Recta final en elecciones Norteamericanas

Convención Republicana 2020. Donald Trump- Mike Pence (Imagen: El Independiente)

Estados Unidos se encamina a unas elecciones presidenciales en un contexto totalmente desconocido e incierto, marcado por el coronavirus, por la crisis económica derivada del mismo y por una creciente crispación social que se ha acentuado en los últimos meses no solo por el impacto de la pandemia, con millones de nuevos desempleados, sino también por la herida racial nunca resteñada que, de manera recurrente, sacude a EE UU. Y justo se volvió  a repetir, de manera brutal, en un momento tan difícil como el que actualmente se está viviendo. Una vez más, un hombre negro, moría a manos de un policía blanco hace unos meses y la herida se  abrió nuevamente y la sangre  volvió a salir a borbotones.


Quizá, solo quizá, debido a la escasa afinidad del Presidente Trump con los hechos y, por extensión, con la población afroamericana de EE UU durante todo su mandato, el asesinato de George Floyd resulto en una desconocida marea de protestas en todos los Estados del país que, por momentos, pareció acorralar al Presidente. Se le vio, Biblia en mano, a las puertas de una iglesia, lo que terminó de irritar a gran parte de la población y por lo que fue duramente criticado en medios de comunicación.

Sorprendentemente, un Presidente que ha sido capaz de sortear proceso de destitución (impeachment) que se abrió en su contra en el Congreso, que logró mantener unos índices de popularidad del 50% cuando la pandemia estaba golpeando mas duramente EE UU y la economía se hundía, ha sido incapaz de refrenar sus instintos incendiarios e intentar trabajar por la reconciliación social que urgentemente necesita en país. Fue este, en mi opinión, un grave error, en un momento, clave, en el que su pueblo más necesitaba una palabra de aliento y un mensaje de unión. Lo demás es historia ya conocida: las encuestas le sitúan por debajo del candidato demócrata Joe Biden, en algunos casos hasta un 15% por debajo.

Los demócratas no olvidan, sin embargo, que en 2016 Hillary Clinton sacó 3 millones más de votos que Trump, quien se vio beneficiado debido al complejo sistema electoral norteamericano

Convención Demócrata 2020: Joe Biden-Kamala Harris (Imagen: Voz de América)

Es obvio, sin embargo, que la caída de Trump en las encuestas no obedece solo a la crispación racial derivada del caso Floyd. Su cuestionada gestión de la crisis sanitaria tiene mucho que ver también. Una negación hasta el absurdo de la gravedad de la crisis, una falta de estrategia en la respuesta y una reapertura prematura del país, están en el origen de los 6 millones de contagios y 175.000 fallecidos.

Lo que si parece claro, en mi opinión, es que en esa caída poco ha tenido que ver el candidato demócrata Biden, a quien se le ha llamado ya «el gran beneficiario de la pandemia». Recluído cómodamente durante meses en el sótano de su casa, ha optado por evitar el enfrentamiento directo y la acción critica . No olvidemos que Biden cumplirá próximamente 78 años. Tan solo en la Convención Demócrata se pudo ver ganar en visibilidad y lanzar mensajes más contundentes a su rival. De esa convención, salieron mensajes ilusionantes, con énfasis en los valores democráticos y se oficializó la fórmula presidencial Biden-Harris. Con esta nominación a la vicepresidencia de los Estados Unidos, Biden se atrae para sí a un componente importante del electorado. Kamala Harris es la primer mujer y afroamericana en optar a la vicepresidencia y, quien sabe, si también a una futura presidencia. No le faltan méritos profesionales y cuenta con una valiosa trayectoria como Fiscal general de California y Senadora por dicho Estado.

Ahora le ha tocado el turno a la convención republicana que oficializó la formula Trump-Pence. No se esperan sorpresas, pero ya se habla de la necesaria reestructuración del partido republicano en una era post Trump, gane o pierda las elecciones. Por otra parte la participación de Trump en la convención como nunca antes ha sido muy participativa a punto que en el programa se consideró no solo una vez su participación sino todos los dos de la convención. La política personalista y basada en la polémica que ha venido ejerciendo estos años no es compartida por muchos republicanos que abogan por un cambio de rumbo.


Mientras tanto, habrá que estar atentos a la esperada recuperación económica en EE UU, principal baza de Trump, para ver si es capaz de remontar en las encuestas en los dos meses cortos que quedan por delante.

En su contra juega el voto por correo que en muchos Estados puede empezar a ejercerse a partir del mes de septiembre y que este año, por la pandemia, tendrá un papel más importante. A su favor juega el llamado voto de verguenza: muchos de los encuestados no se atreven a revelar en una encuesta que realmente votarán por Trump

Sobre Víctor G Ricardo

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