ejercerían las funciones del presidente en caso de muerte, destitución o renuncia hasta cuando se realizará las próxima reunión de asambleas electorales. También asumía funciones presidenciales cuando había ausencia por enfermedad o cualquier otra falta temporal del Presidente (artículo 109). Sin embargo, por decreto del 27 de agosto de 1828 del libertador Simón Bolívar, la Vicepresidencia se suprimió. Y la Constitución de 1830 revivió la institución vicepresidencial (Artículo 76) y dijo que si éste faltare lo suplía el presidente del Senado hasta la nueva elección del Presidente y del Vicepresidente, para lo cual se expedían las órdenes necesarias.
Lo cierto es que en cualquiera de esos casos el Vicepresidente no pesa tanto, o no tiene mayor figuración, salvo en casos como los ocurridos con el doctor Francisco Santos y sus pronunciamientos –por cierto muy informales- ante la prensa.
Vale recordar que la figura vicepresidencial se origina principalmente en la historia política de los Estados Unidos que al parecer ha sido la base para que a través de los tiempos otros países, especialmente latinoamericanos, se hayan apoyado en esa imagen “segundona”, para algunos -como bien lo define en su libro el periodista Óscar Alarcón bajo el título “Los segundos de abordo” y que finalmente, hasta hoy, ha sido creada para tapar la ausencia del presidente en casos especiales.
Hasta el año 1992 se decía que el Vicepresidente sería decisivo en las elecciones de 1994. Es decir, hacia 90 años que los colombianos no tenían Vicepresidente, pero ante la nueva figura jurídica establecida por la Constitución de 1991, se empezaron a tejer cábalas y suspicacias, las mismas que nunca han faltado en lo que tiene que ver con la política, independientemente de las épocas electoreras. Es más, durante las elecciones presidenciales en los llamados “sonajeros políticos” es de lo que menos se habla, ya que finalmente el Presidente es quien define su fórmula presidencial.
Por otra parte, en la papeleta o tarjetón para elegir presidente de la República en 1994, figuraron dos casillas: la de candidato y la de su vicepresidente. Así lo determinaba la Constitución Política de Colombia en el capítulo 3 del título VII (de la Rama Ejecutiva), donde se advierte que ese funcionario tendrá el mismo periodo del titular y lo reemplazará en sus faltas temporales o absolutas, requerirá sus mismas calidades y no podrá ser elegido Presidente ni Vicepresidente para el periodo siguiente.
Ocho vicepresidentes.
Entre 1819 y 1992, Colombia ha tenido ocho Vicepresidentes: Francisco de Paula Santander, Domingo Caicedo, Rufino Cuervo, José de Obaldía, Manuel María Mallarino, Eliseo Payán, Miguel Antonio Caro y José Manuel Marroquín (el Congreso de Angostura escogió como Vicepresidente en 1819 a Francisco Antonio Zea, quien no ejerció).
Santander: “El hombre de la leyes” fue elegido vicepresidente por el Congreso de Cúcuta, en 1821, y desempeñó su cargo a plenitud desde 1823.
Caicedo: el sempiterno segundo hombre, se encargó 11 veces de la Primera Magistratura, desde 1830 hasta 1842, en los gobiernos de Simón Bolívar, Joaquín Mosquera, José Ignacio de Márquez y Pedro Alcántara Herrán.
En 1847, Cuervo, como vicepresidente de Tomás Cipriano de Mosquera, se encargó cuatro meses del gobierno, mientras el titular visitaba provincias.
El elocuente Obaldía, nacido en ciudad de Panamá, como vicepresidente de José Hilario López, asumió varias veces la dirección del Ejecutivo y en una de tales encomiendas, precisamente, le tocó declarar el comienzo de la libertad de los esclavos. Bajo la Presidencia de José María Obando, se encargó del mandato en 1853 y en 1855.
En aquel año, el Congreso eligió Vicepresidente al profesor y orador Mallarino, quien completó el mandato de Obando.
En 1887, el vicepresidente Payán, abogado y militar, se encargó dos veces del poder en el régimen de Rafael Núñez. Al caer en desgracia, Núñez viajó precipitadamente desde Cartagena y lo destituyó.
El otro vicepresidente de Núñez fue el cáustico y autoritario Caro, quien por enfermedad del titular asumió el poder en 1892, y a la muerte de aquel completó el período hasta 1898.
Entre 1898 y 1904 (guerra civil de los Mil Días, separación de Panamá), por enfermedad del Primer Mandatario Manuel Antonio Sanclemente, se encargó en un inocultable “golpe” su vicepresidente, el letrado y verificador Marroquín. Él fue el último en ostentar ese cargo, de modo que hasta 1992 los colombianos no tenían Vicepresidente.
Cábalas
Ahora bien, las cábalas sobre los futuros vicepresidentes también hacen parte de esos procesos políticos. Y dentro de las más recientes se recuerdan, por ejemplo, las de mediados de los 90, en las que se hablaba de Humberto de la Calle Lombana, Rafael Pardo Rueda, Alfonso López Caballero, Juan Manuel Santos, Gabriel Rosas Vega (liberales), Noemí Sanín, Juan Gómez Martínez, Luis Guillermo Nieto, Juan Diego Jaramillo (conservadores), Ramiro Lucio y Antonio Navarro (M-19).
También se hacían conjeturas sobre coaliciones como por ejemplo: la del combo de Andrés Pastrana con el de Juan Manuel Santos, o la barra de Ernesto Samper con la de Noemí Sanín, o el escuadrón de Enrique Parejo con el de Ramiro Lucio, o el cuadro de Miguel Maza Márquez con el de Rafael Pardo Rueda. Cábalas que en el actual y candente proceso electoral en torno a una segunda reelección presidencial al parecer no existen.
Lo que dice la historia
Los artículos 202, 203, 204 y 205 de la Constitución Política de Colombia de 1991 establecen la figura del Vicepresidente de la República, su forma de elección, período,formas de reemplazo, requisitos y faltas absolutas, entre otras. El Decreto 4657 de 2006, establece las funciones del Vicepresidente de la República y entre otras, le indica ejercer las misiones o encargos especiales que le confíe el Presidente de la República, de conformidad con lo establecido por la Constitución Política.
La Constitución de 1991, dio nueva vida a la institución de la Vicepresidencia que no existía desde 1910 cuando Ramón González Valencia fue cesado en sus funciones de Vicepresidente por el Presidente Rafael Reyes, y la figura del Designado adquirió un peso de relativa importancia.
Durante el siglo XIX, se desarrollaron varias reformas constitucionales que realizaron diversos cambios a la figura del Vicepresidente. En 1821, 1828, 1832, 1843, 1853, 1858, 1863, 1886, se hicieron diversas modificaciones a la Constitución de acuerdo a los intereses y divergencias personales políticas de la época, con la institución de la Vicepresidencia. Estos cambios tenían que ver principalmente con la forma de elección, funciones y período de esta figura. Unas reformas de corte centralista y otras, como la Constitución de 1858 sancionada por Mariano Ospina Rodríguez, de tendencia federativa, que delegó en los Estados algunos asuntos importantes y suprimió la Vicepresidencia reemplazándola con el nombramiento de tres designados.
Entre 1886 y 1910 fueron Vicepresidentes de la República Eliseo Payan, Miguel Antonio Caro y José Manuel Marroquín, pilares de los gobiernos regeneradores, que se caracterizaron por su fuerte centralismo, aunque difirieron en excluir del gobierno a liberales y conservadores disidentes.
Bajo el gobierno del quinquenio de Rafael Reyes culminaría la institución de la Vicepresidencia, al iniciarse el nuevo siglo, pero todavía marcada por los elementos del siglo XIX.
Desde 1994, con la entrada en vigencia de la Constitución de 1991, se viene eligiendo Vicepresidente de la República simultáneamente con el Presidente. En 1994 fue elegido Humberto De La Calle Lombana, en fórmula con Ernesto Samper Pizano quien lo envió como embajador a España. El 10 de septiembre de 1996 por discrepancias con el Presidente, De La Calle renuncia a la Vicepresidencia, y es reemplazado por Carlos Lemos Simmonds, quien ejerció como Presidente de Colombia en 1997, durante una licencia por enfermedad de Samper Pizano.
En 1998 son elegidos Andrés Pastrana como Presidente y Gustavo Bell Lemus como Vicepresidente de Colombia. Durante este gobierno Bell Lemus se encargó de la oficina de Derechos Humanos (1998-2001) y fue ministro de Defensa Nacional (2001-2002).
Desde 2002, y hasta la fecha viene ejerciendo las funciones de Vicepresidente de la República el periodista Francisco Santos Calderón quien ha sido elegido en dos oportunidades como fórmula del Presidente Álvaro Uribe Vélez. Por encargo del Jefe del Estado, Santos Calderón tiene a su cargo los temas de derechos humanos, secuestro, lucha contra la corrupción, juventud y lucha contra las minas antipersona.
En general, la institución de la Vicepresidencia en Colombia ha sido más figurativa que participativa dentro de la dinámica política del país, y no ha tenido le relevancia que demanda el cargo, ya que quienes la han ejercido no han gozado del suficiente protagonismo ni reconocimiento de la sociedad, que debería tener el segundo cargo más importante de la Nación.