Somos pecadores inrredentos, por naturaleza. Dios misericordioso, se apiada de todos los mortales, pero no entramos en razón para corregir el rumbo de nuestro actuar. Vivimos de desastre en desastre. La naturaleza no se apiada de las mortales, terremotos, tsunamis, veranos intensos, inviernos inclementes, huracanes, tornados, en fin todas las plagas de las que habla la Biblia y nos inmutamos solo hasta que nos llegue.
Hay que reflexionar y hacer un alto en el camino, para revisar nuestros procederes y hacernos el propósito de rectificar todo aquello que en nuestro entender no sea lo correcto.
Se podría conformar un decálogo de buenas intensiones: honestidad, lealtad, solidaridad, amor y temor a Dios y por ende al prójimo, respete, acatamiento a la ley, convivencia, caridad con loe desposeídos los ricos que sean menos ricos para hacer a los pobres menos pobres, en fin ser humanos, ser auténticos cristianos.
Hoy estamos viviendo en carne propia una de las «Plagas» más desbastadoras, el invierno, que según predicciones, va para largo. Sin reponernos del anterior invierno donde a decir verdad los entes gubernamentales les falto mayor acción, aunado al irregular manejo de los recursos en algunos de los departamentos y por carecer de sentido de pertenencia, acumulamos más dolor, miseria y frustración.
Es menester unimos todos para ayudar a los compatriotas, que sufren la tragedia desbastadora, que los han dejado en la calle, sin vivienda, ni enceres ni recursos para el digno vivir, «hoy por ti mañana por mí». Es hora que las grandes Empresas, los Bancos que publican ostentosos balances, sin acordarse que los Colombianos fuimos solidarios en sus crisis y que con nuestro apoyo lograron salir de ella, es hora del «reciprosite», asumiendo tareas de reconstrucción y darles esperanzas de vida a tantos desposeídos, si así lo hiciere Dios les pague.
Ojo, señores Gobernadores y Alcaldes, son ustedes los Funcionarios de primer orden, para estar y poner sobre aviso a las poblaciones, ante la contingencia de desastre «Inundaciones y avalanchas», para evitar pérdidas humanas y de todo orden. No podemos repetir la tragedia de Armero. Un buen ejemplo nos han dado los funcionarios de Utíca, gracias a su diligencia y oportuna voz de alerta evitaron muchos muertos.
Tenemos que reconocer que en nuestra infraestructura se quedo en el siglo XX, no hay una política y ejercicio serio, sobre el manejo de las cuencas y el desarrollo de los ríos, cañadas, quebradas y afines, muchos desbordamientos se hubieran podido evitar si las entidades encargadas de estos manejos, hubieran ejercido el mantenimiento técnico requerido.
El gobierno del Presidente Santos que ha demostrado interés en acertar, desde ya debe integrar un comité que haga el inventario real, con los que saben de la materia, para asumir el programa de reconstrucción y de rectificación para un buen manejo tanto de reforestación, como del nacimiento de nuestra red hídrica.
P.D
Muchos candidatos y… otro tanto de Candidotes
En observancia de la reforma política y con miras a las elecciones de Octubre, los partidos políticos han adelantado el proceso de inscripción de los aspirantes, a las Gobernaciones, Alcaldías, Concejos y Ediles, Muchos y muy variadas han sido las listas y en no pocas ocasiones encontramos unas verdaderas «perlas», de presuntos aspirantes que sin ningún mérito, trabajo o acción han colocado sus nombres como Candidatos a diferentes dignidades. Es válido ejercer la Democracia. Pero lo que no se pueda admitir, es el exceso, de creer que podemos aceptar abusos en los mecanismos que nos otorgan las instituciones.
En esta Semana Santa, el clamor general de todos los Cristianos, fue el de pedirle a nuestro Dios para que los secuestradores dejen en libertad a los que se encuentran en absurdo y criminal cautiverio, Los querernos a todos libres.