Trump vs. Biden: Seguimos a la expectativa del conteo de votos en algunos Estados

Mapa político-electoral del actual proceso de elecciones presidenciales en los EE.UU. (Imagen: AS USA)

Como se temía, hacia las 2 y 30 de la madrugada, el presidente Donald Trump desconoció los primeros resultados del proceso electoral calificándolo como un “fraude y una vergüenza” y que acudirá a la Corte Suprema para demandarlo. Análisis de nuestro habitual colaborador Víctor G. Ricardo: Las elecciones a la presidencia de EE.UU. han resultado ser mucho más competitivas de lo esperado y, sobre todo, de lo que venían vaticinando las encuestas durante meses. Han resultado (y están resultado), además, mucho más complejas que en contiendas anteriores.

Como es sabido, los estadounidenses pueden votar básicamente de tres maneras: por correo, de manera presencial anticipadamente y en urna el día 3 de noviembre. La pandemia ha hecho que los parámetros que tradicionalmente regían el desarrollo electoral se hayan visto enormemente trastocados, hasta el punto que unos 100 millones de norteamericanos hayan votado anticipadamente. Esta circunstancia, unida a que cada Estado tiene su particular forma de llevar a cabo el conteo (unos estados cuentan primero el voto anticipado, otros el voto presencial en urna) ha resultado en una gran complejidad, exacerbada por una creciente polarización social y por las dudas sobre la legitimidad del proceso arrojadas por el propio Presidente Trump. Todo ello ha hecho que el conteo esté resultando una auténtica montaña rusa, como muchos analistas han calificado. Por tanto, la prudencia y la paciencia han guiado el seguimiento del conteo por parte de los medios de comunicación. Prudencia a la hora de anunciar un ganador. Y paciencia para conocer los resultados finales, una vez se cuenten todos los votos, porque todos los votos son importantes y todos cuentan.

Con todo, es posible, a la hora de cierre de esta edición, extraer algunas conclusiones provisionales:

Los analistas han acertado al señalar que no iba a ser posible conocer el ganador en la noche electoral y que quizá habrá que esperar unos días a que se terminen de contar todos los votos para conocer el resultado final. De hecho, a las 12 pm ET no ha habido declaración alguna de ninguno de  los candidatos.

Las opciones del Presidente Trump para salir reelegido pasaban por asegurarse Florida, y lo consiguió relativamente pronto en la noche electoral,  con una, lo que hasta ahora parece, cómoda victoria sobre el candidato demócrata, con más de 300.000 votos de diferencia. Florida aporta 29 votos electorales, de los 270 necesarios para alcanzar la victoria final.

Si las opciones de Trump pasaban obligatoriamente por Florida, las de Biden pasaban por muy diferentes combinaciones de Estados, entre los que figuraba Florida, pero también Arizona, Michigan, WisconsinPennsylvania, Georgia, Carolina del Norte y Ohio. Sin embargo, estas opciones se fueron poco a poco estrechando a medida que avanzaba el conteo y más estados se coloreaban con el rojo republicano.

Así, en un primer momento, la contienda se centró en los Estados de Ohio y Carolina del Norte, también claves en el camino de Trump a la reelección. Ningún candidato republicano ha conseguido convertirse en presidente de EE.UU. sin una victoria en Ohio. Trump arrebató este Estado a los demócratas en 2016, tras haber votado por Obama en las dos elecciones anteriores.

En Ohio, Biden ha demostrado un desempeño muy superior al esperado y, sin duda, al conseguido por la anterior candidata demócrata Hillary Clinton. Pero no le ha sido suficiente. Carolina del Norte que había votado republicano en 2016, en principio repite en 2020, allanando el camino de Trump a la reelección.  Y digo en principio porque, como se ha advertido, los resultados están muy igualados en este Estado y deberá esperarse a que se terminen de contar todos los votos.

Trump: republicano – Biden: demócrata (Imagen: CNN en Español)

Lo mismo ocurre en otros Estados clave, en especial Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, que representan en su conjunto 46 votos electorales y en los que los resultados están siendo muy ajustados, hasta el punto que diversos medios de comunicación no auguran conocer resultados definitivos (en el caso de Pennsylvania) antes del jueves.

Trump ha arrasado, literalmente, en las zonas rurales del país, tal y como hiciera en 2016. Biden, por su parte, ha mejorado los resultados de su partido en los suburbios de las grandes ciudades, como Cleveland o Detroit, logrando sumar apoyos entre afroamericanos, profesionales y universitarios.

 No ha habido grandes sorpresas (a la espera de lo que deparen los citados Estados clave). Los Estados han ido cambiando de color de manera casi vertiginosa a medida que avanzaba el conteo pero, al final (siempre a salvo de lo que ocurran en los Estados mencionados) sólo Arizona ha cambiado de color respecto a las elecciones de 2016.

Biden no ha logrado captar el ansiado apoyo de la comunidad latina en Florida, tal y como demuestran los resultados de Miami Dade, el más poblado del Estado. En el mismo, Clinton se llevó en 2016 el 63% de los votos, frente al 54% de Biden, y aún así perdió el Estado. Sin embargo, sí ha logrado dar la vuelta a los resultados de Arizona, con una población de origen hispano del 30%, mayoritariamente de ascendencia mexicana, poniéndose de manifiesto, una vez más, que la comunidad latina en EE.UU. no es homogénea ni tiende a votar de manera uniforme.

En definitiva, apenas un puñado de Estados concentra a partir de ahora toda la atención y serán sus resultados los que decidan quién será el próximo Presidente de EE.UU. que deberá tomar las riendas de un país sumergido en una grave crisis económica y social. Por ello, y ante la transcendencia de lo que todos nos jugamos, me permito sugerir a nuestros dirigentes que tengan paciencia y esperen a los resultados definitivos para formular sus mensajes de felicitación al ganador.

Sobre Víctor G Ricardo

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