La decisión del presidente de EE. UU., Donald Trump del 7 de febrero según noticias de prensa internaciona, de imponer sanciones a la Corte Penal Internacional (CPI) ha generado una amplia condena internacional, intensificando la preocupación por la estabilidad del orden liberal internacional. Estas sanciones, que incluyen medidas financieras y restricciones de viaje contra personal de la CPI y sus familias, responden a las investigaciones de la Corte sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza, que derivaron en órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y su exministro de Defensa, Yoav Gallant. Es un mal mensaje para el mundo y representa el fortalecimiento de los autoritarismos.
Todo lo anterior género como era de esperarse un rechazo total. Al parecer la Unión Europea es la institución que lidera y aboga por el respeto del Derecho Internacional, de su institucionalidad, de la paz y el respeto a las libertades y a los derechos humanos.
La CPI, con sede en La Haya, ha respondido con firmeza, instando a sus Estados miembros a resistir las sanciones, que considera un intento de «socavar su labor judicial independiente». Líderes de la Unión Europea, incluyendo a Ursula von der Leyen y António Costa, han expresado su desacuerdo con la medida, argumentando que compromete la justicia global y la autonomía de la Corte. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha criticado las sanciones como contraproducentes y perjudiciales para una institución esencial para la rendición de cuentas de líderes autoritarios. Países Bajos, como sede de la CPI, ha reafirmado su compromiso con la misión del tribunal en la lucha contra la impunidad. En contraste, Hungría ha defendido las sanciones, acusando a la CPI de parcialidad política, reflejando divisiones en la respuesta internacional.
Donald Trump. (Imagen: Getty Images-VBM).
Se podría decir que no fue un asombro la posición hungara debido a sus características propias, ya que un país cuyo gobierno ha sido caracterizado por políticas de ultraderecha, refleja un apoyo a las políticas de Trump en relación con la CPI y el conflicto israelí-palestino. Esta postura se alinea con una visión crítica hacia las instituciones internacionales y un enfoque más nacionalista en la política exterior.
Contexto Político y Trasfondo
Las sanciones de Trump se producen en un contexto de tensiones globales exacerbadas por el conflicto en Gaza y la creciente polarización política en EE. UU. Esta acción se interpreta como un fuerte respaldo a Israel y un rechazo a los esfuerzos por responsabilizar a sus líderes por presuntas violaciones del derecho internacional. La medida ha reactivado el debate sobre la legitimidad y el alcance de la jurisdicción de la CPI, con críticos que cuestionan su independencia y otros que defienden su papel en la promoción de la justicia global.
Esta situación no solo debilita el Derecho Internacional Público, sino que además pone en entredicho los derechos de los palestinos, toda vez que el presidente estadunidense quiere desalojarlos de su tierra natal por la que tanto han luchado.
Implicaciones para el Orden Liberal
Las sanciones representan un desafío significativo para el orden liberal internacional, basado en la colaboración multilateral, el respeto al derecho internacional y la defensa de los derechos humanos. Al atacar a una institución clave del sistema de justicia global, EE. UU. socava los principios fundamentales de este orden y establece un precedente peligroso. Además, podrían obstaculizar las investigaciones de la CPI y poner en riesgo a su personal. En un momento en que la Corte ya enfrenta desafíos considerables, como ciberataques, las sanciones podrían limitar su capacidad para cumplir con su mandato.
Perspectivas Futuras
El futuro de la CPI y del orden liberal internacional es incierto. La respuesta de la comunidad internacional a estas sanciones será crucial para determinar si estas instituciones pueden mantener su papel en la promoción de la justicia y la paz a nivel mundial. De no mantenerse, retrocedemos en la historia y como civilización, ya que cobraría fuerza la tesis de Tomas Hobbes: “el hombre es lobo para el hombre”. Volvemos a la época de que los países poderosos acaban con los más débiles.
De otra parte, vale la pena realizar un análisis de las violaciones de las normas y del deterioro del Orden Liberal así:
Violaciones de Normas Internacionales
Principios del Estatuto de Roma: Aunque EE. UU. no es miembro, las sanciones desafían los principios del Estatuto de Roma, que busca abordar crímenes de trascendencia internacional.
Independencia Judicial: Las sanciones son una afrenta a la independencia judicial, un pilar del estado de derecho tanto a nivel nacional como internacional.
Cooperación Multilateral: La acción unilateral de EE. UU. contradice el espíritu de cooperación multilateral esencial para la resolución de problemas globales.
Deterioro del Orden Liberal
Socavamiento de Instituciones: Las sanciones ejemplifican una tendencia al debilitamiento de las instituciones multilaterales, intensificada en los últimos años.
Desprecio por el Derecho: Reflejan un desprecio por el marco legal internacional, poniendo en riesgo la estabilidad de las relaciones entre estados.
Aumento de la Polarización: Se relacionan con un incremento de la polarización y el nacionalismo, que promueven políticas exteriores unilaterales en detrimento de la colaboración global.
Todo lo anterior nos lleva a concluir que los Estados Unidos está acabando con el Orden Liberal Internacional que creó y generando grandes desequilibrios. Además, con las sanciones comerciales impuestas por ese país a China, Canadá y México, se ha generado grandes movimientos en los que Rusia fortalece su mercado de divisas por el ingreso de algunos países latinoamericanos como México y Argentina, por ejemplo, y otros se han acercado a China como lo mencionó ya la Unión Europea que ocurrirá si el tío Sam toma acciones parecidas con el bloque europeo.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.