Cuando hablamos de conflicto armado y terrorismo se tienen distintos análisis no solo a nivel nacional en cada país donde existen estos conflictos, sino dentro del contexto internacional.
En el caso colombiano como en los países que formaron parte de esta nación, el aspecto histórico es fundamental, así como el contexto geopolítico dada la influencia de los Estados Unidos en nuestra región.
Autores como Hernán Vega Cantor en su publicación denominada “La dimensión internacional del conflicto social y armado en Colombia Injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de Estado” señala que en Colombia el aspecto histórico data del siglo XIX y ha tenido influencia en lo que hoy vivimos; en tal sentido divide la historia en cinco períodos que son: “I: Desde el nacimiento de la República (1821) hasta el fin de la Hegemonía Conservadora (1930); Fase II: Coincide con la República Liberal (1930-1946); Fase III: Desde el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de 1947 hasta la misión militar estadounidense de William P. Yarborough en 1962; Fase IV: Desde los inicios de la contrainsurgencia moderna (1962) hasta el Plan Colombia (1999); y, Fase V: Plan Colombia-2014”; en mi concepto se debe incluir el período posterior al proceso de paz con las extintas FARC en el 2016.
(Imagen: archivo internacional – VBM).
En tal sentido, el autor menciona lo siguiente: “En cada una de las fases analizadas se introducen tanto los intereses estratégicos de los Estados Unidos como algunos factores internos que explican la consolidación de una relación de subordinación y dependencia que beneficia a las clases dominantes de Colombia y afecta negativamente a la mayor parte de la población. Se examinan los nexos entre la injerencia imperialista, la contrainsurgencia y el terrorismo de Estado, pero también la manera como en Colombia se gesta y se desarrolla una contrainsurgencia nativa, desde la década de 1920”.
Si tomamos en cuenta la historia de los países en los que existen conflictos hoy en día, notamos que no solo ha influido el aspecto histórico en la conformación del Estado, sino también el rejuego de las potencias y metrópolis en el momento de su colonización y posterior independencia.
Cuando no se desarrolla un Estado fuerte para que cumpla con su función de Estado Social de Derecho, y este no llega a toda la sociedad civil por igual, y la riqueza no se distribuye de la misma manera, va surgiendo cierto inconformismo que conlleva a la creación de insurgencias que buscan o bien el control de la riqueza o una justicia social, tratando de atribuirse funciones propias del Estado, y es lo que ha venido sucediendo en Colombia.
Si, además de la división de poderes, de la elección de sus líderes por voto popular, del multipartidismo, un aspecto fundamental del Estado es el rol que juegan los partidos políticos en la construcción de su aparato sociopolítico, y este pierde credibilidad entre los ciudadanos, se va diluyendo la confianza y por ende se van debilitando la democracia, su gobernabilidad y el propio Estado de Derecho, permitiendo que los grupos armados y en particular las guerrillas se fortalezcan e implanten su propia ley.
En el actual orden internacional uno de los problemas es el terrorismo internacional, es decir la conexión de la criminalidad a nivel internacional, de la cual América Latina y en particular nuestro país no se escapan.
Caracol televisión emitió un documental el pasado 31 de marzo en el que se mencionó la presunta conexión del régimen de Nicolás Maduro con la red delincuencial colombiana y el ELN en particular, quienes al parecer le sirven de informantes al dictador y le ayudan a perseguir opositores y generar inestabilidad regional. Lo que no sabemos es si el gobierno colombiano tenga o no conocimiento de esta grave situación.
Una de las estructuras criminales que se gestó en Venezuela es El tren de Aragua que está afectando la seguridad en toda la región e incluso en los Estados Unidos, y que recientemente secuestro y asesino a un exmilitar venezolano en Chile, por lo que el Presidente Gabriel Boric les declaro la guerra.
En un mundo globalizado e interdependiente el caso venezolano como el nicaragüense se pone en peligro toda la región, y lo lamentable es que Estados Unidos no ha sabido manejar la situación, a tal punto que el gobierno venezolano esta incumpliendo los acuerdos de Barbados, y esta situación que al parecer según versiones de los distintos medios de comunicación nacionales e internacionales es un gobierno que promueve el terrorismo internacional, pone en peligro nuestra seguridad nacional, así como la de toda América Latina.
Urge que Colombia tomé las medidas necesarias a fin de proteger nuestra la seguridad nacional, pero que también se convoque a una reunión de Jefes de Estado junto con Estados Unidos y los organismos internacionales a fin de encontrar una salida al caso venezolano.
Debemos al mismo tiempo aprender de la historia del vecino país y de la nuestra para combatir los distintos conflictos armados que tenemos y a las bandas delincuenciales, ya que no solo con el pie de fuerza se combaten sino haciendo inversión social y mejorando la calidad de vida de los habitantes de las zonas en conflicto, lo cual es también una manera de fortalecer la gobernabilidad y el Estado de Derecho.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.