Colombia un país multicultural en el que tenemos raíces africanas, indígenas y españolas, además de otras culturas que a través de la historia fueron llegando al país, lo cual nos influencia para bien como para mal.
En este orden de ideas vale la pena traer a colación el libro ÁFRICA NECESITA DE UN PROGRAMA ¿AJUSTE CULTURAL? Del autor africano Daniel Etounga –Manguelle escritor y economista camerunés, quien utilizó la expresión “ajuste estructural” en la que liga la economía con adaptar la cultura africana para producir un verdadero cambio que pueda conducir al desarrollo.
La reflexión a la que el autor nos invita aquí, no sólo conduce a la evidente necesidad de actualizar nuestros hábitos y costumbres ancestrales; elementos de la cultura africana, si los hay, pero el economista demuestra, además, con ejemplos que lo respaldan, que, sin este ajuste cultural, no hay salvación para las poblaciones africanas.
(Imagen: archivo internacional – VBM).
Para Etounga – Manguelle no hay lugar a dudas: la corrección de los desequilibrios, así como las condiciones económicas libres observadas en casi todos los estados africanos, requieren un cambio radical de comportamiento. Hay un problema cultural, a la hora de definir el medio por el cual involucraremos a la población en el proceso de desarrollo, o decidir las acciones a tomar para lograrlo.
La población debe ser consciente de la gran tarea a realizar para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.
Tanto en el mundo como en Colombia existen muchas problemáticas que nos cuestionan como, por ejemplo: el terrorismo, la pobreza, el narcoterrorismo, la inequidad social, la violencia, las guerras y otros conflictos armados, las adicciones, la corrupción, el debilitamiento del Estado y por ende de la democracia, la falta de presencia del Estado entre otros más.
Pero considero que lo que más aqueja a nuestro país es la falta de un patriotismo y un nacionalismo bien entendidos en los que cada colombiano se ponga la camiseta por la nación dejando a un lado las ideologías y practicando una actitud de compromiso y disciplina para que entre todos podamos reconstruir el Estado sin ningún miramiento religioso, o étnico, es decir unidos bajo una sola bandera.
Entre los males que se resaltan se encuentra la facilidad con la que los colombianos critican por el placer de hacerlo y al parecer es un tema cultural arraigado, en el que no existe ánimo alguno de compromiso para la toma de soluciones de las distintas problemáticas, con lo cual todos los males antes señalados unidos a esté nos conduce al subdesarrollo.
Si a esto le sumamos el hecho de que culturalmente los colombianos se consideran los sabelotodo y no aceptan que se les digan las verdades y sus falencias, ya que todos sientan legislación y ciencia, también es otra característica cultural.
Podríamos decir que el libro del escritor Daniel Etounga –Manguelle, nos cae como anillo al dedo, pues si bien él lo escribió para un cambio de mentalidad cultural africana en la que muestra la necesidad de salir de temas ancestrales y culturales que lo único que hacen es encasillar y atornillar en el pasado, invitando a una revolución cultural y cambio de mentalidad ligada a elementos fundamentales de la economía que les permita avanzar hacia el desarrollo; es un argumento válido para nosotros los colombianos que con los defectos que hemos heredado de nuestras raíces culturales y las que hemos tomado de otras, no nos permiten avanzar no solamente hacia el desarrollo sino hacia la paz y la cohesión social.
Nosotros como nación o sociedad civil, como actor fundamental del cambio, debemos decidir las acciones a tomar para el cambio de mentalidad, teniendo conciencia de la importancia y de la necesidad de una nueva forma de pensar más incluyente y constructiva que nos permita romper con el circulo vicioso en el que nos encontramos y que no nos deja avanzar hacia la paz y el desarrollo, sino que, por el contrario, nos anquilosan en la violencia y en el subdesarrollo. Esta población debe ser consciente de la responsabilidad que debe lograrse para romper el círculo vicioso del subdesarrollo.
Debemos avanzar no solamente en nuestra manera de concebir la cultura y nuestra herencia genética cultural, sino también la corporativa o empresarial, cambiando prácticas sociales, rompiendo bloqueos sociales y tomando ejemplo de vivencias de otros pueblos en donde la cultura trabajo de la mano con la economía para alcanzar su desarrollo.
Pero considero que este mismo planteamiento es válido para todas las civilizaciones en el mundo, en particular aquellas que aún esclavizan y se esclavizan.
No podemos seguir culpabilizando a los demás de nuestras propias desgracias, cuando la solución está en nosotros mismos, por ello es necesario realizar esa revolución cultural, pero no una revolución al estilo chino, pues de nada servirá la ayuda internacional si nosotros no queremos cambiar y romper los paradigmas que nos anquilosan a un pasado oscuro de violencia, miseria, odios, envidias y atraso.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.