En mi columna anterior mencioné la debilidad del actual Orden Liberal Internacional para obligar al gobierno de facto de Venezuela a entregar las actas escrutadas y a aceptar su derrota en las recientes elecciones presidenciales de ese país.
Este caso como otros que se han venido presentando a lo largo de la historia de este orden liberal internacional, nos lleva a confirmar que debe modificarse para que se creen mecanismos que obliguen a los países a preservar la democracia y los principios liberales como un mecanismo de consolidar y preservar la paz mundial y la convivencia pacífica, y que en realidad se respete la igualdad de los pueblos en el mundo.
Las recientes noticias que mencionaron los distintos medios de comunicación televisivos relacionada con la llegada de miembros del ejército ruso como los mercenarios conocidos como los paramilitares Warger, debe ser un llamado de atención para la región y en particular para Colombia, pues es conocido su actuar en el África y sobretodo que operan en la ilegalidad y están fuera de todo contexto del ordenamiento institucional del actual orden liberal mundial.
Si tenemos en cuenta que la institucionalidad colombiana reconoció que se les salió de las manos el control territorial, y que son los distintos grupos ilegales los que cada vez ganan terreno, si a eso le sumamos la presencia de este grupo paramilitar ruso en el vecino país con el cual compartimos una frontera marítima y terrestre que no podemos controlar, este hecho pone en peligro nuestra seguridad nacional y permea aún más nuestra frágil soberanía, por lo que no entiendo el porqué gobierno no ha ordenado cerrar las fronteras.
Si bien es cierto que con la situación actual de inestabilidad en la que se encuentra el vecino país va a producir una masiva migración, en la cual Colombia será la más afectada y traerá consecuencias negativas en todos los aspectos, es de esperar que la mediación de Colombia, Brasil y México con el apoyo de Estados Unidos traiga resultados positivos y debemos ser solidarios y aunar esfuerzos para encontrar una solución al caos venezolano; también es cierto que los intereses colombianos deben primar por encima de cualquier circunstancia, por lo que debemos diseñar políticas públicas para proteger nuestra soberanía, nuestra seguridad nacional y la estabilidad económica, social y política del país.
La presencia y el respaldo de Rusia al gobierno de Maduro es el resultado de la confrontación del bloque ruso-chinó contra Estados Unidos y sus aliados en Occidente.
Colombia debe saber jugar como lo hacen algunos países africanos que se benefician de los dos bloques y se mantienen neutrales. El hecho de que nuestra política exterior siempre haya sido réspice polum mirando hacia el norte, hacia Estados Unidos, y que seamos sus principales aliados en la región, nos pone aún más en peligro y en fragilidad, teniendo en cuenta que, en la confrontación antes señalada, Rusia pretende desestabilizar más la región y en particular a Colombia por las condiciones que presenta frente a Estados Unidos.
Por todos es sabido que, si bien el actual orden liberal internacional debe modificarse, es preciso que los principios filosóficos basados en sus libertades y en la preservación de los Derechos Humanos deben mantenerse, y en este punto en particular Rusia y China pretenden aniquilar para consolidar la dictadura y la represión como existe en esos países y en Venezuela.
Esperemos que la presión diplomática y sobretodo el aguante de la oposición y la perseverancia en su lucha que ellos sigan haciendo al interior de su país traiga la estabilidad y el camino a la democracia, ya que no solo ganaría Venezuela, sino la región y en particular Colombia.
Lo importante allí, es que independientemente del resultado positivo o no que se pueda obtener, Colombia debe desde ya tomar las medidas necesarias para evitar una hecatombe en nuestro país a causa de los efectos colaterales en que vive Venezuela y en especial por la presencia del grupo paramilitar Wagner que es el mayor peligro para nuestra seguridad nacional. Recemos para que este grupo no haga alianzas nefastas con las distintas organizaciones criminales que tienen en vilo la paz y la soberanía de Colombia.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.