Colombia, y especialmente Bogotá, viven hoy el más importante movimiento cultura musical, los teatros se colman de ciudadanos que antes tenían acceso limitado a las grandes representaciones la música universal, o a los exigentes espectáculos y actuaciones de grandes compositores, artistas, cantantes y músicos, colombianos y extranjeros.
Las orquestas sinfónicas de ciudades y municipios intermedios, y Festivales de Música como los de de Cartagena y Popayán, son ejemplo del afortunado fenómeno protagonizado por muchos miles de personas que han decidido derrotar la “chavacanería” con los más selectos espectáculos y realizaciones nacionales e internacionales. Afortunadamente hay instituciones y entidades que de manera decidida están nivelando la música, por lo alto.
La Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro de la Ópera de Colombia, así como la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes, han democratizado lo mejor de la música internacional, y las creaciones de los mejores autores colombianos.
El tema de la cultura en Bogotá es muy alentador, aquí los ciudadanos (sin distingo de clase o credo), le dieron el sí al gran teatro y asisten fielmente como espectadores al Festival Internacional de la Capital, uno de los festivales más destacados del mundo.
Mientras el emblemático “Teatro Colón” sigue en su interminable receso, se experimenta una verdadera revolución musical, liderada por dos instituciones que en buena hora han llenado el vacío dejado por el Colón, estimulando el acceso a la cultura clásica musical a todos los ciudadanos, respondiendo a sus crecientes expectativas, expresadas en varias investigaciones, y rescatando el título de, “La Atenas Suramericana”, que se había perdido.
Nos referimos al “Teatro Mayor” y al “Teatro de Bellas Artes”, dos centros culturales de la mejor factura, suplen la ausencia del emblemático escenario oficial, que es objeto de debates, hasta porque la administración anterior canceló su parqueadero, estando el Colón ubicado en un sector que ofrece inseguridad a los asistentes. En contraste los otros dos escenarios, se lucen hasta con amplios y seguros sitios de parqueo
Ramiro Osorio y Jorge Guzmán Moreno
Merecen ser destacada la labor de los dos ejecutivos encargados por las Juntas directivas y las administraciones del Teatro Mayor y de CAFAM, para dirigir sus importantes escenarios. Se trata del exministro de Cultura, Ramiro Osorio, y a Jorge Guzmán Moreno, efectivos y eficientes programadores, directores y ejecutores de una política que responde a quienes deseaban cultivar sus gustos musicales de mayores nivelas. Y debe elogiarse la posición de los directivos y de los miembros de esas dos juntas que en buena sin elitismos, interpretando bien a todos los bogotanos que desean y merecen tener acceso a la música universal, y que demuestran un honesto interés en ello, con su asistencia a espectáculos como el de reciente de las temporadas de zarzuela, agotando las boleterías.
En Bogotá no se busca solo la música de carrilera, norteña, rock pesado, hip hop, salsa, reggaeton, heavy metal, de mariachis, o de algunos géneros grotescos que tienen cabida en muchos sitios. Repetimos que la gente desea y merece oportunidades musicales que nivelen por lo alto.
La masiva asistencia y el entusiasmo del público de diversa posición social con la ópera, la zarzuela, el ballet clásico, la danza contemporánea, las obras de teatro, lo mejor de la música colombiana y los grandes conciertos ratifican la experimenta de los sábados en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional: la cultura clásica musical, es para todos.
Es alentador ver cómo los teatros protagonistas de esta columna programan sin distingo de clases sociales, ni limitando esfuerzos, al contrario de otras salas a las que pareciera “resultarles más importante ganar plata” programando lo que sea, incluyendo espectáculos del l peor gusto.
Mayo fue el mes de la Zarzuela, género dramático y musical con elementos del mejor buen humor, con tradición madrileña. El teatro de Bellas Artes y el Mayor, presentaron dos estupendas temporadas de Zarzuela con más de 150 artistas cada uno, que vieron agotada su boletería, porque los bogotanos fueron masivamente a verlos y oírlos interpretando obras y apartes de creaciones españolas tradicionales, como: Las Leandras, Doña Mariquita de mi corazón, La Gran Vía, Los Gavilanes, La Revoltosa, La del Soto del Parral, El Ultimo romántico, Luisa Fernanda, El barberillo de Lavapiés, La verbena de la paloma, Los claveles, La Leyenda del beso, María Manuela, Don Manolito, Don Gil de Alcalá, El tambor de ganaderos, Doña Francisquita, y otras.
Dos programaciones simultáneas con boletería agotada
El repertorio de coplas, chotis, pasacalles, seguidillas, y romanzas de las zarzuelas, fueron decididamente aplaudidos en los dos teatros, y aunque pareciera extraño, hubo público para las dos programaciones, simultáneas, quedándose mucha gente por fuera, lo que demuestra la gran fuerza de que han tomado géneros más selectos, como este de la zarzuela, iniciado con las obras de Pedro calderón de la Barca, e influenciada por las operetas francesa e italiana, pero conservando “el sabor popular español de la tonadilla y el famoso ‘teatro pobre’ que mezclaba las canciones andaluzas, cachuchas, fandangos y boleros”.
“La Gran temporada de Zarzuela de 2011”, del Teatro de Bellas Artes, tuvo como Director General a Jaime Manzur; Director Musical a Zbigniew Zajac, y Director Coral a Oscar Vargas; y “Viva Madrid, una antología de la Zarzuela”, del Teatro Mayor, con participación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, estuvo dirigida por el Maestro Miguel Roa, y tuvo actuación del Coro de la Ópera de Colombia, de éxito pleno. Debe anotarse que las orquestas sinfónicas y los coros han sido creados con el fin de acercar la música colombiana y la clásica universal a todos los ciudadanos.
No obstante el mayor presupuesto y despliegue de utilería, vestuario, y escenografía, evidenciado en la temporada de zarzuela del Teatro Mayor, la del Bella Artes se lució más con su vestuario y su escenografía. Sus coros fueron tanto o más aplaudidos que los de la Opera de Colombia. Desde el punto de vista vocal individual, los artistas que presentó el teatro Mayor, resultaron ciertamente insuperables. Su dirección escénica fue de Jaime Martorell, la escenografía de Ricardo Sánchez C y el vestuario de Pedro Moreno y Alejandro Andújar.
El Teatro de Bellas Artes, auspiciado totalmente por Cafam, y el Teatro Mayor, administrado (por una alianza entre el sector privado y la Secretaría de Cultura, y el Instituto Distrital de las Artes), son polos destacados en la vida cultural capitalina, que como ya dijimos, se han cuidado en no caer en el desgano de alquilar sus salas para que otros programen “lo que sea”, siendo ellos mismos quienes seleccionan y contratan los grandes espectáculos y a los destacados artistas nacionales e internacionales, ofreciéndoles para su lucimiento, las mejores y más modernas y calificadas condiciones técnicas, que suplen las necesidades de las presentaciones más exigentes, asegurando una alta calidad en ellas.
El teatro auspiciado por Cafam, tiene el mérito de haberle apostado a dar oportunidad salvadora a destacados talentos colombianos inéditos, y a desarrollar sus propias orquesta y coro, con calidad escénica. Integran este, como el de la Opera de Colombia, principalmente estudiantes y profesionales formados en las facultades de música del país quienes son verdaderas promesas del canto.
Excelente artículo, un abrazo a Gustavo Castro.
Que bueno destacar las cosas buenas de nuestra querida Colombia..un articulo muy bueno! Abrazo,Gustavo
Qué bueno un crítico culto. Los demás sólo se ocupan de la farándula, William
Se lucen los columnistas de Verbienmagazín, y muy especialmente este periodista destacado del famoso clan de los Castro Caycedo. Serio, dice verdades con carácter, y de manera culta. Felicitaciones para Don Gilberto Castillo el «Zar» de verbienmagazin.com. Porfavor, no salga de sus columnistas como salió de Don José Salgar. Una gran lástima. Siga con la cultura y la crítica de Televisión así, por lo alto.
JJorge Restrepo T.
Don Gustavo como siempre tan acertado. Y como siempre da gusto leerlo.
Excelente artículo. El equipo del Teatro de Bellas Artes y su Director hacen una labor extraordinaria, la zarauela de este año estuvo sencillamente fabulosa. Y esperamos con ansia el GRAN CONCIERTO DE AÑO NUEVO EL 31 DE DICIEMBRE DE ESTE AÑO, ESTARÁ MAJESTUOSO COMO SIEMPRE