Con regularidad me pregunto qué nos pasa como sociedad. Parecería que la anarquía, el odio y la inequidad, y el quebrantamiento a la ley nos invaden. Lo peor es que, dependiendo de quien cometa del delito es más o menos un crimen, cuando la ley es de obligatorio cumplimiento para todos por igual.
Vivimos en una doble moral. Por lo que se dice y se observa en los distintos medios de comunicación, la Fiscalía se ensaña en algunos casos cuando toca su ideología política o sus preferencias personales como si la justicia no fuera imparcial y llegara a todos por igual, en particular para los que ejercen las distintas clases de poder en la sociedad civil.
Por su parte algunos medios de comunicación se contaminaron de las noticias falsas que pasan por alto la gravedad que conlleva el reciente escándalo que involucra al banquero Luis Carlos Sarmiento porque pone al desnudo no solamente la inoperancia de los entes de investigación como la Fiscalía General de la Nación por ejemplo y la propia justicia, sino que se torna maquiavélico y maniqueísta con respecto a quien se juzga y a quien no.
(Imagen: archivo particular – VBM).
El reciente escándalo por corrupción que implica de manera directa no solamente al grupo Aval sino a Corficolombiana es la prueba contundente de que la justicia en Colombia es selectiva. Es increíble que sea un estado distinto al nuestro como los Estos Unidos el que descubre el delito y lo condena, y en Colombia no pasa nada.
Es increíble que la Fiscalía no haya querido escuchar a Jorge Enrique Pizano cuando habló de Odebrech y que este haya sido al parecer acallado.
Lo mismo sucede con algunos medios de comunicación que con sus noticias falsas desinforman y que además de acuerdo con sus propios intereses no comunican este caso que es de gran envergadura. ¿Se politizo la justicia o esta responde a los grandes intereses de cuello blanco?
Prefieren sobredimensionar el caso de Nicolás Petro Burgos que el caso de corrupción de Luis Carlos Sarmiento Angulo que es uno de los tumores que tiene la justicia y que aniquila la democracia y el Estado de derecho.
Si recordamos las declaraciones de Luis Gustavo Moreno exfiscal anticorrupción que emitió recientemente en un programa de televisión del Canal Uno, terminamos por preguntarnos cómo se ejerce la justicia en la Fiscalía General de la Nación y a quién le sirve.
Parecería que algunos medios de comunicación solo sirven para incitar a la división entre los colombianos y para batir la bandera de determinado grupo económico o político o de presión y no a responder con la ética con la que están obligados a informar con la verdad y sin tapujos para que en realidad la justicia llegue y fortalezcamos el Estado de Derecho.
Un Estado sin una justicia fuerte lleva a la hecatombe la democracia, y a la muerte a cualquier país.
Es vergonzoso que no nos baste con que nos identifiquen a nivel internacional como narcotraficantes y paramilitares, como para agregarle ahora el título de ladrones y corruptos y de paso de asesinos si tenemos en cuenta que unos colombianos han estado implicados en el homicidio del presidente de Haití, del fiscal de Bolivia y recientemente del asesinato del candidato presidencial del Ecuador.
Claro, como las nuevas generaciones no conocen la historia del país y utilizan la tecnología para adormecer el cerebro, el raciocinio, la lógica y la creatividad, lo cual nos colocan en fragilidad para que algunos políticos de turno se aprovechen de este nefasto escenario para generar odios y divisiones entre los colombianos, en lugar de unirnos para rescatar el país, ya que Colombia debe estar por encima de los partidos.
Como podemos llamar a nuestro país ¿narcoestado? ¿estado fallido? ¿a quien le duele? ¡Hasta donde hemos llegado!
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.