África y el futuro de la democracia: recursos estratégicos y gobernanza global en declive

(Imagen: archivo internacional-VBM).

La democracia mundial enfrenta en 2025 uno de sus peores momentos en varias décadas, con un debilitamiento generalizado impulsado por diferentes actores y tendencias autoritarias.

Según el informe del Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional, 2025), el número de regímenes autocráticos supera ya al de las democracias, con cerca del 72% de la población mundial viviendo bajo gobiernos autoritarios, lo que representa un retroceso significativo de libertades fundamentales como la libertad de prensa y la independencia judicial (IDEA Internacional, 2025).

Diversos gobiernos con modelos autoritarios, tales como China y Rusia, están expandiendo su influencia geopolítica, promoviendo un orden internacional alternativo al liberal establecido principalmente por Estados Unidos y sus aliados durante el siglo XX. Pese a ser el fundador del orden liberal internacional, Estados Unidos ha mostrado un retroceso en su política exterior democrática, recortando financiamiento a organismos como USAID, lo que debilita los mecanismos internacionales de promoción de la democracia (DW, 2025). Esta compleja dinámica se refleja en casos concretos como El Salvador, donde el retroceso democrático se manifiesta con medidas políticas poco compatibles con estándares liberales (The Guardian, 2025).

En este contexto de erosión democrática global, se abre un intenso debate sobre la necesidad de reformar las Naciones Unidas, particularmente el Consejo de Seguridad, considerado ineficaz y poco representativo frente a la complejidad actual del sistema internacional. Propuestas para democratizar sus procesos y hacer más transparente y plural la toma de decisiones buscan preservar el valor fundamental de la democracia en la gobernanza global (Consejo de Seguridad ONU, 2025; análisis académico, 2025). Sin embargo, la resistencia de países prerrogativa a perder privilegios complica esta agenda.

La paradoja resulta palpable: el país creador del orden liberal, Estados Unidos, contribuye actualmente al debilitamiento de este orden; mientras tanto, Rusia y China fortalecen regímenes autoritarios y promueven alternativas al liberalismo. Para revertir esta tendencia, expertos sugieren impulsar renovadas estrategias multilaterales y fortalecer instituciones internacionales y nacionales que garanticen derechos fundamentales y participación democrática (Naciones Unidas, Foro Mundial Democracia 2025).

En el futuro inmediato, la defensa del sistema democrático dependerá de la capacidad de actores democráticos para liderar una reforma profunda que adapte las estructuras internacionales a los nuevos desafíos, limitando el avance autoritario (IDEA Internacional, 2025).

Por otra parte, en África, continente caracterizado como “el futuro” por su riqueza en minerales estratégicos y recursos naturales, la situación democrática presenta matices. Mientras países como Sudáfrica, Botsuana y Senegal han consolidado procesos democráticos con alternancia y elecciones competitivas, otras regiones enfrentan golpes de Estado, violencia y debilidad institucional que comprometen los avances democráticos (DW África, 2025).

El valor geoestratégico de África ha crecido, dada su abundancia en minerales como el litio y tierras raras, claves para tecnologías de energías limpias. La gestión sostenible de estos recursos es indispensable para el desarrollo económico global y el liderazgo africano en la transición energética (Geopolítica 2025; Banco Mundial 2025). Además, África cuenta con un enorme potencial para las energías renovables —solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica—, que con apoyo internacional configure un modelo sostenible y democrático de crecimiento (ONU Energía Limpia, 2025).

Así, África combina grandes oportunidades de desarrollo con la necesidad apremiante de fortalecer la democracia y gobernanza para que sus recursos beneficien a la población y contribuyan a un equilibrio global democrático en ascenso (Foro Global Democracia África 2025).

Este panorama africano complementa la crisis democrática global, donde el debilitamiento del orden liberal, junto con la competencia geopolítica de potencias autoritarias, subraya la urgencia de reformar el sistema de gobernanza global, especialmente la ONU, para preservar los valores democráticos (Naciones Unidas, 2025).

África representa un desafío y una esperanza para la democracia mundial, siendo eje para la estabilidad y la gestión de recursos esenciales en esta nueva etapa geopolítica, que exige una defensa renovada y multilateral de la democracia frente a poderes que la regresan a una crisis profunda.

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Clara Inés Chaves Romero: Ex diplomática y escritora. Comunicadora con amplia experiencia en columnas de opinión, en análisis de la política nacional e internacional en medios como Eje 21, Diario El Nuevo Liberal, Magazín Ver Bien, Realidades y Perspectivas, Revista Ola Política. Escritora de los libros: Justicia Transicional, Del laberinto a la esperanza, Un camino al África, una puerta al mundo.

 

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