En el crucial juego de cierre del torneo, derrotó a Estados Unidos 3 carreras por 2, para acreditarse la tercera corona en 5 campeonatos.
(Miami, Florida).
Japón se alzó por tercera ocasión con el título del Clásico Mundial de Béisbol, al vencer en la noche de esta martes ante 36.098 aficionados, que colmaron el estadio loanDepot Park de los Marlins de Miami, a Estados Unidos por tablero de 3 carreras a 2, en un partido cerrado de principio a fin.
La novena del Sol Naciente conquistó lo honores de este torneo de manera invicta, al ganar los siete desafíos que jugó, 4 en la ronda de clasificación, 1 en los cuartos de finales, 1 en la semifinal y el de la gran final ante Estados Unidos.
Calificados desde el propio comienzo de las rondas de este V Clásico Mundial como uno de los favoritos para triunfar, Japón tuvo una excelente combinación de bateo oportuno, de buena defensiva y de una labor serpentinera con mucha solvencia y con dominio frente a sus rivales, en los momentos más complicados de los partidos en donde actuó.
Los japoneses son combativos, corren mucho, nunca se amilanan, tienen garra, disfrutan el juego, lo hacen con pasión, es una forma peculiar de jugar el béisbol, con ese sello característico del respeto con sus rivales, del respeto con el juego y desde luego, de respeto frente a los aficionados.
Lo
que hicieron después de derrotar a México, por ejemplo, en un épico partido,
cuando concluyeron las acciones se fueron a despedir de los seguidores de los
mexicanos con reverencia y humildad, y seguidamente, llegaron hasta donde se
encontraban sus seguidores en las graderías, que por cierto fue una de las
barras más bulliciosas del evento. Eso es cultura. Eso es respeto
Para quienes estamos aprendiendo las cosas del béisbol, bien podríamos decir que ‘el juego que practica Japón es un reloj suizo preciso y aceitado’ en todas las líneas de su máquina.
El “samurái”
Encabezados por Shohei Ohtani, el extraordinario nuevo astro del béisbol mundial, el ‘samurai’ de ese deporte para su país, y con el respaldo de peloteros de la talla de Yu Darvish, Masataka Yoshida, Munetaka Murakami, Kazuma Okamoto, entre otros, Japón exhibió una verdadera clase de béisbol de valía, ejecutando jugadas como robos de bases, toques de bola, corrido y bateo, elevados de sacrificio, en los momentos exigentes de cada uno de los encuentros en donde participó.
Por cierto, el ganador del crucial compromiso ante Estados Unidos fue el abridor zurdo Shota Imanaga, desfilando por la lomita después de él, seis lanzadores más, incluyendo a Yu Darvish, quien laboró el octavo episodio para preservar la ventaja; y en plan de cerrador, algo que no es usual en sus tareas habituales, Shohei Ohtani, quien colgó el out 27 del compromiso, ponchando a su compañero de equipo, digno rival y gran bateador, Mike Trout.
Japón ganó las coronas del 2006, derrotando a Cuba en el juego final; y 2009, superando a Corea del Sur en el partido por el título; y la de anoche, para sumar tres en el Clásico, al derrotar a Estados Unidos.
Fue la primera vez que Japón derrota a Estados Unidos en una final del Clásico Mundial de Béisbol, pues en otras tres confrontaciones, había perdido 2 partidos y ganado 1, pero dos de esos resultados fueron en semifinales y la otra en rueda de ronda por equipos.
En semifinales, Japón perdió 2 a 1 ante Estados Unidos, en el 2017; pero antes se había desquitado al vencer a su rival 9 carreras por 4 en la semifinal de 2009; y cayó 4 carreras por 3 ante Estados Unidos, en juego de rueda de grupo, en el 2006.
La otra novena que ha derrotado en los Clásicos Mundiales a Japón es Puerto Rico, con una victoria sin revés.
Para recordar
Los japoneses ganaron en este 2023 a China 8 carreras por 1, en su primer partido en el Grupo B del Clásico; luego derrotaron a Corea del Sur, 13 carreras por 3; más adelante vencieron a la República Checa 10 carreras por 2; y cerraron su ronda de grupo con el triunfo frente a Australia, 7 carreras por 1, juegos todos que se efectuaron en el Domo de Tokio, la casa de los nuevos campeones del Clásico Mundial.
En el juego de cuartos de finales, Japón se deshizo sin complicaciones de Italia, al ganarle 9 carreras por 3, en partido efectuado en el Domo, el estadio cubierto de Tokio.
Frente a México
Quizás el mejor juego del Clásico Mundial fue el que protagonizaron Japón y México, no solo por la calidad y el espectáculo que ofrecieron las dos novenas, sino por la forma en que se desarrolló el compromiso.
Tal vez el de Venezuela frente a Estados Unidos, y el partido final, entre Estados Unidos y Japón, están en la categoría de ser clásicos dentro del propio Clásico Mundial.
En un partido en donde Japón nunca estuvo arriba en el tablero, México ofreció un señor juego de béisbol intentando llegar, por primera vez, a la disputa del título del clásico.
Los mexicanos fabricaron racimo de 3 anotaciones en el cuarto con cuadrangular de Luis Urías, con 2 compañeros en las almohadillas; Japón igualó el tablero en el séptimo con tablazo de circuito completo de Masataka Yoshida con 2 en la ruta.
México volvió a tomar ventaja en el épico choque, con dos rayitas en el octavo, con doblete de Randy Arozarena, otro doble de Alex Verdugo y sencillo de Isaac Paredes.
Japón no se detuvo y anoto 1 carrera más al cierre del octavo su cuarta en el juego, con toque de sacrificio del torpedero Sosuke Genda, sin outs y 2 en circulación, y elevado de sacrificio del emergente Hotaka Yamakawa para que anotara Takumu Nakano.
Y el final de película al cierre del noveno. Doble del designado Shohei Ohtani, base por bolas para Masataka Yoshida. Sale Yoshida y entre como corredor emergente en el primer cojín Ukyo Shuto. Y entonces, Muretaka Murakami suelta un cohete contra la valla del bosque central para remolcar las 2 carreras ganadoras, con un doblete sencillamente inolvidable para Japón.
Lo que casi nadie notó fue que el capataz de Japón, Hideki Kuriyama, cambió oportuna y decididamente a Yoshida por Shuto, quizás el corredor más rápido de la novena, para que devorará en apenas 10.28 segundos la distancia desde primera base hasta el plato, con la carrera que deja tendido en el terreno de juego a la batalladora novena mexicana.
Fue un partido de ribetes para nunca olvidar.
Llega el título
Estados Unidos había v vapuleado a Cuba en el juego de semifinal al derrotarla 14 carreras por 2, y llega el final del Clásico para decidir el título, entre Japón y Estados Unidos.
Fue otro tremendo juego de béisbol, con una calidad indiscutible y con acciones dignas de la Gran carpa.
La ventaja ‘madrugadora’ que le da Trea Turner a Estados Unidos con su cuadrangular en la segunda entrada, ante una oferta del abridor Shato Imanaga, rápidamente es respondida con par de anotaciones al cierre de la misma, con jonrón de Muretaka Murakami de manera solitaria, el mismo del doblete en el noveno de la noche anterior, y con la bases llenas y un out, Lars Nootbarr con batazo difícil sobre el primer cojín, remolca la segunda en las piernas de Kazuma Okamoto, frente al abridor norteamericano Merrill Kelly.
Pero en el cuarto episodio, es Kazuma Okamoto el encargado de ampliar la ventaja de Japón, al despachar tremendo batazo de cuatro esquinas por todo el bosque central, para la tercera anotación de su novena.
El descuento de Estados Unidos, para su segunda y última carrera, se produce con un descomunal cuadrangular en el octavo episodio de Kyle Schwarber frente a un lanzamiento de Yu Darvish, en plan de relevista.
Y el broche de oro, es la aparición en la lomita de los sustos de Shohei Ohtani para colgar los tres últimos outs del cerrado y dramático juego.
Jeff McNeil recibe la base por bolas y Ohtani domina a Mookie Betts con roletazo a la segunda almohadilla, para jugada de doble out.
Y finalmente, Ohtani abanica al sensacional Mike Trout en la cuenta de 3 y 2, con un lanzamiento cruzado y hacia afuera de 82 MPH, para que Japón se alzara por tercera vez y en esta ocasión de manera invicta, con el titulo del V Clásico Mundial de Béisbol, que dejó total satisfacción y un enorme respaldo de la afición en todos los escenarios en donde se jugó.
El Clásico Mundial es sinceramente una gran fiesta deportiva de las naciones y por lo que se observa, tendremos para mucho tiempo la realización de este evento, que volverá a estar en competencia en el 2026.