Por: Rufino Acosta Rodríguez
El comienzo frente a Costa Rica, con el inesperado 3-1 en contra, puso a Uruguay contra las cuerdas en Brasil 2014. El triunfo sobre Inglaterra lo devolvió a la carrera por la clasificación y ante Italia repitió una de sus proezas para avanzar a octavos de final cuando la causa parecía en serios problemas. Italia, el cuádruple campeón, se queda una vez más en la primera fase, como ya le había sucedido hace cuatro años en Sudáfrica 2010. El avance celeste se podría decir que fue a mordiscos, con entereza y la garra tradicionales y un toque extra de otras causas. La expulsión del italiano Claudio Marchisio a los 59 desniveló las fuerzas, aunque el partido siguió con el mismo ímpetu. Uruguay se quedaba por fuera en caso de empate por aquello del gol diferencia. Italia se movía con esa premisa y tocaba sin ponerle afán al juego, siempre bajo la égida de Pirlo, el maestro de la creación. El técnico Césare Prandelli relevó a su goleador, el inefable Mario Balotelli, agobiado por la marca, y dejó el asunto en manos de Inmobile y más tarde de Casano. Esfuerzo que se redujo a cenizas a solo nueve minutos del tiempo reglamentario. Un tiro de esquina cobrado por el emergente Ramírez le permitió a Diego Godín surgir de entre los sabuesos azules para conectar con la cabeza y romperla diferencia, en medio del delirio uruguayo y la angustia italiana. Dos minutos antes se había presentado un incidente entre el defensa Chiellini y el atacante Luis Suárez que el árbitro mexicano Marco Rodríguez , de pésima labor disciplinaria, pasó por alto. Los jugadores intercambiaron cabezazos y el uruguayo lo alcanzó a morder. Era una agresión mutua que debía ser castigada con roja directa para ambos. No lo vieron Rodríguez ni el asistente y todo siguió como si nada. Ahí se dio una situación decisiva para el desenlace. Los uruguayos temen que sobrevenga una sanción de oficio por parte de FIFA. Italia quemó sus cartuchos en los minutos finales y el celeste se defendió hasta con los dientes. La victoria sitúa al equipo oriental en el segundo puesto del grupo D, detrás del invicto conjunto de Costa Rica, y lo envía al Maracaná. Colombia sería su rival. Melancólica despedida del histórico guardavallas Gianluiggi Buffon, quien se había erigido en una muralla para los uruguayos antes del fatídico remate de Diego Godín. El torneo también pierde a Pirlo, uno de los baluartes del buen juego Se van temprano de la fiesta y sin esperanza de retorno porque ya el calendario les pasa cuenta de obro irreversible. Para el técnico Óscar Tabares es un premio laborioso y justo por su dedicación, trabajo de campo y buenas maneras. Uruguay Salvó el viaje a Brasil por la vía de la repesca, ante Jordania, pero una vez envuelto en el fragor de la batalla mundialista se transforma en el rival que pocos quieren tener.