Poco se ha legislado sobre la propiedad horizontal, a pesar de que existe la ley 675 del año 2001; debido a los muchos vacíos y aspectos que no se contemplan en la norma, dejando a las administradoras de los edificios y al consejo de administración como emperadores y dictadores.
Si a esto se le agrega el hecho de que las inspecciones de policía son lentas y el sistema judicial es igual o peor, al propietario se le puede caer su apartamento encima y encontrarse en total desprotección, ya que a nadie le importa la desgracia del otro.
No se regulan aspectos como por ejemplo la simbiosis que hace la administración de un edificio con el consejo de administración en contra del copropietario del edificio, y peor desgracia, si el edificio es pequeño, dejando al dueño de apartamento en total desamparo.
(Imagen: archivo particular-VBM).
Como para completar el panorama, la administración de justicia es burocrática y lenta. Además, que es imposible hablar con el juez y algunos secretarios de juzgado parecería que segregan veneno de alacrán.
En un país como Colombia en donde los valores poco existen y menos el respeto y la solidaridad, las desgracias de algunos no son las de todos y poco interesan.
Urge la necesidad de que exista una mayor legislación en la que se apoye al propietario, pues a los administradores se les olvida que son empleados de la copropiedad, y en lugar de actuar en busca del bien común, reaccionan de manera estomacal dependiendo si me cae bien o no, tal o cual persona.
Además, debería existir una inspección solo para que trate temas relacionados con la propiedad horizontal, ya que el hecho de que se demoren los procesos hace que automáticamente se le estén violado los derechos fundamentales al propietario de un bien, y que este se deprecie cada vez más, afectando tanto el patrimonio del dueño del bien como el uso, goce y disfrute del mismo en total tranquilidad.
Lo peor de todo ello, es que cuando el propietario afectado por un daño de zonas comunes informa de dichas afectaciones, en lugar de ser atendido y de darle solución a dicha problemática de manera rápida y eficaz por parte de la administración, sale regañado y termina siendo el malo de la película. Como quien dice, “los pájaros tirándole a las escopetas”. ¿No es esto acaso una violación al derecho de la propiedad?
Lo anterior, no puede desconocer el estrés al que está sometido el dueño del bien, lo que produce angustia y enfermedades, y las humedades que generan las zonas comunes terminan de igual forma causando daños a la salud de quienes la sufren.
A pesar de toda esta desgracia, el dueño de un bien inmueble tiene que pagar una cuota de administración que no le beneficia, ya que no recibe ninguna contraprestación ni atención por parte de la administración ni del consejo de administración. ¡Qué ironía! En este país que en lugar las leyes proporcionar una solución con celeridad, eficacia y eficiencia, en ocasiones es lo contrario. Como quien dice se lo trago la tierra. Todo ello demuestra que aún estamos lejos de ser un país educado, solidario y desarrollado.
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Clara Inés Chaves Romero: Exdiplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional. Escritora del libro Justicia Transicional, del laberinto a la esperanza catalogado de consulta y del libro Crónicas de Juegos y maquinaciones políticas. Columnista de la revista “Realidades y Perspectivas” universidad de Chile Columnista. “revista Ola Política”, febrero 2019- actualmente.