Como me duele mi país, pensé mucho en la manera en la que enfocaría mi columna para que no vaya a tener ningún contexto ideológico y este por encima de ello, ya que Colombia debe predominar siempre sobre los partidos políticos.
Si bien es cierto que toda persona y en particular un político o servidor público debe ser coherente entre lo que dice y lo que hace y respetar la ley, también es cierto que se debe guardar la proporcionalidad de los actos y las correspondientes sanciones, y sobre todo evitar los shows mediáticos que de nada le sirven a la institucionalidad democrática y menos al Estado de Derecho y a su gobernabilidad.
El Fiscal General de la Nación sorprende cada vez más con los shows que realiza y en particular cuando mira la viga del ojo ajeno y desconoce que en los suyos existen varias de ellas.
En el reciente escándalo protagonizada por la Jefe de gabinete del presidente Petro la Sra. Laura Sarabia con su niñera Marelbys Meza, quien al parecer se apodero de 7000 dólares y fue sometida al polígrafo, algunos penalistas se preguntan si al Fiscal General no le bastaba solamente con pedir los videos de seguridad y los documentos respectivos al Palacio de Nariño debido al tiempo que había pasado con relación a los hechos, y evitar hacer declaraciones públicas sobre un caso que está sujeto a la reserva de la investigación.
Parecería que la Sra. Meza se contagió de ciertas conductas del Fiscal General que han sido conocidas por los distintos medios de comunicación como pedirle a sus escoltas que saquen sus mascotas, El paseo en plena pandemia que realizó a San
Andrés con su hija y una amiga de ella so pretexto de investigar al entonces gobernador de San Andrés, Everth Hawkins, o como el tema de la maleta que saco su esposa de la Fiscalía a altas horas de la noche, entre otras noticias que se generaron en su momento y que fueron escándalo, pero que los honorables congresistas en lugar de investigarlo e imputar ante la comisión de acusación del Congreso de la república se hicieron los de la vista gorda.
El fiscal no se ha dado cuenta que su incoherencia y su odio hacia el Presidente de la República debilita más la institucionalidad, y que, aunque no le guste a muchos él es el encargado de temas como la paz y el orden público y en ese sentido puede pedirle a cualquier funcionario informes pues además en su calidad de Jefe de Estado la constitución y la ley le permiten este tipo de funciones.
El fiscal debería trabajar y rendir el informe que el presidente de la república le ha pedido de manera insistente sobre temas importantes que le permiten al país combatir la corrupción, el narcotráfico y a los grupos ilegales llámense disidencias de las FAR, paramilitares, clan del Golfo, o cualquier otro.
Obviamente nadie le está diciendo que no investigue el tema del hoy exjefe de Gabinete de Petro, pero en su debida proporcionalidad ajustado a la ley, ya que es más el show que hace que lo que puede quizás haber en realidad de delito, pues en río revuelto todo el mundo pesca a su conveniencia.
Es reprochable que conductas que se le criticaron al gobierno Duque por parte del grupo político del actual gobierno, alguno de ellos la practiquen, con lo cual debilita la idea que tiene el Jefe de Estado sobre el cambio.
Lastimosamente el Jefe de Estado y algunos miembros de su partido deberían mantener la prudencia para no atizar más el fuego que nada bien le hace a la democracia del país.
La actitud y la arrogancia no solo del Fiscal General sino de la Procuradora Cabello son patéticas; estos funcionarios se volvieron más papistas que el Papa y creen que son intocables y que están por encima de la rama ejecutiva del poder público.
Claro que parte de su creencia es culpa de algunos padres de la patria que sin querer quizás y para darle en beneficio de la duda, prefieren mirar hacia otro lado, en lugar de investigar a estos dos personajes que parecen extralimitar sus funciones y que se creen que están en campaña política a la presidencia de la república.
Este artículo no debe entenderse como una defensa de los errores y la manera de gobernar del presidente Petro, sino que contiene exclusivamente mis apreciaciones sobre el comportamiento de los organismos de control basada en noticias que han sido publicadas en los distintos medios de comunicación.
Claro que a muchos no le gusta que el Presidente Petro destape las ollas podridas, las que son necesarias para fortalecer el Estado de Derecho.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.