Paz así sea en secreto

Se abrió el debate nacional e internacional sobre posibles negociaciones de paz con las Farc, ya sean dentro de nuestro territorio o en un país amigo, que esté dispuesto a permitir los diálogos, que desde varios sectores –ex presidentes Samper y Pastrana- se han sugerido, como un nuevo esfuerzo para sacar a esta ensangrentada y sitiada patria, del conflicto.

Son pocas las fuerzas que se le miden a este intento, porque gran parte de los colombianos se niegan a creer en las propuestas de una guerrilla, que tradicionalmente se ha negado sinceramente a dialogar, con la generosidad que lo hizo, la de El Salvador.

Son muchos los errores que hemos cometido y que nos han llevado al actual estado de cosas. Por ejemplo, en varias oportunidades se le ha dado la espalda a una reforma agraria integral, para atenuar la lucha de clases en el campo. Siempre se ha admitido un reparto de tierras estériles, áridas e infértiles, para los labriegos, dejando las ubérrimas y feraces para los tradicionales terratenientes, guerrilla y paras, que a través de maniobras non sanctas, han despojado de sus parcelas a los campesinos pobres. Para descalificarlos, les “cuelgan” el cartel de malos administradores, incapaces, ineptos e inútiles. AIS, es un claro ejemplo de ello. “Solo los ricos pueden explotar la tierra”, dicen.

Posiciones como esas, son el principal abono para la inconformidad, que guerrilla y grupos al margen de la ley, aprovechan para despojarlos y desplazarlos de sus terruños, o en el mejor de los casos convertirlos, en sus peones. Guerrilleros, paramilitares, bandas criminales, ciertos terratenientes, obligan a estos compatriotas a desplazarse o morir.

De ahí la importancia de encontrar la fórmula que permita vislumbrar la agenda de paz, sea interna, externa, pública o secreta, como parecen ser las que avanzan utilizando las precarias propuestas de Timochenko.

La situación apremia. Es urgente buscar los espacios de diálogo y caminos de reconciliación, pero difícil, si nos atenemos a lo que ocurre con el M-19, al que la caverna no quiere concederle el perdón y el olvido, que nuestras leyes le han dispensado.

Hay que darle una salida al “nudo gordiano”, que nos retrasa cualquier proceso de paz.

BLANCO: La designación de Hernando José Gómez, como Zar del TLC. Es uno de los pocos colombianos que puede impulsarlo con provecho.

NEGRO: El “cartel de los más buscados”, está lleno de “no buscados”.

gabrielortiz10@hotmail.com

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