Una entrevista coyuntural con la Alcaldesa

El autor de esta entrevista la hizo en Mayo de 2016 para, en ese entonces, la Revista FUSION, sin tener la mas mínima idea que con el paso de los años el personaje fuera tomando fuerza como una de las figuras políticas más notorias del país, primero como senadora de la república, después como candidata a la presidencia y hoy como la primera Alcaldesa de la ciudad de Bogotá.

Se manejaron dos titulares: el de la portada fue: “Claudia López la senadora que canta verdades y baila reggaetón”, y en páginas interiores se tituló: “Claudia López su otro baile: salsa y reggaetón”.

El enfoque de la entrevista tuvo como objetivo tratar algunos aspectos sobre la publicación de su libro “¡Adios a las FARC! ¿Y ahora qué”, y de temas relacionados con su vida cotidiana.

A  propósito de la actual coyuntura política en la que ha sido elegida como la primera mujer Alcaldesa de la capital del país por votación popular, reproducimos la entrevista como reconocimiento a su talante como mujer y líder.

Claudia López y su otro baile: salsa y reggaetón

Por: Germán Matamoros G.

Alcaldesa Claudia López: la disciplina y perseverancia, la clave de su éxito profesional (Foto: archivo particular).

La Senadora bogotana Claudia López es, hoy por hoy, una de las mujeres colombianas más exitosas y reconocidas del país, no solo por su gran preparación intelectual y su desarrollado sentido de investigación y denuncia, sino también porque se ha convertido en una de las figuras que más se hace sentir y escuchar en el Congreso de la República.

Su estilo frentero, preciso, a voz en cuello, y sin “pelos” en la lengua para decir lo que piensa, tiene peso en los debates y las grandes decisiones que se toman en el magno recinto de las leyes colombianas.

Es, de igual manera, conocida su imagen de mujer temperamental. De hecho, no faltan quienes la definen como una férrea defensora de las leyes constitucionales y los principios morales, sino que también la califican como una “fiera” que da la batalla en contra de la corrupción política y estatal, de la violencia, el narcotráfico y de toda clase de enemigo que atenta contra los colombianos.

-¿Cuál fue el propósito o la idea de publicar “¡Adiós a las FARC! ¿Y ahora qué?”

Creo que es necesario abrir una discusión sobre cómo debemos construir el posconflicto en nuestro país. Colombia es el único país del mundo que ha hecho diez procesos de paz en los últimos treinta años. En ese período, cada gobierno combinó descentralización, desmovilizaciones pactadas y programas presidenciales especiales e hizo su propia receta para lidiar con la presión social y regional por inclusión, para someter e incorporar a los grupos armados ilegales y para fortalecer el Estado. Este libro evalúa el impacto de esas recetas gubernamentales y ofrece un plan de reformas, acciones e inversiones necesarias para que hagamos un proceso de paz que, ésta vez, sí le cumpla a los Colombianos, las víctimas y las regiones.

-¿Es su primer libro?

No, es mi tercera publicación. Los principales hallazgos sobre los métodos de interferencia política de guerrillas, paramilitares y mafias los publiqué en “Parapolítica: la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos” (Debate, 2007), “Y refundaron la patria: de cómo mafiosos y políticos reconfiguraron el Estado colombiano” (Debate, 2012).

-¿Cuál cree que ha sido la clave de su éxito profesional?

La disciplina y perseverancia.

-¿Cómo logra una mujer batallar y sostenerse en medio de una “jauría” machista como el Congreso de la República?

Eso es un asunto bastante complejo. Es cierto que nuestra política es machista, pero ha sido grato encontrarse dentro del congreso tanto a hombres como mujeres entregados a la construcción de sociedades más igualitarias. Yo creo que la bancada de mujeres del Congreso va a perseverar hasta que por fin logremos aprobar estos principios. Porque más mujeres en la política es mejor democracia.

-¿Cuál es su mayor fortaleza como mujer y como Congresista?

Yo creo que el carácter, porque para enfrentar todos los días los desafíos que plantea la política colombiana es necesario ser firme y consistente.

-¿Cuáles son sus gustos en materia de música?

Me gusta la salsa, el reggaetón, de todo un poco. Me gusta mucho bailar.

-¿Cuáles son en la comida?

Me gusta el ajiaco. Las frutas, que afortunadamente en Colombia tenemos en enorme variedad y cantidad.

-¿Qué la relaja?

La naturaleza, salir a caminar con mi perro Lucky por lo cerros orientales. También montar en bicicleta.

-¿Qué la hace feliz?

Ver a mujeres y jóvenes construir alternativas políticas en las regiones de Colombia. Cuando viajo a encontrarme con estudiantes, profesores, profesionales tan comprometidos con construir ciudadanía en todos los rincones del país y ver su entusiasmo soy muy feliz.

-¿Qué la deprime o la entristece?

El abandono que sufren millones de colombianos por culpa de la corrupción y la violencia. En especial es desgarrador ver a niños morir de hambre por culpa de la politiquería.

–¿Quién es su mejor amigo o amiga?

En ambos casos tengo amigos a los que amo. Escoger solo a uno sería injusto con la amistad que todos ellos me brindan tan generosamente.

-¿Cómo definiría su temperamento?

Esas definiciones siempre conducen a reduccionismos. Pero destaco de mi temperamento la firmeza por defender mis convicciones.

-¿Cuál es su tipo de lectura favorita, por supuesto aparte de leyes, propuestas políticas, etc?

Me gusta leer sobre teoría política, y tuve que hacerlo hasta convertirme en una nerd para el doctorado que estoy terminando. Fue en ese contexto en el que surgió el nuevo libro que estamos presentando. También sobre historia de nuestro país, y muchos informes y balances sobre educación, salud, infancia y medio ambiente que son los temas que me apasionan actualmente. Y también Twitter me divierte y me informa mucho.

-¿Qué tan vanidosa es usted?

No me considero una persona vanidosa.

-¿A qué elementos de belleza recurre para cuidar su imagen?

Al ejercicio, a una vida activa y a una alimentación balanceada.

– ¿Cuál es su mayor meta o sueño?

Creo que la paz para Colombia es mi mayor anhelo. Pero esta tendrá que ser una paz donde no solo se silencien los fusiles, si no donde los ciudadanos de todo el territorio nacional puedan tener dignidad para vivir. Es decir salud, educación, justicia, seguridad y oportunidades. (Fotos: Archivo particular)