En México se le conoce como “Nochebuena”; en Chile y Perú como “corona del Inca” o “Flor del Inca”; en Paraguay, Argentina y Uruguay le llaman “Estrella federal”; en Estados Unidos y Canadá le dicen Flor de Pascua y en Colombia y Venezuela se le conoce como “Flor de Navidad”.
En estos diciembres la poinsettia adorna millares de casas. Se le ve a un lado de los comedores, justo al lado de la puerta principal y quienes la saben cuidar la dejan permanentemente en las mesas de centro de las salas.
Nació en tierra azteca y se empleaba como símbolo de pureza, le llamaban como Cuetlaxochitl en lengua náhuatl y en el siglo XVII, los franciscanos se detallaron que las plantas florecían justo en diciembre y entonces las empezaron a utilizar para las procesiones y festividades navideñas.
Sus colores rojo y verde originaron una bandera para la Navidad y de allí que gorros, bufandas y miles de adornos lleven estos colores.
La planta crecía silvestre en regiones como Cuernavaca en México. Su riqueza en colores se extendió por varias partes del continente. El embajador norteamericano Joel Robert Poinsett la comenzó a cultivar en 1827 en Greensville, Carolina del sur y después la distribuyó entre sus amigos, pero especialmente en los Jardines Botánicos. Gracias a esa difusión le pusieran el apellido del diplomático.
La poinsettia fue una de las primeras plantas que dieron origen a los estudios del Museo Smithsonian, el más grande del mundo.
Pero quien la comercializó fue el naturista, botánico, zoólogo y horticultor escocés Robert Buist, quien llegó a los Estados Unidos en 1828 y montó el invernadero “Robert Buist Company”, una floristería en Filadelfia donde importaba, además, plantas y flores raras. Además de las rosas, se emocionó con las poinsettias y las vendió como la flor de Navidad.
En 1833 un taxónomo alemán le puso el nombre científico de Euphorbia pulcherrima.
Hace unos 35 años llegó a Colombia para quedarse y su cultivo se ha entendido y más aún su comercialización.
Los profesionales en Biología Nohora Espejo y Hernando López crearon hace 19 años Poinsettias de Colombia, una de las empresas dedicadas exclusivamente a cultivar la flor de Navidad.
“Nos hemos especializado en producir exclusivamente plantas de Poinsettia, con criterios ambientales, de sanidad y fertilización apropiadas, para obtener un producto de excelente calidad, que cumpla las especificaciones de producción comercial y satisfacer las exigencias del gusto de los colombianos. Hemos desarrollado métodos de cultivo para obtener siete variedades diferentes en tamaño otras cuantas, en colores, con las mejores condiciones”, explica la bióloga Espejo.
El cultivo se realiza durante todo el año, para obtener una planta óptima en la temporada navideña.
En la actualidad, el país alcanza a cultivar más de 400.000 poinsettias para que los amantes de la Navidad adornen sus hogares. La planta en esta temporada tiene un costo promedio que varía entre $7.000 y $30.000, según tamaño y calidad.
“Es muy importante tener cuidado con la poinsettia desde el mismo momento en que entra a la casa. El riego debe ser delicado y debe ir directamente a la base y no a las hojas”, comenta la bióloga, gran estudiosa de estas plantas.
¿Tiene ya su poinsettia en la sala? Recuerde que el 24 ya no la puede comprar.