Tiquete de primera

Una vez más hay que recordar la premisa de que no hay técnicos intocables y el derecho a la opinión es inalienable. Creo, eso sí, que la crítica debe tener fundamento, credibilidad y buena fe. El sesgo la contamina. Frente al argentino José Pekerman no hay excepciones en esa materia. Lo que escribimos, como anotaba algún viejo comentarista, también se lo podemos decir en la cara, sin provocar reacciones alérgicas. Dentro de ese espacio de equilibrio, y desde luego sobre lo que se vio en el Centenario, cabe reiterar que, en nuestro concepto, tal vez cometió algunos errores, que inclusive les señalan otros expertos, no propiamente afectos a sus entornos y con claras señales de tono cargado. Se advertía que Colombia no podía ir a la confrontación, porque en ese campo Uruguay sabe su oficio, y, por el contrario, debía empeñarse en sacar jugo del talento y no de la fuerza. Guarín dio la imagen de la fortaleza y si bien quiso hacer de enlace por momentos, no es propio de su juego. Quizás era Aldo Leao el indicado, o su defecto, Juan Fernando Quintero. Aunque nadie lo puede garantizar. El juvenil Stefan Medina quedó en el foso de los leones uruguayos y lo devoraron, como hoy lo hace la mayor parte de la crítica del país. Y Cuadrado, en un encuentro controlado pero siempre difícil, nada tenía que hacer por Teófilo, quien distraía a la marca uruguaya y acompañaba a Falcao, cuando apenas faltaban quince minutos para el final. Hasta ahí va el peso del estratega, y desde luego son apenas impresiones de un día después. De lo demás, poco para hablar. En esos terribles instantes de los dos goles, creo que se fue la luz para discernir. Sin embargo, superado el impacto de la derrota, que siempre duele aunque sea de la esencia del juego, podemos reafirmar la confianza en Pekerman, con sus virtudes y defectos, en el plantel de jugadores y en su decisión de luchar por mantener el buen rumbo. Me parece que por puntos y cifras, Colombia ya tiene tiquete de primera clase (cupo directo) para Brasil 2014.

Sobre Rufino Acosta

Periodista y abogado. Se inició en el programa Deporte al Día, de La Voz de Santa Marta, en 1960. Trabajó con El Informador de la capital del Magdalena entre 1961 y 1964. Fue corresponsal de El Espectador en 1964 y desde 1965 hizo parte de la redacción deportiva en Bogotá, hasta su retiro en 1998. Estudió Derecho en el Externado de Colombia (1965-1969). Afiliado al CPB y Acord Bogotá.

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