Punta de Lanza

Por Senén González Vélez

Que los egos no sepulten

la democracia colombiana

(Toronto, Canadá, 28 de octubre de 2024).

La Nación o se acostumbró a vivir en medio de esa escoria humana de corruptos, o se ha contaminado ya para formar parte de esta.

Cierto es que la presión social muchas veces nos hace asumir posiciones no sentidas y por ello, nos equivocamos, porque renunciamos a nuestro derecho a la individualidad, para poder decir NO y decidir con libertad por lo más conveniente y, por el contrario, pensamos más en la forma de complacer el grupo político o a los amigos, y se comete el terrible error de apoyarlos, por pena o por amistad, a sabiendas que es una apuesta perdida.

El país no se puede dar el lujo de aceptar las polarizaciones, y menos en estos momentos, porque está en juego la democracia, el Estado de Derecho y toda la tradición republicana que conquistamos con la independencia, a sangre y fuego.

El que salga elegido de la convención de la oposición, debe ser el único, y sobre él, debe recaer toda la unión nacional para respaldarla o respaldarlo. Aquí no debe haber dudas de ninguna clase, ni pretensiones egoístas.

Quien divida en este momento, se hace responsable de la tragedia y desgracia que sufra Colombia, y llevara el estigma de anti-patriota.

Por ello, los colombianos debemos derrotar las corrientes de malandros que lideran algunos de ‘’cuello blanco’’, entre estos, las llamadas primeras líneas y sus divisiones de ataque, porque todos son especímenes que se formaron como criminales, ladrones, pervertidos, violadores, atracadores, pedófilos, fleteros, traficantes, etc.

Sabidos que buena parte de la sociedad está contaminada, no la podemos dejar sola, y la misión es traernos a los confundidos e ilusos, para que entren en razón, para que NO se repita el error de permitir otro similar gobierno que continúe la labor devastadora del actual sistema.

Por ello, la única disyuntiva que nos queda, es ceder el espacio al más fuerte, para que unidos podamos elegir como Presidente de la República, a un representante de la oposición. Y ojalá esa elección, tampoco se amañe a guiños y complacencias románticas. Eso perjudica.

Los indecisos, deben pensar que el rumbo de la patria que no va bien. Estamos obligados a salvarla. Vale advertir, que el Gobierno invertirá todos los dineros del Estado y de la mafia, si es posible, con tal de quedarse en el poder, o… para poner un ‘’calanchín’’ de su equipo, parecidos a esa corriente de ineptos que terminaron de saquear las arcas del Estado.

A él, NO le conviene perder, porque está en las mismas condiciones de Nicolás Maduro, por la cantidad de omisiones cometidas en el manejo de las contrataciones, que tocan las finanzas del Estado, en que predominó el derroche y la malversación de fondos, cometidas por el Gobierno, y que el Presidente es en cierto modo, responsable, por aquello del ‘’a sabiendas, por acción y por omisión’’.

Colombia está en la más difícil de sus encrucijadas, por haber ensayado un sistema de izquierda extrema, que ha resultado nefasto.

Nos traicionó el ingeniero santandereano, Rodolfo Hernández (Q.E.P.D.) y ahora la lupa debe funcionar milimétricamente. Ojo con aquellos y aquellas, que hoy se muestran en contra de Gustavo Petro, como la ex alcaldesa, Claudia López; el maromero ‘’Pinturita’’ y ex alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien fuera conservador y similares. Puede ser otra estrategia tipo Hernández. Seamos desconfiados. Les vemos las caras, pero no los sentimientos ni los corazones.

Lo inconcebible, y por eso es materia de alta preocupación, es que teniendo como espejo a Venezuela, hayamos dado ese paso fatal de imitarlos.

Obligatoriamente en la unión nacional está la solución

para enfrentar y derrotar a las mafias políticas, que son especialistas en unirse, al servicio de la corrupción.

No hay que olvidar que el Gobierno arbitrariamente puede disponer de mucho dinero del Estado, para invertirlo en las próximas elecciones. ¿O es que se nos olvidó el caso de los topes?

Como ciudadano independiente, desde ahora, anuncio que mi voto será por ella o él que resulte elegido a buen juicio en la convención de la oposición. La coherencia es derrotar el peligro que representa la izquierda y no polarizarnos por la terquedad y egoísmo. Hacer lo contrario, es traicionar a la patria.

A los partidos tradicionales hay que decirles que ahora tienen la oportunidad de unirse por la causa, para vencer a Gustavo Petro. Recuperen la honra doctrinaria que maltrataron por negociar conciencias. Háganlo, antes que su tradición quede hechas cenizas de la desvergüenza y la maldición eterna.

¿Será que en la derecha hay izquierdistas camuflados?

¡O nos unimos, o nos jodimos y nos hundimos!