Mientras el país avanza en reformas, para equilibrar las ramas del poder, aumentar impuestos –uno de ellos supuestamente a la riqueza-, observa a las Farc desconociendo a sus víctimas, se le hace seguimiento al caso Andrómeda, en la Sierra Nevada caen rayos sobre los indígenas y tantos pasajes más, se descorre un velo que parecía inexpugnable, ante el ¨blindaje¨ que le habían aplicado.

Coincidió el Encuentro de Periodistas de Hispanoamérica en Medellín, convocado por la Fundación Nuevo Periodismo, creada por nuestro Nobel Gabriel García Márquez, que congrega a jóvenes, medianos y veteranos profesionales.

Por: Gabriel Ortiz

Difícil semana para el Uribismo. Primero la implosión de la reelección de su jefe, que por exceso de celo e inexperiencia de sus “vástagos”, se malogró. Oyeron, pero no entendieron, y negaron la reelección de Uribe y de otros presidentes que quieran perpetuarse en el poder.

Uribe “soltó la bomba” y escurrió su responsabilidad. Así respaldó  la agria crítica de siempre al legislativo y sus integrantes. Echó por la borda las promesas que hizo a los dos millones de electores que lo llevaron a la cámara alta, junto con su bancada de 19 partidarios.

Inexplicable la afrenta del Ministro de Hacienda a abnegados y valiosos colombianos que, han aportado incalculables servicios al país y a la comunidad, que han soportado la interminable violencia y que han formado generaciones que siguen entregadas al Estado, a la patria y a la sociedad. Los pensionados se sienten ultrajados y humillados.

A muchos les parece increíble que la ex contralora Sandra Moreli se haya escapado del país y, como cualquier “coneja” Hurtado, Andrés Felipe Arias, Luis Carlos Restrepo y demás, esté disfrutando de las mieles que la libertad y el buen dinero ofrecen a quienes evaden la justicia colombiana. Los reos, sindicados y maleantes, prometen no buscar embajada o refugio alguno. Se burlan del país y de los medios de comunicación, prometiendo a través de reportajes y comunicados respetar la justicia, mientras los espera un avión, para llevarlos a lujosos alojamientos muy lejanos, amparados por gobiernos indecentes y cómplices.

Parece que hubo celebración, entusiasmo y champaña, acompañados de alborozo, fiesta y misa. “Señoras asistentes -dicen- estuvieron eufóricas y gozosas”. Juristas avezados, pronosticaron hasta enredos sumariales. Todo dentro de las cuatro paredes de un “reservado”. Con ese regocijo y ese desenfreno se festejaba la carta del Procurador Alejandro Ordóñez inhabilitando a Edgardo Maya, para aspirar a la Contraloría.

Para los profetas del desastre y para muchos que han tomado igual camino, el discurso de posesión de Santos, no tocó todos problemas que afronta el país, muchos de ellos heredados.