Los Dodgers de Los Ángeles y los Cachorros de Chicago van por el título del circuito, mientras que los Gigantes de San Francisco, ganadores del comodín, y los Nacionales de Washington, se quedaron por fuera de la postemporada.-
Por: Antonio Andraus Burgos
La bendición de los años pares en este siglo para los Gigantes de San Francisco, que les ha ofrecido sensacionales triunfos en Series Mundiales, ha sido aplazada por ahora, agregándole el sabor de que siendo el equipo que conquistó la tarjeta de invitación para participar en la postemporada, al derrotar a los Mets de Nueva York, se quedó a mitad de camino para disputar la corona de la Liga Nacional.
Y otro tanto se podría decir de los Nacionales de Washington, el equipo triunfador en la División Este del Viejo Circuito, que en extraordinaria serie divisional, finalmente cayó frente a los Dodgers de Los Ángeles, en un juego también de ‘’vida o muerte’’ en su propio parque de pelota, este pasado jueves por la noche, en la capital de los Estados Unidos.
Los Dodgers de Los Ángeles serán los rivales de los Cachorros de Chicago en la gran final por el título de la Liga Nacional, en la Serie por el Campeonato que empieza a disputarse este sábado 15 de octubre, en el vetusto pero acogedor parque de pelota, el Wrigley Field, de la Ciudad de los Vientos, pautada a siete desafíos, en donde será declarado campeón al triunfador en 4 de los 7 partidos, si es que se llega a disputarse la totalidad de los juegos.
Tanto los Gigantes como los Nacionales exhibieron una excelente calidad de juego en los compromisos de las dos Series Divisionales, pero como siempre se ha dicho, en cada partido de béisbol todo puede suceder y nada puede calificarse como inesperado, a menos que los errores, también parte integral del juego, hagan de las suyas cuando ciertamente nadie los espera.
Los eliminados
En el caso de los Gigantes, lucharon denodadamente en procura de volver a estar en la contienda por el banderín de la Nacional, pero sucumbieron ante unos envalentonados Cachorros, que volvieron a exhibir porque fue la novena que ganó 100 o más juegos en la campaña regular.
Los Gigantes perdieron por tablero de 1-0 y 5-2, en los dos choques jugados en Chicago, frente a los Cachorros; ganaron el tercero, en San Francisco, 6-5, en 13 espectaculares episodios; pero perdieron el cuarto, 6-5, saliendo de la batalla ante una entristecida afición que tenía mucha confianza en su grupo de peloteros. Pero ciertamente, ante los Cachorros, nada era fácil.
En cuanto a la serie entre los Dodgers y los Nacionales, hay que coincidir con los críticos, de que se trataba de un mano a mano, como efectivamente sucedió, entre dos equipos que lo tenían todo para seguir adelante, pero que fueron los angelinos los que se agarraron de todo lo que el juego les ofreció, para derrotar a sus rivales de turno, en el quinto y último de la serie, en un choque de ‘’vida o muerte’’, como ocurre en los encuentros que se disputan por la tarjeta del ‘’comodín’’.
Jugando frente a la afición de la capital de los Estados Unidos, los Dodgers cosecharon un racimo de 4 carreras abriendo el séptimo acto, encabezados con un tablazo de cuatro esquinas, sin compañeros en circulación, de Joe Pederson frente al formidable Max Scherzer, cuyo ‘’bambinazo’’ lo expulsó del montículo, cuando los Nacionales triunfaban 1 carrera por 0, asegurando la victoria con la actuación cerrada y firme del curazaleño derecho y taponero del club, Kenley Jansen, quien trabajó 2 actos y un tercio, cuando la nave naufragaba en el séptimo con las bases llenas, ponchando a Anthony Rendon; y de Clayton Kershaw, la estrella de la lomita de los sustos, laborando los dos últimos tercios del compromiso, en plan de relevista, dominando al poderoso bateador zurdo Danilo Murphy, con fácil elevado a la intermedia, y liquidando al dominicano Wilmer Difo, por la vía de los buenos lanzamientos, para cerrar de manera brillante el juego, guiando a su equipo al triunfo por tablero de 4-3, colgando los dos agónicos outs que necesitaba su novena.
La gran final
Eso ya es historia. Ahora la gran final por el título de la Liga Nacional estará a cargo de los Dodgers y los Cachorros, en otro cierre de temporada digna de este béisbol de crema y nata, con por lo menos, la realización de los cinco primeros partidos, de acuerdo con los expertos.
Los Dodgers cuentan con una nómina de peloteros que se ha integrado de tal manera, que da lo mismo ser titular que suplente, pues a todos les llega su oportunidad y el momento de vestir con orgullo el uniforme angelino. Si no, pregúntenle al receptor panameño, Carlos Ruiz, quien ha hecho de las suyas cada vez que sale a consumir su turno al bate y se comporta como todo un veterano que es, cuando está detrás del pentágono.
Los Cachorros, por su lado, tienen confianza y optimismo para abrir la ruta que los conduzca a sus últimas ocho victorias, que les permita conquistar la anhelada y casi olvidada para ellos, corona de la Serie Mundial, que no la obtienen desde 1908.
El camino no es nada fácil para ninguno de los contrincantes, en donde si bien los Cachorros aventajan a sus rivales en muchas de las estadísticas de la campaña regular, cuando se trata de la final, es a otro precio, y otras estadísticas se adueñan del panorama.
En los cinco partidos en donde actuaron en la serie divisional, los Dodgers señalaron promedio ofensivo de 226 al bate, con 37 inatrapables en 174 turnos, incluyendo seis batazos de circuito completo; contra 200 de los Cachorros, producto de 28 inatajables en 140 turnos, con cinco tablazos de cuatro esquinas, en los cuarto partidos frente a los Gigantes.
Pero los lanzadores de Chicago fueron más efectivos con 3.00 carreras limpias por juego en esos 4 partidos, contra 4.91 de efectividad de los serpentineros de Los Ángeles en sus 5 compromisos; pero los relevistas de los Dodgers mostraron mejor tarjeta con 2.82 de efectividad, contra 3.12 de los Cachorros.
¿En dónde puede estribar la pequeña gran diferencia de la serie por el campeonato entre los Dodgers y los Cachorros?
Se nos ocurre pensar que la rotación de los Cachorros es más sólida que la de los Dodgers, o por lo menos más confiable, con Jon Lester, Kyle Hendricks, Jake Arrieta y John Lackey; y en que sus bateadores, como Anthony Rizzo, Jason Heyward, Ben Zobrist, Addison Russell y Dexter Fowler, por decir lo menos, despierten con el madero antes de que sea demasiado tarde.
Ahora bien. En los Dodgers han estado silenciados bateadores como Yasmani Grandal, Corey Seager, Adrián González y Chase Utley, así como la ausencia del cubano Yasiel Puig, quien puede hacer la diferencia en cualquier momento, apenas para citar a peloteros que han rendido dentro de lo normal, por lo que una reacción debe llegar ahora más que nunca y no debe sorprender a nadie.
En cuanto a su cuerpo de lanzadores, que parece estar un poco maltratado, porque por ejemplo, Clayton Kershaw, su astro, por obvias razones, no estará disponible para el primer juego, obliga a Dave Roberts, el novato piloto de los Dodgers, a tener que confiar en que el japonés Kenta Maeda, quien abrirá el primer compromiso; el novato mexicano Julio Cosar Urías o en Rich Hill, puedan volver a subirse a la lomita para afrontar con buenas proyecciones los dos primeros partidos en Chicago, para luego pensar en los encuentros que deben afrontar en Los Ángeles. Ese podría ser el orden para la serie frente a los Cachorros, pensando en que para el tercero, Kershaw estaría disponible enfrentar a los rivales de turno, pero la última palabra no la ha dicho Roberts, hasta el momento de escribir esta nota.
Joe Maddon, el veterano estratega de los Cachorros, con el debido descanso de tres días, tiene que utilizar su rotación en la forma en que lo hizo frente a los Gigantes, con el zurdo Jon Lester, y los derechos Kyle Hendricks, Jake Arrieta y John Lackey, en ese orden, si es que no considera conveniente efectuar algún cambio de última hora, antes de que se inicie el segundo juego de la serie por el campeonato.
Del calendario
Con los dos primeros partidos de la Serie de Campeonato por la Liga Nacional en el estadio Wrigley Field, de Chicago, previstos para jugarse sábado 15 y domingo 16 de octubre; descansan el lunes 17, y juegan el martes 18 y el miércoles 19, en el Dodgers Stadium, en los encuentros tres y cuatro. Si se necesita el quinto, se jugará el jueves 20, en el mismo escenario.
Pero si las exigencias de la serie obliga a los partidos sexto y séptimo, los clubes descansan el viernes 21, y jugarán sábado 22 y domingo 23, los dos últimos compromisos, nuevamente en el diamante de Chicago.
Nos inclinamos por los Cachorros para ir a la disputa de la Serie Mundial, por la forma de juego que tiene y por la propia nómina con que cuenta. Pero los Dodgers, como lo han demostrado, si llegasen a perder, pelearán hasta el último out del último episodio, para no dejarse sacar de la contienda por el codiciado cetro del Clásico de Otoño.