«El resto de su vida es es lo mejor de su vida»
David Brown Periodista y productor de cine en EEUU
El enorme y estruendoso crecimiento de Bogotá ha sido incontenible. ¿Para bien o para mal? Por allá en los años treinta esta capital estaba limitada, en el Sur, por el barrio de Las Cruces y algo de San Cristóbal y por el Norte por la Iglesia de San Diego. Chapinero era aparte y Usaquén un pequeño pueblo que se visitaba en plan de excursión lejana que hacían los estudiantes de algunos colegios.
Hoy, Bogotá es una ciudad esplendorosa por sus construcciones, altos edificios, apartamentos que han sustituido las viejas y hogareñas casas, pero con reparos de los cuales se quejan muchos habitantes que se sienten incómodos, por la ya generalizada inseguridad que atenta contra la propiedad privada, los paseos, los trotes y hasta las vitales caminatas que son para muchos una especie de recuperación vital.
La bicicleta, fue un gran invento no sólo por los servicios que presta sino por el ejercicio que restituye los mejores momentos de la vida. Pedalear, pedalear, y pedalear es no sólo un saludable ejercicio sino un termómetro de vitalidad.
Una de las noticias más espectaculares leídas en los diarios y escuchadas en otros medios de comunicación se resume en un titular de «El Tiempo» de Bogotá: «Ni Peñalosa se salva de los ladrones». Nada menos que el ex-alcalde de esta ciudad y candidato a volver a tomar sus riendas después de las próximas elecciones. El precavido ex-funcionario bogotano, menos mal, tenía y tiene una segunda bicicleta, no tan buena como la primera pero por ahí la tiene para continuar pedaleando para reforzar su campaña política y mantener ese estado físico que su vida le reclama y que los apóstoles del deporte nos predican a diario.
El sermón laico de hoy, servirá -ojalá- para «envejecer con desvergüenza» como reza el título del libro escrito por David Brown, que bien podría ser una especie de catecismo para el bien vivir, a pesar de que tiene algunos conceptos que no compartimos, pero que podrían ser un punto de partida para analizar el desarrollo de nuestras vidas.
De todas maneras, uno de los libros más interesantes, para los matusalenes y para los jóvenes imberbes es el de Brown, intitulado «Envejezca con desvergüenza» y tal vez, aunque a ustedes también les roben sus bicicletas, puedan disfrutar del resto de sus vidas con salud y felicidad, si analizan con paciencia y comprensión el dicho aquél de que no «no hay mal que por bien no venga». Y que, estas reflexiones, le sirvan asimismo de consuelo al doctor Enrique Peñalosa, para que pueda continuar el resto de su vida siempre con esa actitud juvenil, pedaleando y pedaleando, con fuerza y buen equilibrio.