Un grupo de oftalmólogos e ingenieros biomédicos han creado en China una lente de contacto capaz de detectar fluctuaciones de presión en el ojo y liberar pequeñas dosis de brimonidina
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, no tiene cura pero sí tratamientos que pueden impedir su progresión. A los existentes podría sumarse un desarrollo que ha realizado un grupo de oftalmólogos e ingenieros biomédicos en China. Su investigación ha dado como resultado una lente de contacto “inteligente” que puede ayudar en el tratamiento de esta enfermedad.
El estudio ha sido publicado en Nature y en él un equipo de 13 investigadores pertenecientes a las universidades chinas de Sun Yat-Sen y Jinan explican los detalles de un nuevo tipo de lentes de contacto capaces de detectar la acumulación de presión en el ojo y liberar un medicamento para reducirla, según informa ExtremeTech.
El glaucoma es una enfermedad degenerativa del ojo que consiste en un aumento de la presión intraocular que, en condiciones normales, debe mantenerse por debajo de 21 mm de Hg. Un aumento de la presión por encima de ese nivel provoca un daño en el nervio óptico que lleva a la pérdida progresiva de la visión periférica y puede desembocar en ceguera. Habitualmente, esta patología se desarrolla de forma gradual e indolora para el afectado, por lo que muchos casos no se detectan hasta que se encuentran en un estado avanzado.
Entre los tratamientos habituales para el glaucoma se encuentran las gotas para los ojos, la medicación oral y la cirugía, cada uno con sus ventajas y desventajas. A esta variedad de tratamientos se suma ahora las lentes de contacto desarrolladas por este equipo de investigadores capaces de detectar las fluctuaciones de presión en el ojo que se producen como resultado de una circulación anormal del humor acuoso.
Las lentes, superior e inferior, cuentan con un sensor de presión intercalado entre ellas. Cuando detecta que la presión supera un nivel específico envía una señal a un dispositivo inalámbrico de transferencia de energía, también incluido en la lente, que libera un fármaco llamado brimonidina que reduce la acumulación de presión.
Los componentes de estas lentes de contacto “inteligentes” no interfieren con la visión del portador y su uso, de acuerdo con los investigadores, es equiparable al de cualquier otra lente de contacto. Son suaves, no irritan y no necesitan de ningún tipo de fuente de energía adicional.
Las lentes han sido probadas con animales, cerdos y conejos, con éxito, pero aún no con humanos, fase que actualmente planifica el equipo que también señala que pueden ser útiles en el tratamiento de otras enfermedades oftalmológicas. (elmundoalinstante.com).