Punta de Lanza

Por Senén González Vélez

Myrian De Lourdes: la dama de los ojos azules

(Toronto, Canadá, 27 de agosto de 2024)

Dentro del contexto de mi nota de hoy, quiero destacar la formación profesional de Myrian De Lourdes, diseñada en gran manera, por la maravillosa promotora de la cultura, doña Judith Porto de González, como también de don Víctor Nieto Núñez, que sintió por nuestra actriz cartagenera, gran respeto y admiración, a quien consideraba, además de versátil, integral.

Hoy la figura central de mi columna, es Myrian De Lourdes, a quien admiro profesionalmente, y de ella he aprendido como se batalla ante la adversidad.

Cartagena de Indias, es una de las cunas de la cultura más importantes de Colombia, pero también de la indiferencia, la ingratitud, y la malsana crítica, convertida en dardo que se ve y, se siente de modo más elocuente, cuando la cuña proviene del mismo palo.

Pero … parece que soplan vientos sanos, por lo que se abren caminos para retomar el cultural y prestigioso legado que otrora nos dejaron los grandes humanistas, pintores, poetas, y músicos de la ciudad, que le dieron un estatus a Cartagena de culta.

De una parte doña Judith Porto de González, culturizó y concientizó sobre la importancia de la cultura, y del otro lado, don Víctor Nieto Núñez, padre, creador, promotor e incansable motor del Festival de Cine de Cartagena, quien le dio estatura a nuestros artistas cartageneros, que no ocurre hoy día, que como dicen, la ciudad se trasnocha más por los acentos foráneos que por el golpe sonoro del Caribe.

He querido comenzar este ciclo de reconocimientos, con Myrian, a quien conozco desde que era una niña. Por eso puedo afirmar, que es un admirable ser humano y una excelente y verdadera actriz que mostró su capacidad, idoneidad y eficiencia, en el arte a través de la televisión colombiana, a través de R.C.N y CARACOL.

Myrian De Lourdes. (Imagen: El Universal – VBM).

Se destacó como extra y protagonista principal en numerosas novelas, como El señor de los cielos, Mentiras perfectas, Diomedes el Cacique de la Junta, Mujeres al límite, Sinú, río de pasiones, Sobreviviendo a Escobar, Love Motel, Pasiones Secretas, Gallito Ramírez, Café con Aroma de Mujer, Sueños y Espejos, María de los Ángeles, Historias Unitarias, Chepe fortuna, Donde carajos está Umaña, La vida de Rafael Orozco, Padre e hijos. Jeremías, Mujeres mías, Pasiones secretas, Señora Isabel, Castillo de naipes, Tierra de cantores. Y … la última, Tan lejos como puedas. Además del admirable trabajo tras de cámaras, o como quien dice, el minucioso oficio de supervisar la producción en «cámara y acción»,

hizo teatro, y también ejerce en las artes plásticas. Enseña la dramaturgia con excelente pedagogía de fácil aprendizaje.

Myrian en el lienzo plasma maravillosamente sus emociones e impresiones sobre el entorno social, que traslada al tejido de la tela, con sus trazos de curvas y lineales asociadas a figuras geométricas de modo abstracto, cuyos mensajes, a mi manera de ver, reflejan los diversos comportamientos humanos. En sus poemas, se siente la grandeza de su espiritualidad, y la dulzura de sus nobles sentimientos. Además, ella de por sí, es un poema.

Es una gran escritora, muy amena, y profesora de arte. Escribió todo el argumento: “Torrecillas” de la Telenovela GUAJIRA; como también, muchísimas piezas para teatro, que sobrepasan la decena. Le encanta la historia, y la relata con admirable memoria, acompañada con la expresión física y el lenguaje de sus ojos, que le dan vida, dinámica, a cada episodio que relata. Habla como si estuviera actuando, y tiene un fuerte magnetismo que atrae. Socializa muy fácilmente.

Es una gran conductora, (asesora o como dicen en inglés, coach) que enseña cómo romper el hielo y la forma de ganarse el público, venciendo los miedos ante el ‘monstruo de las mil cabezas’.

Su trato es dulce y su mirada azul penetrante. No obstante, dicen que es cruda para decir la verdad. Su vocabulario es limpio, pero cortante, mordaz ante la imprudencia, que sentencia desconcertantemente con una despampanante carcajada, que impacta, porque así como puede ser de alegre, también lo hace con burla o satisfacción.

Desde pequeña demostró una precoz inteligencia, con respuestas y reacciones rápidas.

Su carácter es arrollador, y nada le fue obstáculo para imponerse ante una sociedad cerrada. Por ello, actuó a su manera, conservando su estilo, y su amor propio, que fue visto como muy novedoso para la época, pero atrevido y rebelde, ante una sociedad conservadora como la Cartagena de ayer, en la que las familias estaban ceñidas absolutamente a lo tradicional en extremo, lo que no fue obstáculo para que Myrian, impusiera su temple, que no se contrapuso a los principios, ni menos a su estética espiritual, porque siempre ha sido coherente.

La Cartagena hipócrita del pasado, la que estuvo movida e inspirada por las vanidades de la absurda alcurnia, hoy en decadencia, hicieron caso omiso del valor y las dimensiones del ejercicio del arte dramático, que provino de los griegos. Equivocadamente tal vez pensaron que eso era oficio para extranjeros, o para la clase baja o media, pero jamás para los de alcurnia, porque se convertían en una desvergüenza, tal cual, como ocurrían con los hijos nacidos con defectos por natura, los que, a muchos de ellos los encerraban y los aislaban. ¡Que infamia! La ciudad era y es, un círculo cerrado.

Las conductas de las pasadas generaciones de la clase dominante de la época, no podían negar los efectos heredados de la miserable inquisición, de las que tampoco escapan, los que hoy, por las heridas del pasado histórico, las actualizan como pretexto para fomentar el racismo, el esclavismo y la lucha de clases. Es el ego, que solo guarda un enorme complejo de inferioridad.

Por ello, Myrian, en su tiempo y para su edad, dividió en dos partes su generación dentro y fuera de su estatus social, creando la libertad de expresión a través del teatro, logrando espacios de admiración en todos los círculos.

No sé por qué la sociedad de Cartagena se escandalizó con algunas de sus celebridades, como el caso para aquel momento, de mi amiga Carmenza Gómez Galofre, mujer de gran talante artístico, como también de Florina Lemaitre, bella mujer, además.

Nuestro Corralito de Piedra siempre se caracterizó como una ciudad culta, donde nacieron grandes músicos, poetas, escritores y pintores. ¿Por qué entonces se vería el arte dramático, como el menos apropiado para la clase alta nativa?

La ciudad tuvo al destacado maestro de teatro Alberto Llerena, al que le llamaban el hombre de tabla y el teatro. Tenía o tiene, en el Centro Amurallado, su sala de actuaciones para enseñanza y aprendizaje de nombre: LA RECULÁ DEL OVEJO. Allí se reunían todos los teatreros.

El centro de enseñanza se pudo destacar mucho, sin necesidad de meterle tinte político, para que no apareciera como centro de adoctrinamiento, y menos, como estímulo de odios racistas o esclavistas.

Parece que la esclavitud es la musa para las inspiraciones y no la frescura de la libertad como hálito de fuerza y esperanza, que es la que nos debe inspirar.

Decía el inolvidable dramaturgo, Jacinto Benavente, uno de mis escritores favoritos: “Es tan fea la envidia, que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosa, que cuando pretende disfrazarse de justicia”.

Admiro, por ejemplo, la labor de mi gran amigo, Marco Antonio Contreras, quien se dispuso mostrar a la Colombia positiva, con el corto metraje: COLOMBIA EXPLORA COLOMBIA. Eso es lo que necesita el país, arte sin odios.

Un año antes del nacimiento de Myrian De Lourdes, 1957, llegaron a Cartagena de Indias, numerosos maestros provenientes de Europa, invitados por la Dirección Publica Departamental de Bolívar, la que paso a llamarse Escuela de Bellas Artes. Estaba Juan de Peñalver Laserna, profesor de arte. Dramaturgo español que fundó el Teatro Experimental de Cartagena en 1958. Dejó una conciencia teatral de la clásica. ¿Qué pasó con esa línea de enseñanza?

Recordar a Pierre Daguet, su obra pictórica y su restaurante, es un placer, cuya dimensión humana lo distinguió siempre como gran caballero. Su arte brotaba tanto por el gourmet en la exquisitez de sus platos, como por la majestad de sus obras.

El maestro catalán, Alejandro Obregón y su estilo inigualable. ¿Dónde quedó esa Cartagena maravillosa y sus descendientes? ¿Qué pasó con las actividades del Teatro Heredia?

Conocí en los años 1960 a Jiri Pitro, de nacionalidad checoeslovaca, mi gran amigo. Fue director del Instituto musical durante de 10 años. Su especialidad, el violonchelo. La Universidad de Cartagena fundó en el año de 1961 el coro de la Universidad, que tuvo gran renombre, y Pitro fue su primer director. ¿Qué ocurrió con esa época de brillo cultural y académico de la universidad? Todo se politizó.

Es fácil entonces deducir que la esencia vocacional de la ciudad de Cartagena es cultural, pero se dañó, cuando permearon sus valores, para volverse corrupta por la intromisión de la mala política. Las instituciones de fomento del arte, fueron tocadas por la corrupta clase política para utilizarla como plataforma para la diversidad de ideologías, inclusive, las de género.

¿Qué ha pasado con Tele-Caribe, que bien pudiera ser vitrina para que se destaquen los mejores exponentes de todas las artes, y no propiciar la selección a dedo creando una división de regiones?

Y volviendo a nuestro personaje principal, Myrian se futurizó en el tiempo, y se preparó para el hoy. Los tabúes y las aprensiones, son el peor duende que persigue a los camanduleros, los que detrás de bambalinas resultan ser los más consuetudinarios pecadores. !Ahí surge la doble moral!

Destacó de Myrian De Lourdes, su preocupación por defender de modo equitativo, los roles de la mujer dentro del marco del pudor y el orden natural para lo cual, ambos, hombre y mujer, fueron concebidos.

Myrian ha sabido desarrollar de manera admirable las funciones de la supra conciencia, para saber ser consiente, y poder diferenciar lo bueno de lo malo, y de la misma manera, transmitirlas en sus reflexiones como admirable docente.

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