Por: Senén González Vélez

(Toronto, Canadá, 1o. de julio de 2025).
Colombianos: no sabría a quién carajo dirigirles esta nota, cuando los malos pasos tienen prisa, y los buenos caminan lentos detrás de los malos que, para colmo de males, se les tiene a los buenos como un objetivo o blanco en mira de la subversión, la que dispara balas para matar, o… algo tan letal como son las calumnias para acabar con la moral y la dignidad humana.
Si hacemos un pequeño examen de los amenazados a muerte en el país, se puede observar que, en un alto porcentaje, aparece la derecha, que está representada por un sector del partido Centro Democrático, y otros que no estando en esa línea uribista, son ampliamente opositores al gobierno.
Todos los contradictores están en riesgo muy alto. ¿No les parece muy curioso esto? ¿Qué lectura se le podría dar a esta discriminación? Solo una, que el país en su totalidad se está inclinando hacia la derecha, y ese deslizamiento resulta terrible para la izquierda, y por ello, como aves de mal agüero, lo anticipamos, no van a entregar el poder.
Al considerar que la situación está sumamente grave, hay que tomar soluciones drásticas al tenor de lo que está escrito en la Constitución.
Lo que no se puede permitir es que se trate de permear a la justicia y atentar contra las Cortes, ni mucho menos al Congreso. Antes por el contrario, estamos obligados a defenderlos para que no se dejen intimidar, y que se sientan respaldados por el pueblo.
Desde luego las manzanas podridas, o las que están a punto de podrirse, las hay en todos los canastos, y…esas, son las más peligrosas, porque, en términos patrióticos, se llaman traidores.
Lo cierto es que hemos llegado a tal extremo, que al senador, Miguel Uribe Turbay, se le trató de asesinar y casi que lo logran. Ahí está el distinguido compatriota en cuidados intensivos luchando por su vida. ¡Dios lo ampare!
Corte Suprema de Justicia. (Imagen: archivo particular-VBM).
Al ex presidente, Álvaro Uribe Vélez, se le viene acosando en estos últimos quince años de forma continua, aplicándole una ‘’eutanasia pasiva’’ de manera judicial, que devasta la psiquis del más fuerte de los seres humanos.
Ahora tienen en la mira al general ® Eduardo Zapateiro, acusado de concierto para delinquir, inventándole algún episodio en su gestión militar que no existió, y por lo mismo, lo ponemos en duda, porque conocemos su hoja de vida y su entrega en la fe por la causa.
La Honorable Corte ha tomado la decisión de llamar a declaración a Otoniel y dejar en firme la investigación contra el general Zapateiro. Eso en el fondo me parece sano para dejar limpia la hoja de vida del alto oficial. Y
el proceder de la Corte, lo entendemos como una forma de darle transparencia a la investigación, la que seguramente terminará declarando su inocencia.
Recuerden: La calumnia es el arma de los criminales, que la emplean cuando las balas no se pueden disparar.
No creo que el presidiario Otoniel declare contra el general acudiendo a un testimonio falso. Ya es suficiente el daño que le han hecho al país, con todos estos testimonios amañados y mentirosos. Ningún testimonio falso resucitará a los muertos, ni reivindicará, ni sacará de las cárceles a los presos, solo se atreve hacerlo el Presidente para hacer uso del populismo, a través de una parlamentaria que ni siquiera vale la pena citar su nombre, para después encerrarlos nuevamente. ¡Cría cuervo que ellos te sacarán los ojos!
Lo que si preocuparía muchísimo es que los que tienen en sus manos la administración de la justicia, sus determinaciones se unten de color político, y sea una estrategia aliada con el Gobierno para el juzgamiento de las conductas de los ex funcionarios de otro mandato, como defensa de los desaciertos del gobierno actual. Eso sería lamentable.
Si existiera independencia en los poderes y de los juicios individuales en forma libre, brillaría la justicia.
Quienes no cumplan con el sagrado deber de honrar la justicia, que debe ser ciega para fallar, quien no lo haga, mancha la investidura de la toga, y viola el espíritu de las leyes para prostituirlas ante el mejor postor. Hay excepciones, y esas son las que tenemos que defender, porque esas serán las que contribuirán a salvar la patria.
En este Gobierno llueven los conciertos de toda clase y de todos los ritmos, y nada pasa. Ante tan diabólica andanada de sucesos, uno se pregunta, ¿quién juzga a quién, si no existe autoridad moral para hacer tales juicios, y menos con señalamientos acusadores, si quienes lo hacen son los mismos que accionan la guillotina? ¿Juez y parte?
Y pensándolo bien, ¿en manos de quien o de quienes está la seguridad del Estado? ¿En manos de quien o de quienes está la justicia acusadora del país? ¿No han observado quien es la persona que está a cargo de la Unidad Nacional de Protección? ¿Será que tiene las manos limpias? ¿Será que la fiscal con dedo acusador en el proceso contra el ex presidente Alvaro Uribe Vélez, está motivada por la justicia recta y cumplida, o con la desviada e interesada¿ ¡Averígüelo Vargas!
En el país, ya nada nos queda, porque todo nos lo están quitando: la dignidad, la independencia de los poderes, y hasta el coraje, y… se atropella el respeto institucional y empresarial porque se han burlado de todos descaradamente, me corresponde invocar, aunque suene a una ilusa metáfora, el espíritu del Quijote de la Mancha, para que por lo menos hagamos el intento de luchar contra los monstruos imaginarios y los fantasmas representados en los molinos de vientos, pensando en que el pueblo colombiano conforme una ‘’caballería andante’’ para enfrentar al molino que está triturando el Estado de Derecho de los colombianos.
Sería un atentado a la dignidad de la patria seguir dormidos ante lo que le está pasando a la Nación, a la luz del sol y de la luna, haciendo las veces de espectadores o de bohemios en el trasnocho y el guayabo, en lugar de guerreros de hacha y machete.
Nos estamos quedando hipnotizados por la cobardía, para que nos escriban en una lápida el epitafio diga: ¡Aquí Colombia perdió su honor, porque un solo terrorista la redujo a cenizas!
Es preferible ver escrito: ¡Colombia se defendió de los terroristas, y hoy solo quedan cenizas!
Colombianos: debemos decidirnos por la lucha en nuestra defensa; eso está en la Constitución, y con más razón, si no hay quien o quienes nos protejan.
Nosotros estamos huérfanos de quienes nos defiendan, y por eso hay prisa, no sea que pasemos de águilas raudales a una cuerda de estúpidos vencejos, parodiando al poeta.