Un paro, por no parar oído

No hay peor sordo que el que no quiere oír, y no hay peor ciego que el que no quiere ver, lo vivido en los últimos días no es más que una tragedia anunciada.

Los campesinos, mineros, transportadores, y en fin, todo el ente productivo de menor escala y artesanal, han venido reclamando que sean escuchados para buscar soluciones a sus carencias, pero no, hemos sido indolentes y han sido mirados sus justos reclamos peyorativamente.

No, señor gobierno, su obligación constitucional es velar por el equilibro  y equidad de los sectores productivos especialmente el agrario, concretamente al campesino de pequeñas parcelas, que no tiene dolientes ante los altos mandatos gubernamentales. No es entendible ni concesible que los intermediarios sean los que se lucren del trabajo de los labriegos, cuando en el campo de cultivo un bulto de papa vale $25.000, en Corabastos cobran $60.000 y en las grandes tiendas la venden en $800 libra, esto es infame y clama justicia.

Hay necesidad de establecer políticas de Estado. La solución no es con pañitos de agua tibia, con subsidios temporales.  A los agricultores hay que otorgarles seguridad en su tarea productiva, que tengan confianza en su labor, para lograr una remuneración equitativa y digna para sí y su entorno.

El tema de los TLC tiene que ser revisado para aplicarles correctivos en acuerdos bilaterales con los estados que se han suscrito.

Nada más oportuno que releer el artículo publicado en el Tiempo, de Cecilia López Montaño, escrito desde Chicago -4 de junio del 2012- “El Midwest Gringo” en uno de sus aportes anota; “es imposible que nuestro sector agropecuario pueda siquiera soñar con competir con semejante desarrollo agrícola de los Estados Unidos” Esto lo dice todo. Por otra parte los mineros informales requieren atención, hay que otorgarles herramientas y que se aclaren su situación para incluirlos en la formalidad, cosa aparte es, la de quienes  hacen trabajo criminal, no sólo en lo  humano, sino en lo ambiental y ecológico.

Los transportadores independientes también reclaman una revisión de los precios de repuestos y combustibles, ¡ojo al valor de los peajes que estamos pagando!, son los más caros del mundo y no por tener las mejores carreteras.

La copa se rebosó y las soluciones no dan espera. Menos politiquería y más acción, con equilibrio y concertación. No más improvisaciones, los funcionarios determinantes, tiene que ser lo más calificados y conocedores e los temas a tratar. Valdría la pena recordar el pensamiento de Herbert Von Karajan. “El arte de dirigir consiste en saber cuándo hay que abandonar la batuta, para no molestar a la orquesta”; y también a Confucio; “El hombre superior es digno, pero no orgulloso; El hombre inferior es orgulloso pero no digno”. ¿Qué pensaran ciertos altos funcionarios del gobierno?

Sobre Hugo Artunduaga

A esta edad no hay hoja de vida, solo queda un recordatorio.

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