El planeta registra una etapa crítica de desórdenes climáticos asociados a la agresión al medio ambiente y al aumento récord de temperaturas a lo largo y ancho del globo, causante de inundaciones, huracanes, incendios forestales, deshielo de los casquetes polares, y aumento del nivel de los mares. Como mucho se proclama, es tiempo de actuar, atacando sus causas, y en tal sentido, las metas del Acuerdo de París sobre Cambio Climático y Gases de Efecto Invernadero, marcan pautas fundamentales para enfrentar con urgencia una situación que está a punto de hacerse irreversible, y evitar una catástrofe de colosales dimensiones para la humanidad y la biodiversidad. El retorno de Estados Unidos al Acuerdo de París, decidido por Biden, ha sido celebrado globalmente, junto a compromisos más firmes de China, el mayor emisor de CO2 del mundo, y el liderazgo asumido por la Unión Europea, al anunciar recientemente una audaz estrategia hacia la conversión de ese bloque en carbono neutro hacia el año 2050.
Algunas de las líneas del plan europeo, que llevará a ese continente a una revolución verde y transformará la vida de sus habitantes, cuenta con algunas etapas ya aprobadas, y otras que requieren sanción en instancias como el Parlamento Europeo. La primera fase, a completarse en 2030, tiene como objetivo la reducción de las emisiones en 55% con relación a 1990, y llegar a emisiones cero en 2050. La hoja de ruta contempla la prohibición de venta de automóviles con motores a gasolina y diesel a partir de 2035, y la restricción total de su circulación en 2050, en favor de la masificación de automóviles eléctricos o movidos por hidrógeno, y la construcción de una amplia infraestructura de puntos de recarga en el territorio europeo. Se prevé también un impuesto al combustible de aviación para estimular el uso de combustibles menos contaminantes, aunque más caros, anuncio que genera cuestionamientos en las líneas aéreas, alegando que ya están asumiendo el reto de la descarbonización. Adicionalmente, se prevé profundizar el mercado de carbono existente, a través del cual miles de empresas europeas compran derechos para la emisión de carbono, y que incluiría a sectores hoy exceptuados como el transporte marítimo y la calefacción para edificios, tema este que consiste en un plan de eficiencia energética en edificaciones antiguas con el apoyo de fondos comunitarios, y exigentes reglas para edificaciones nuevas. También se propone una política fiscal que penalizará a los combustibles fósiles a través de una “tasa de carbono”, aplicable a importaciones de bienes producidos en terceros países que utilicen normas menos estrictas que las europeas. El objetivo en materia de eficiencia energética es lograr que, en 2030, 1/3 de todos los edificios en la Unión Europea, sean energéticamente neutrales.
Para 2030, el 40% de la generación en la UE provendrá de energías renovables, otro gran reto para sustituir combustibles fósiles por energía solar y eólica, y la masificación futura de la producción de hidrógeno verde obtenido a través de la electrólisis del agua, usando en dicho proceso energías renovables. La transición energética se convierte así en el más grande reto para dicho continente y el planeta. Téngase en cuenta que la población de Europa no crecerá hacia el 2050, y que un país como Alemania decrecerá de 81 millones de habitantes en la actualidad, a 65 millones en ese año.
Así, China e India serán los países clave en el aumento de la demanda global de energía; el aumento en el uso de combustibles fósiles (carbón y petróleo) ocurrirá solo en los países emergentes de África, Asia y América Latina, con una tendencia a la sustitución de carbón por gas natural, y un mayor desarrollo de las energías renovables, las cuales muestran buen futuro hacia la próxima década. Los avances tecnológicos en células fotovoltaicas, turbinas eólicas y baterías para el almacenamiento de energía están haciendo cada vez más competitivas las energías renovables, sin necesidad de las subvenciones o subsidios del pasado. China será responsable de la mitad del incremento global en generación de electricidad desde fuentes renovables en la presente década, y junto a la Unión Europea y Estados Unidos sumarán 3/4 partes de la oferta mundial de energía solar y eólica. Solo en el año 2021, el crecimiento de las renovables en la generación eléctrica será del orden de 30%, el porcentaje más alto de crecimiento desde la revolución industrial.
En cuanto a Estados Unidos, segundo país generador mundial de CO2, la administración Biden ha dado un giro de 180º en relación con las políticas de Trump, pues no solo reintegró al país al Acuerdo de París sobre Cambio Climático, sino que ha asumido el compromiso de que 1/3 de la generación eléctrica en 2035 provenga de energías renovables, con una reducción en las emisiones de entre 50 y 52% para 2030 en comparación con los niveles de 2005, y la meta de llegar al “carbono neutralidad” en 2050. También en EE.UU. algunas empresas automotrices anuncian que a mediados de la próxima década dejarán de producir automóviles movidos por gasolina o diesel, con lo cual se iniciaría la transformación del parque automotor, y con ello la reducción de emisiones de CO2.
A nivel global, la Agencia Internacional de Energía (AIE), proyecta hacia el 2040 un rápido crecimiento de las energías renovables y de la electrificación en el mundo, a la par del desarrollo económico y el aumento poblacional a 9.500 millones de habitantes en 2045. La demanda global de energía crecerá en 70% para ese año, previéndose que el gas natural siga en ascenso por ser un hidrocarburo más limpio, pero que las energías renovables capten 2/3 de la inversión en generación, y 40% de las fuentes de energía y en transportes.
Colombia aprobó recientemente una Ley de Transición Energética, que le permitirá mejorar su matriz energética y exportadora basada en carbón e hidrocarburos, teniendo como meta pasar del 1% de participación de las energías renovables a 12% en 2030, con 37 proyectos nuevos y de autogeneración de una capacidad adicional de 530 Mw, equivalente al consumo de 450.000 hogares. Igualmente se impulsa una hoja de ruta para desarrollar el hidrógeno verde y azul como energía renovable, y atender la demanda local y la exportación, apoyada con importantes incentivos. Por su parte, Arabia Saudita, principal exportador mundial de petróleo, invertirá US$ 40.000 millones a lo largo de los próximos cinco años para disminuir la dependencia petrolera, diversificar su economía, y convertirse en líder en energías renovables, turismo, entretenimiento y en el desarrollo de ciudades inteligentes. Es ese un referente para países petroleros, y para compañías petroleras como BP, Total, Saudi Aramco, Shell, CEPSA, Ecopetrol, entre otras. En un país como Venezuela, que fue actor importante en el mercado petrolero mundial, no es dable pensar a futuro en la simple refundación de PDVSA, que llegó a ser la segunda empresa petrolera del mundo y hoy está destruida, sino en las nuevas realidades del mercado energético mundial. Deberá tenerse como referente a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos reiventando al país, y haciendo realidad el lema de “sembrar el petróleo” acuñado hace 65 años por el Arturo Uslar Pietri. Los cambios energéticos globales están en marcha indetenible, y los notables ciclos tecnológicos se hacen cada vez más cortos. No hay tiempo que perder para asumir los retos del cambio climático, y subirse al tren de alta velocidad de la transición energética en el mundo.
Perú: a 200 años de la proclamación
de la independencia, un futuro incierto
El 28 de julio último, la nación peruana celebró el bicentenario de la proclamación de su independencia (1821) por parte del Generalísimo José de San Martín, quien recibió el título de Protector del Perú, independencia que fue consolidada militarmente por Simón Bolívar con el Ejército Unido Libertador del Perú, al librar las decisivas batallas de Junín y Ayacucho en 1824, que pusieron fin al poderoso Virreinato del Perú. Bolívar había sido invitado por el Congreso peruano a asegurar la independencia del país, y para ello le concedió la suprema autoridad militar. En la célebre entrevista de Guayaquil de 1822 entre Bolívar y San Martín prevaleció la conveniencia de un modelo republicano y no monárquico para el Perú, y en ese mismo año, Guayaquil oficializó su adhesión a la Gran Colombia, lo cual movió al retiro voluntario de San Martín a Francia, donde vivió en Boulogne Sur Mer y murió en 1850 a los 72 años, es decir que sobrevivió a Bolívar 20 años. Más tarde, en 1826, se logró la capitulación de la Fortaleza del Callao, bajo el mando del General venezolano Bartolomé Salom, y se cumplió la campaña del Alto Perú por parte del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre en 1825. Así, el Perú debe su independencia a dos grandes hombres: San Martín y Bolívar, ambos merecedores de admiración y reconocimiento por su magna obra, en estas históricas fechas.
Las fiestas patrias de este año en el Perú coinciden con la asunción al poder de Pedro Castillo, tras un difícil proceso electoral en el cual Castillo logró una estrecha victoria que dejó al país dividido en dos mitades, y por regiones, ya que las zonas de montaña y de selva votaron por Castillo, mientras que las ciudades de la costa, incluyendo la metrópoli limeña, por la señora Fujimori. En apenas una semana después de su proclamación, Castillo debió organizar gobierno, dejando en sus primeras decisiones grandes interrogantes y preocupaciones que resumiremos de seguidas.
En primer lugar, las evidencias de que el fundador del Partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, quien enfrenta una investigación por el presunto delito de apología del terrorismo, representa un factor clave de poder en el gobierno de Castillo. Así lo confirma la designación del presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido, polémica figura perteneciente al ala radical de Perú Libre y estrechamente vinculado a Cerrón. Las reacciones no se han hecho esperar: sectores de opinión califican dicha designación como polémica y provocadora, incluyendo al presidente saliente Francisco Sagasti, quien cree que Bellido generará inestabilidad y desgobierno. ¿Por qué?: Bellido simpatizó con el movimiento Sendero Luminoso, proclama que en Cuba existe democracia, sostiene posturas homófobas, misóginas, antilimeñas, antihispánicas, y lidera la consigna de “devolver el poder al pueblo” y modificar la Constitución de 1993. La designación del gabinete es considerada un triunfo de Cerrón y del ala ortodoxa de la izquierda, aumentando las incógnitas sobre la real independencia de Castillo. Las informaciones indican que Cerrón interfirió en la designación de Pedro Francke como Ministro de Economía, y que está actuando como un filtro sobre el cual no pasa ningún nombramiento. Otra nominación polémica ha sido la del Canciller Héctor Béjar, de 85 años, fundador en 1962 el Ejército de Liberación Nacional, un grupo guerrillero inspirado en la revolución cubana que operó en la selva peruana, hasta ser derrotado militarmente. Béjar fue detenido en 1966 e indultado por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, de quien pasó a ser colaborador, y en la actualidad sostiene que es su “obligación moral” defender al régimen de Maduro, al cual considera como “una de las pocas posibilidades de cambiar esta sociedad sucia y violenta”. Otro tanto ocurre con nombramientos como los del Ministro del Ambiente Rubén Ramírez, ex abogado de invasores de tierras en Lima; el Ministro de Cultura Ciro Gálvez, representante de los pueblos originarios; el Ministro de Defensa Walter Ayala, oscuro abogado, ex suboficial de tercera de la Policía Nacional y dado de baja por temas disciplinarios; Víctor Mayta, Ministro de Desarrollo Agrario, connotado revolucionario, promotor de protestas violentas en Cusco; Iber Olarte, Ministro del Trabajo, expresidente del Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho; y varios más con escasa formación o experiencia administrativa, amén de una marcada orientación ideológica revolucionaria, regional o rural.
El discurso toma de posesión de Castillo tuvo como puntos centrales: 1) La convocatoria a una Asamblea Constituyente, una promesa de campaña no prevista en la Constitución vigente, por lo cual requeriría la aprobación del Congreso, en el cual el nuevo gobierno no cuenta con mayoría. Dicha Asamblea sería según Castillo “plurinacional, popular y con paridad de género”. 2) Respeto a los ahorros y a la propiedad privada de los peruanos, tratando de atenuar la incertidumbre que ha generado su mensaje. 3) Cambios en el modelo económico para acabar con abusos de “monopolios y consorcios que cobran elevadas sumas por los servicios públicos y medicina”. 4) La decisión de no ocupar el Palacio de Gobierno, sede del Poder Ejecutivo, como una expresión de ruptura “con los símbolos del pasado colonial”, ofreciendo convertir al Palacio en museo. 5) Expandir las “rondas campesinas”, que son organizaciones comunales de defensa que operan en diversas regiones del Perú, y administran justicia o resuelven problemas locales, las cuales se incluirían en el sistema de seguridad ciudadana. 6) Expulsión de delincuentes extranjeros en 72 horas. Sin referirse a nacionalidad, durante la campaña dirigió una especial mirada a los inmigrantes venezolanos. 7) La posibilidad de nacionalización o estatización de la actividad relacionada con los recursos naturales, y de promover un “nuevo pacto” con la iniciativa privada.
En la ceremonia de posesión, estuvieron presentes los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile y Ecuador, el Rey Felipe VI de España, además de líderes políticos afines como Evo Morales, y la llegada del Canciller Arreaza de Venezuela, ya con Castillo juramentado, para ofrecer pactos y celebrar la asunción del nuevo gobierno. No debe haber resultado grato para el Rey de España escuchar expresiones antihispánicas de parte del nuevo presidente y de líderes del partido de gobierno, siendo que el Perú fue el Virreinato más importante en América, y que quiérase o no, España y las civilizaciones autóctonas más avanzadas de la región, como fue la incaica, independientemente de posibles abusos, conformaron “un nuevo mundo”, en una fusión de culturas entre nuestra América y España, que no es posible desconocer. Pero ha sido esta una bandera de la izquierda radical para desdibujar los vínculos afectivos y culturales iberoamericanos, con un mensaje anacrónico y rupturista, que privilegia la leyenda negra de la conquista.
No hay que ser un avezado analista para pronosticar un difícil período para el Perú y para Castillo. En efecto, Perú Libre solo cuenta con 37 de las 130 curules en el parlamento, razón que le obligará a buscar apoyos para la aprobación de sus políticas y leyes. En segundo lugar, porque las fuerzas democráticas anuncian que enfrentarán la amenaza de una Constitución de corte comunista. ¿Qué pasaría entonces si el Congreso bloquea el camino a una nueva Constitución o a reformas sustantivas a la misma? Por lo pronto, surgen los primeros efectos de la incertidumbre sobre la economía peruana, con el desplome de los mercados financieros, la devaluación de la moneda, que rompió la barrera de los 4 soles por dólar, y una importante salida de capitales, señales inquietantes, pues la economía peruana había mantenido un desempeño favorable en los últimos lustros. Nuestro deseo hacia un país al cual nos unen vínculos de afecto, es que no prevalezca un discurso de fracturas u odios, que el Perú recupere su gobernabilidad, y que se abra un camino de estabilidad y sensatez, en favor de un pueblo que requiere progreso, y posibilidades reales de reducción de la pobreza y la desigualdad, las cuales, ciertamente, no se alcanzarán bajo las banderas del socialismo