Por: Rufino ACosta Rodríguez
El título sale de calle: a la Argentina la salvó un Ángel. Fue Di María, a las puertas del final del maratónico encuentro de 120 minutos contra Suiza. Lionel Messi pudo al fin librarse de la marca y le sirvió uno de sus pases cuchillo al flaco del Real Madrid para que este se la cruzara al casi imbatible Benaglio. El partido en el Arena Corinthians de Sao Paulo estaba que ni pintado para llegar al desenlace de los tiros de la suerte. Los arcos se mantenían imbatidos. Suiza había hecho su tarea para frenar al favorito, con estricto control sobre Messi, repliegue de sus líneas y juego de contragolpe. Estaba a un paso de conseguir el objetivo del cero para ir a la ejecución. Con Messi no hay descuido que valga. A mala hora (para los suizos) le dieron respiro y se acabó el problema. Di María había ensayado una y otra vez sus tiros de costado y se mostraba tan recurrente que aburría. Hasta el sesgado remate que se fue al fondo de red silabeante. Benaglio las había tapado todas y en esta perdió el año, a pesar de su descomunal esfuerzo. Argentina ganó, siguió el ritmo de los pronósticos pero volvió a sufrir, tanto como en la primera fase. No convence, nada pasa con sus fantásticos y solo un chispazo de la estrella del Barcelona le ofrece esperanza. Ya está en cuartos y repite lo que logró en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. ¿Todavía creen que puede ser campeón mundial en Brasil 2014? Le cuesta sostener la caña. El cuadro de la cruz blanca lo hizo ver a gatas. Messi trataba y se le aparecían tres. Di María centraba y Benaglio atrapaba o rechazaba con sus puños. Higuaín está lejos de su mejor forma y Lavezzi tampoco dio en el clavo. Lo mejor del encuentro fueron los cinco minutos finales del alargue. Suiza por poco le amarga el rato al gaucho. Dzemaili la estrelló en el vertical. Romero ya estaba fuera de foco ante el remate de cabeza. Qué salvada. Alejandro Sabella tendrá que devanarse la mollera para ver qué pasa. Se aferra al dios Messi y pare de contar. ¿Le bastará contra el próximo rival? Argentina tiene una rica historia de dos títulos y un subcampeonato en quince mundiales. No puede salir con estas. Queda obligado a mejorar-.