Por: Gustavo Castro Caycedo
¿Será mejor que siga el horror de la guerra, la apertura de fosas comunes, el sacrificio de policías, y soldados enlutando hogares y dejando viudas y huérfanos? Las víctimas del conflicto armado sobrepasan, (según cifras de la Unidad de Víctimas, publicadas por Semana), el número aterrador de 6 millones de colombianos. El desplazamiento forzoso, ha afectado desde 1984 casi a 5,4 millones de personas. Cifras de otros crímenes de guerra: Más de 75.000 perdieron algún bien; ha habido más de 90.000 desaparecidos y sus familiares también son víctimas. Los secuestrados pasan de 21.000. Más de 130.000 personas han sido amenazadas; ha habido casi 55.000 víctimas de algún tipo de acto terrorista. Solo los homicidios conocidos pasan de 95.000; más de 540.000 personas han sido afectadas por el asesinato de un ser querido. Las minas antipersonales llegan a 10.500; los casos de tortura a 6.500; el reclutamiento forzado de niños pasa de 7.000, y 4.000 casos de violencia sexual deja la guerra.
La estrategia de imagen política y pública basada en falsear, tramar, descalificar, mentir, “marrullear”, y calumniar, no la ideó un publicista colombiano. Que se sepa, fue la pérfida táctica de Joseph Goebels, el gran propagandista de Adolfo Hitler, a quien le atribuyen la maquiavélica frase: “Calumniad, calumniad, que de la calumnia algo queda”. Sin embargo en la campaña presidencial Colombiana han brotaron los más fieles émulos de Goebels, que han hecho de las suyas con calumnias a Juan Manuel Santos, que encendieron irresponsablemente la peligrosa hoguera de las pasiones, enardeciendo a los electores con infamantes y mentirosas afirmaciones, que aunque son fácilmente refutables, lograron su objetivo: darle un vuelco al resultado de la primera vuelta presidencial.
Una mentira sentó bases: se afirmó que a la primera campaña de Santos entraron 2.000 millones de narcodólares, el calumniador “reculó” luego de su infamia, y dijo que en realidad, “no hay ni pruebas ni acusaciones contra Santos”. Pero algo quedó de la calumnia.
La campaña de los hackers, en cabeza del jefe, “lloró” que el video del ciberpirata Andrés Sepúlveda, reunido con “Z”, fue un montaje, hecho desvirtuado por Semana, El Tiempo y la Fisaclía, y a pesar de que aquel, lo negó varias veces, debió aceptar que sí se reunió con el hacker; “en materia grave”. Y según la Fiscalía, “no una sino varias veces”. Pero al “voltear el pecado”, “Z” se convirtió en mártir y ganó muchísimos ingenuos adeptos.
“Santos enemigo de las Fuerzas Militares y del país”
Que el Presidente Santos es “enemigo de las Fuerzas Militares y del país”, se convirtió en lema de la campaña guerrerista. Ante esta afirmación, vale la pena preguntar si con los siguientes hechos, ella tiene algún valor: Juan Manuel Santos a los 16 años decidió prestar el servicio militar como cadete de la Armada Nacional, en Cartagena siendo, en un siglo, el único Presidente de la República en hacerlo. Pero si eso no basta, digamos que nunca un hijo de un Presidente en ejercicio había prestado servicio militar, y lo hizo Esteban Santos, (hijo menor de Juan Manuel Santos), junto a otros 84 jóvenes, en Tolemaida, en la Escuela de Lanceros, allí fue paracaidista e integrante de las Fuerzas Especiales. El dijo en twiter: “Me siento muy orgulloso de pertenecer al glorioso Ejército de Colombia”
En contraste con Esteban, otros hijos de presidentes han tomado el camino del enriquecimiento rápido y fácil, pasando de ser socios de un potrero valorado en 16.000 dólares, a ser socios de una zona franca valorada en 1.5 millones de dólares, cuando era ministro de Hacienda, “Z”, quien concedió dicha zona. Otros hijos de candidato en cambio de prestar servicio militar, lograron fama ya por prestar servicio de “eslabón” con hackers.
En una entrevista de Yamid Amat, Esteban anotó: “Desde pequeño, cuando mi papá era ministro de Defensa, soñé con portar uniforme, con ser soldado”(..)Es injusto que los estratos altos de la sociedad no presten servicio militar”(…) “Aprendí a respetar, a obedecer, y especialmente, a amar mucho más a la patria, a valorar más a los soldados y los policías. Fue un honor poder portar el uniforme. Y su papá, dijo: “Como padre y como Presidente, estoy muy orgulloso, eso me llega al fondo del corazón”.
Yamid preguntó a Esteban: “Algunos piden suspender los diálogos de La Habana. ¿Usted diría lo mismo?” Y él respondió: “Hemos vivido 50 años de mucha violencia, casos increíbles de violación de derechos humanos; 50 años de duelos, de lutos, de dolor, de pérdida de vidas humanas. Toca ponerle fin a semejante tragedia. Todos queremos la paz”.
Pero si lo anterior no basta para quienes creen que Juan Manuel Santos es enemigo de las Fuerzas Armadas, y del país, recordamos que el Presidente incluyó en el equipo de negociadores del Gobierno en la mesa de diálogos de paz, a dos prestigiosos exmilitares, exaltados como sus representantes en Cuba, por sus colegas en retiro. A los generales Oscar Naranjo, y Jorge H. Mora Rangel; este declaró enfáticamente, el martes: “Está pactado que los guerrilleros se desmovilicen y entreguen las armas”. Y: “no es cierto que se discutan cambios estructurales o que se vaya a disminuir a las Fuerzas Mlitares”.
¿Podría ser enemigo de los militares quien ha dado los golpes más contundentes a la guerrilla en 50 años, y los logros militares más grandes siendo, ministro de Defensa entre julio de 2006 y mayo de 2009, y Presidente de la República, desde agosto de 2010 hasta hoy y la persona más exitosa en toda la historia de la lucha contra los alzados en armas.
¿Y podría ser enemigo de las fuerzas armadas y de la Patria quien no acepta el cese al fuego que las FARC piden reiteradamente, ante los más duros golpes estratégicos a su estructura militar? Las FARC fueron forzadas al diálogo y a una negociación en desventaja, por los golpes recibidos. Hablo de Santos, a quien los presidentes Chávez, Correa y Ortega, “le juraron la guerra”, y a quien un juez ecuatoriano hasta ordeno su captura, siendo ministro de Defensa, luego de que dio de baja a Raúl Reyes. En los golpes liderados por Santos, han caído más de 50 cabecillas de frentes o de columnas móviles y centenares de guerrilleros.
Su Operación Jaque, orgullo de las Fuerzas Militares, rescató a 15 secuestrados en poder de las FARC, fue catalogada como «la más importante operación militar y de inteligencia realizada en la historia reciente de los ejércitos modernos en el mundo», sin disparar un solo tiro. Sobre ella se han escrito libros y realizado documentales y dramatizados para TV. Fueron liberados: La ex-candidata presidencial Ingrid Betancourt, un Capitán y otros 10 uniformados, y tres contratistas norteamericanos. Los guerrilleros “César” y “Enrique Gafas”, jefes del grupo que custodiaba a los secuestrados fueron capturados, y uno de ellos extraditado a los Estados Unidos.
Juan Manuel Santos coordinó, además: la ‘Operación Camaleón’, que liberó al general Luis Mendieta, el militar de más alto rango en cautiverio, y a otros tres; la ‘Operación Fénix’, que dio de baja a Raúl Reyes; las que causaron la muerte al ‘Mono Jojoy’, al máximo líder de las FARC Alfonso Cano, a ‘Iván Ríos’ integrante del secretariado, (muerto por ‘Rojas’ su jefe de seguridad por una recompensa ofrecida por el Gobierno); al ‘Negro Acacio’, a ´Robin´, a ‘J. J.’, a ‘Martín Caballero’, a ‘Patamala’, a ‘Danilo’, y a muchos más.
Y también le corresponde a Santos la captura de: ‘Martín Sombra’, el ‘Negro Antonio’, ‘Édgar Tovar Medina’; ‘Pompilio’, o el ‘Mico’; ‘Modesto’, ‘Domingo Biojó’ y otros 22 guerrilleros, entre ellos la compañera de ‘Simón Trinidad’, extraditado a los Estados Unidos. Hay que contar a Nelly Ávila Moreno, ‘Karina’, comandante del frente 47, única mujer integrante del Estado Mayor Central que, con ella, perdió ocho de sus miembros. Más de 50 jefes de frente, comandantes, comandos y jefes de milicia que han caído con Santos, equivaldrían a generales, coroneles y mayores.
Un apoyo de muy diversos sectores
No es algo corriente que el candidato a una reelección obtenga el apoyo de tan muy diversos sectores populares, sociales y políticos, entre ellos: El ‘Colectivo Nacional de Líderes Víctimas del Conflicto Armado, las centrales obreras y 147 sindicatos; movimientos indígenas, culturales; de infinidad de columnistas, editorialistas, artistas, (entre ellos el del famoso pintor Fernando Botero, quien nunca antes se había pronunciado en favor de nadie. De partidos antagónicos, como: el Liberal, el Movimiento de los Progresistas, de la U, Cambio Radical, Marcha Patriota, UP, y de la inmensa mayoría de los congresistas conservadores, del partido Verde y del Polo Democrático.
Pero además, de personajes y líderes tan diversos como el Presidente Belisario Betancur, Clara López Obregón, Antanas Mockus, César Gaviria, Horacio Serpa, Ernesto Samper, Ingrid Betancourt, y de casi 100 líderes empresariales quienes declararon que Santos: «dirige un gobierno que muestra resultados económicos sin precedentes en Colombia”.
¿Será acaso que esa cantidad de personajes e instituciones que apoyan la reelección de Juan Manuel Santos, quieren la impunidad? ¿O la entrega del país a la guerrilla? Entre los empresarios que adhirieron a Santos, están: Luis Carlos Sarmiento Angulo, Nicanor Restrepo Santamaría, Pedro Gómez Barrero, Ernesto De Lima, Gabriel Echavarría Obregón, Amparo Sinisterra de Carvajal, Mario Pacheco Cortés, Jorge Londoño Saldarriaga, Diego Córdoba Mallarino, José Fernando Isaza, Ernesto De Lima, Augusto López Valencia, Juana Cabal, Francisco Rodas Chaux… y muchos, muchos otros más.
Los ciertos avances del Presidente Santos por la paz en Colombia, también han sido respaldados unánimemente por La Unión Europea, por la OEA, y por muchos gobiernos del mundo, entre ellos el de los Estados Unidos, a través del Departamento de Estado. La OEA
lo hizo, anotando que: “este es un momento histórico para Colombia y América”.
Los empresarios reconocen que la gestión del Presidente Santos, ha llevado al país a ser la tercera economía de América latina, al lado de México y Brasil. En ello tiene que ver la creación de un millón 85 mil nuevos puestos de trabajo; el que luego de 30 años se haya estabilizado el desempleo en un dígito; que el crecimiento de la industria, sea cercano al 10 por ciento.. Además, que haya restablecido las relaciones con los países vecinos; la desarticulación de los inhumanos y corruptos carteles en la salud, el Fondo Antinarcóticos y la DIAN. Que haya “metido en cintura” el despiadados y aberrante mercantilismo de algunos laboratorios con los medicamentos. Que haya logrado la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras; la Ley de Primer Empleo; la reestructuración del Estado, la reforma al régimen de regalías, el plan de casas gratis, y muy especialmente, que tenga al país ad portas de la paz. Por todo lo argumentado, a conciencia, votaré por Juan Manuel Santos