Si bien es cierto que ya existen antecedentes que van aniquilando la democracia, su institucionalidad, el Estado de Derecho y la propia gobernabilidad, la victoria de Donald Trump en los Estados Unidos es el reflejo del alejamiento de los gobernantes y los gobernados, y del doble discurso que los políticos tienen en el desempeño de sus funciones.
Trump ganó no solo en el colegio electoral sino en el número de votantes. Si bien es la derrota del partido demócrata, también es cierto que se debería entender como una derrota para las izquierdas y el centro en el mundo. Un centro que poco existe y que se debe fortalecer.
Es el triunfo también de los antivalores en el que la trampa, el delito, la agresividad y las noticias falsas se imponen debilitando el Estado de Derecho.
El sentimiento contra el extranjero y los pobres es algo que aumenta y se consolida en el mundo, desconociendo los tratados internacionales sobre migración y los principios fundamentales de las Naciones Unidas que es el fruto del Orden Liberal Internacional que habla de la repartición de las riquezas para que llegue a todos por igual y permita que los países crezcan y se desarrollen.
Para evitar este flujo migratorio, los países ricos deben ayudar a que los pobres y subdesarrollados se desarrollen, se consolide la democracia y se respeten las libertades y no el libertinaje que es lo que existe y por lo que se confunden estas libertades, a fin de que la calidad de vida reine en las naciones y no tengan que refugiarse en otros países vecinos o emigren a Europa o persigan el sueño americano que no existe.
No es desestabilizando gobiernos y generando golpes de estado en las naciones subdesarrolladas para que no progresen, o para controlar los recursos naturales que estas poseen y que requieren los países desarrollados para su seguridad nacional o para continuar con su desarrollo, como se deberían desarrollar las relaciones internacionales y la cooperación entre los pueblos.
El peligro del triunfo de Trump es el ascenso y la consolidación de la autocracia en el mundo y de los populismos, que ante una población poco educada se dejan seducir por el discurso que a estos les gustaría que los populistas tengan para encontrar una esperanza a sus problemáticas.
El ascenso de Rusia y China junto a las dificultades de diversa índole que existen en los países subdesarrollados, se debe al doble discurso de Occidente, que se ha dado un tiro en el pie.
Ese discurso anticolonialista difundido por Rusia y China contra Occidente y en particular en el África, es de doble moral, pues estos países olvidan que ellos también son y han sido colonialistas y que gracias a ellos existe un neocolonialismo en el mundo, en particular en África, cuyos países, en su mayoría ya están hipotecados al gigante asiático, pues su alta deuda externa es su talón de Aquiles.
Las izquierdas y el centro deberían de hacer un acto de contrición para evidenciar sus equivocaciones que han permitido el ascenso de la ultraderecha.
En Estados Unidos no se apreciaron los avances realizados por la administración Biden, y no se tomó conciencia de que parte del problema de la economía en ese país se debió al Covid 19 y al mal manejo que el gobierno Trump realizó en su primer mandato.
Resalto la posición del presidente francés Emmanuel Macron quien dijo que es la hora de pensar cómo se pueden los europeos defender ellos solos, y como se pueden integrar mejor para resolver sus propios problemas. Esto es algo que América Latina debería hacer, y dejar de lado sus ideologías y mezquindades para lograr una verdadera integración que le dé un poder de negociación importante; es la hora de cambiar nuestra propia imagen y de continuar en la diversificación de las relaciones internacionales pensando solamente en los intereses latinoamericanos que hagan grande a la región, para dejar poco a poco de depender de los Estados Unidos y adquirir nuestra mayoría de edad.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.