¡Se acaba el lanzador para un bateador!

Varios son los cambios que se aplicarán para el béisbol de las Grandes Ligas, a partir de este año. Un relevista no podrá trabajar a un sólo bateador, tendrá que enfrentarse como mínimo a tres. Y otras cositas más.

(Foto: Angeles Times).

(Foto: Angeles Times).

“Traen como bateador emergente a un zurdo, y yo tengo un lanzador derecho sobre la loma, en un momento complicado del juego. Pues, ahora yo utilizo a mi relevista zurdo para que se haga cargo del asunto…”

“Si, pero sólo para que trabaje frente a ese bateador emergente y luego, llamo a otro lanzador para que siga en el juego…”

Pues, eso se acaba a partir de este año, de acuerdo con las nuevas reglas que entran en vigencia para la temporada del año 2020, que se harán efectivas desde el próximo 12 de marzo, durante los partidos de entrenamientos de esta Primavera.

La norma señala, sin discusión alguna, que ya ningún lanzador podrá ser usado para enfrentarse a un bateador, y menos si es relevista, sino que su labor será, como mínimo, frente a tres bateadores, bien sea que con ellos concluya su labor para cerrar el episodio, o que tenga que abandonar el montículo luego de los tres bateadores a los cuales se ha enfrentado, para poder ser sustituido, así no haya cerrado el capítulo.

Eso representa, ni más ni menos, que el partido puede desarrollarse con un menor tiempo posible, habida cuenta que no habrá cambios tan seguidos con serpentineros relevistas, a menos que, como explica la nueva regla, se compruebe por los árbitros, una lesión que durante el transcurso de las acciones se presente con el lanzador que está laborando desde la loma.

 Otras cositas

Una de esas nuevas cositas está en que los estrategas de las novenas ya no contarán con 30 segundos para retar las decisiones de los árbitros en las jugadas de apreciación sobre el terreno de juego, sino que el tiempo ha sido disminuido a 20 segundos, es decir, 10 segundos menos a lo que se venía utilizando.

Muchos dirán que 10 segundos menos representa muy poco, para poder controvertir la decisión del árbitro, pero dentro del desarrollo del juego, ese breve lapso sumado a otras acciones similares, pueden llegar a constituirse en 5, 7 o 10 minutos menos de duración para un partido.

Se trata, como tantas veces se ha dicho, que los encuentros del béisbol de las Grandes Ligas se reduzcan al menor tiempo que sea posible, y para ello, se necesita la contribución de todos, como ocurre con estas dos nuevas normas que entran en vigencia este año.

Un pelotero más

 De común acuerdo entre el Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas, los dueños de las 30 novenas que actúan en la Gran Carpa y el Sindicato de Peloteros de las Mayores, la nómina de todos los clubes se aumenta este año de 25 jugadores activos al comenzar la temporada, a 26 peloteros, con cuyo número podrán elevar a 13 su grupo de lanzadores hasta el 31 de agosto de cada año.

A partir del 1o. de septiembre de este año y de esta campaña en adelante, a menos que se cambie la norma, los clubes pueden inscribir hasta 14 serpentineros para el resto de la campaña y, desde luego, utilizar ese mismo número de lanzadores, si el equipo se clasifica para cualquiera de las rondas de la postemporada.

Como se acostumbra desde hace muchos años por los equipos, desde el 1o. de septiembre de cada año, tendrán disponibilidad hasta de 40 peloteros para integrar su nómina, pero sólo 28 de ellos harán parte de la plantilla activa de los juegos, que cada capataz dará a conocer antes del inicio de cada encuentro.

Esa expansión de un pelotero más en la nómina de cada una de las 30 novenas, era una idea que se venía discutiendo desde hacía tres o cuatro años atrás, pero finalmente entra en vigencia, gracias al acuerdo entre las partes de esta gran industria que es el béisbol de las Grandes Ligas.

En dos posiciones

(Foto: archivo-Empire Sport Media).

(Foto: archivo-Empire Sport Media).

Varios clubes han hecho uso de inscribir en sus plantillas a peloteros que se pueden desempeñar en dos posiciones dentro de un partido oficial de la temporada, especialmente cuando se trata de la Liga Americana, en donde la utilización del bateador designado, permite a la novena tenerlo disponible para ser jugador de campo así como sólo usarlo a la ofensiva en un desafío.

Pero hay casos excepcionales, y por eso, la nueva regla contempla esa especial situación. Es el caso, para no irnos muy lejos, del pelotero japonés Shohei Ohtani, de los Angelinos de California, quien se desempeña con lujo de competencia desde la loma de los sustos; puede defender como mucha habilidad el primer cojín y, como si fuese poco, puede ser bateador designado de su novena con mucha solvencia y destacada ofensiva.

Ese es el clásico pelotero de dos posiciones. Pero la nueva regla advierte, para dejar todo muy claro, que cuando sea utilizado Ohtani como lanzador, para el caso del ejemplo, ni aumenta ni disminuye el número máximo de serpentineros de su novena, que seguirá siendo de 13, pero que cuando sea utilizado en la lomita, si bien es cierto que se convierte en el lanzador número 14 para su club, en nada contraviene la disposición prevista para la nómina de los Angelinos.

Pero se advierte, de manera concluyente en la norma, que una vez el equipo señale a un pelotero como jugador de dos posiciones, aun cuando sea para un partido, así permanecerá por el resto de la temporada y tendrá la misma clasificación para la postemporada, si es que su divisa llega a la contienda de octubre, y su inscripción no podrá ser variada bajo ninguna circunstancia para el año de la campaña.

Uso forzado

Dentro de las nuevas reglas que se aplicarán en el béisbol de la Gran Carpa, hay que destacar la que se puede adoptar por los equipos cuando el desafío se tenga que desarrollar en episodios extras.

Dice la norma que ‘’cualquier jugador puede aparecer como lanzador después de la novena entrada de un juego con entradas adicionales, o en cualquier juego en el que su equipo pierda o gane por más de seis carreras, cuando el jugador ingrese como lanzador’’.

No es cosa distinta a dejarle la opción al dirigente de la novena que afronta un partido con entradas extras, de poder hacer uso de jugadores de campo en los casos en que lo considere conveniente y oportuno. Y desde luego, si está perdiendo por seis o más carreras, que tenga la opción de llevar a la lomita de los suspiros a un pelotero que regularmente no es lanzador.

En muchas ocasiones, y es menester citarlo ahora, la gran mayoría de los estrategas de los clubes, aun cuando vayan perdiendo por seis o más carreras, regularmente le dan oportunidad a su lanzador abridor para que labore por lo menos cuatro capítulos, antes de pensar en sustituirlo, y luego sí, poner en práctica la opción de traer a un relevista largo para que se haga cargo del juego.

Y en otras oportunidades, dependiendo de las circunstancias y de cómo va la temporada y la posición del equipo, muchos se arriesgan a hacer uso de tres o cuatro relevistas para que, dentro de las posibilidades del juego, se intente ganar el compromiso así la ventaja tempranera no sea de buen recibo, esperando que su ofensiva pueda superar los escollos que afrontan en los momentos cruciales del partido.

Capacidad de juego

No hay duda alguna de que en el béisbol moderno el señalamiento del grupo de lanzadores que conforman la rotación es de cinco, para que cada serpentinero pueda contar con el descanso necesario e indispensable para una contienda tan larga y exigente como lo es la temporada, porque son 162 partidos en 180 días del calendario regular de juego.

Y en el descanso de mitad de año, de cuatro días, después de que se desarrolla el Juego de las Estrellas, los dirigentes de los equipos por lo regular vuelven y barajan, y cambian la rotación regular del club.

Eso depende de cómo ha sido el comportamiento general de sus cinco abridores y de cómo se encuentra la visión y proyección del equipo para el resto de la temporada. En muchas ocasiones, así como empieza el grupo de los abridores así termina, porque los brazos de los lanzadores, han sido consistentes, mantienen su línea de juego, y no han sufrido lesión alguna durante el trayecto hasta casi la mitad de la campaña.

Las variaciones en la rotación del grupo abridor cambian en el momento que nadie lo espera, bien porque el rendimiento no está a la altura de las exigencias, bien porque se necesitan hacer modificaciones urgentes, bien porque la lesión deportiva puede aparecer de un momento a otro.

Todo lo señalado anteriormente, nos obliga a hacernos la siguiente reflexión: es bueno intentar reducir el tiempo de juego, no cabe discusión sobre el particular; pero ¿lo es también para quitarle imaginación, estrategia, y esencia del juego? Eso nos preocupa y nos preocupa mucho.

Por ahora digamos que la temporada del béisbol de las Grandes Ligas está a la vuelta de la esquina, y que estos cambios, tal como lo hemos reseñado, no deben ser sorpresa para ninguna las bancas de juego para este 2020.

 

 

 

Sobre Antonio Andraus

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