Los retos del orden mundial

El pasado 29 de diciembre el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, convocó “a la unidad para superar las divisiones, buscar soluciones compartidas y reconstruir la confianza y la esperanza de la humanidad”.

Así mismo llamó la atención a insistir en los temas fundamentales como la paz, acabar con la discriminación y el odio, fortalecer los Derechos Humanos, el cambio climático y un sistema financiero mundial más equitativo e incluyente.

Estos temas del orden internacional liberal son importantes no solamente para la convivencia pacífica, la equidad y la supervivencia de la especie humana, sino para la vigencia de las propias Naciones Unidas.

Parecería contradictorio el hecho de que países como China y Rusia que poseen un sistema político dictatorial y en el caso específico del gigante asiático, comunista, se afiancen en un neoliberalismo salvaje y al mismo tiempo quieran acabar con los principios del orden liberal mundial vigente.

(Imagen: archivo internacional – VBM).

Si bien es cierto que es importante modernizar a las Naciones Unidas, ya que las nuevas potencias reclaman un asiento en el consejo de seguridad, o al menos algo de poder, también es cierto que no podemos sacrificar los principios de ese orden liberal que son fundamentales para la dignidad humana ya que contienen derechos y libertades esenciales a los que el ser humano no puede ni debe renunciar so pretexto de obtener una mayor riqueza, la cual se duda que en realidad vaya a ser distribuida entre los más vulnerables, y en caso de ser así, no podemos perder nuestra condición de persona.

Respecto al sistema financiero más equitativo, se observa lo contrario a pesar de la idea de China de incluir más países a su sistema bancario para fortalecer su moneda y así competirle al dólar como la divisa internacional.

En este sentido no se observa cual sería el beneficio para los países en términos de inversión social para sus connacionales, si la idea es erradicar la pobreza.

Lo que se observa es el debilitamiento de la democracia y del imperio de la ley no solo a nivel interno en los estados, sino internacional, y el querer afianzar los populismos y las dictaduras.

Lo lamentable de este escenario es que con ello retrocedemos en lugar de obtener un empoderamiento para combatir los flagelos que deterioran la democracia como son la corrupción, la falta de credibilidad en los partidos políticos, la carencia de líderes y el alejamiento entre los gobernantes y los gobernados, entre otros más.

Evidentemente es necesario que exista un organismo internacional que castigue los abusos de poder entre países ricos o potencias, o de estas con los países subdesarrollados, o que se modernice las Naciones Unidas fortaleciendo el orden liberal internacional, pero con algunos ajustes para que en realidad beneficie a los más vulnerables del planeta.

Este organismo internacional debería estar libre de presiones de las potencias, lo cual ya es algo difícil de ejecutar.

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Clara Inés Chaves RomeroExdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.

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