Por Víctor G. Ricardo
Tuve la oportunidad de asistir a un foro convocado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, y otras empresas y gremios, en la ciudad de Barranquilla sobre el ‘offshore’, la exploración de hidrocarburos en el mar Caribe. El propósito de esta convocatoria es la de preparar a la región para los nuevos descubrimientos de gas y petróleo que puedan encontrarse en los contratos que el Gobierno de Colombia firmó en 2019 – después de cinco años sin haber firmado contratos de exploración y producción – con algunas empresas de talla mundial como Shell, Repsol, Noble Energy, Exxon Mobil y Ecopetrol.
Varios mensajes me quedaron claros. El primero, es que para el año 2040, según los últimos informes de la Administración de Información y Energía de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), los combustibles fósiles seguirán siendo la principal fuente de energía del mundo. Para que los países en vías de desarrollo, principalmente China e India – también Colombia – prosperen y 2,5 billones de habitantes pasen de la pobreza a la clase media, el mundo necesitará en un 50 % de los combustibles fósiles: gas, petróleo y carbón.
Otro mensaje claro fue entender que la llamada “transición energética” es un proceso que tomará muchos años, dado que requiere de cambios sustanciales.
La era del petróleo demoró 40 años en instalarse en nuestras vidas y la del gas 50. El gas, además, es un combustible fósil que debe incluirse en dicha transición, dado que es más limpio. Un ejemplo de esto es la reducción de emisiones de CO2 en EE.UU., por el incremento de la producción de gas no convencional, obtenido mediante la polémica técnica del ‘fracking’. Algo que me sorprendió, pues los ambientalistas critican esta tecnología y en Estados Unidos, gracias a ella, se vuelven autosuficientes en materia petrolera y además de eso reducen sus emisiones de carbono.
La presidenta de Shell Colombia, Ana Duque, por su parte, explicó por qué es necesario crear la demanda de gas en Colombia para hacerlo viable. Pues no es solo encontrar gas, es hacerlo comercial.
Por su parte, el presidente de la ANH, Luis Miguel Morelli, aseguró que el país necesita «sembrar las semillas del petróleo» mediante una exploración intensiva, dado que la cosecha demora muchos años. Morelli aseguró que tenemos ante nosotros el fantasma del desabastecimiento, debido a la caída observada en la vida media de las reservas de gas del país, que por primera vez se ubicó por debajo de los 10 años, en 9,8 años, con corte a 31 de diciembre de 2018 – y de mantener esta tendencia, las finanzas públicas se verían en aprietos.
La producción de hidrocarburos ha representado el 36 % de las ventas externas del país en las últimas dos décadas, una proporción que asciende a 41 por ciento entre enero y julio de 2019. El sector ha aportado, en promedio, el 14 por ciento de los ingresos corrientes del Gobierno. Así que me queda claro que Colombia no puede bajar la guardia en esta materia y debe reponerse a años de descuido.
Con la subida del dólar frente al peso, no cabe duda que ahora internacionalmente somos más pobres que antes, aunque haya personas encargadas de convencernos que esta situación ayuda a los exportadores lo que no deja de tener beneficios económicos para algunos, pero consecuencias graves para la mayoría de las personas.
Hoy en día los recaudos económicos por la exportación de hidrocarburos en Colombia son parte esencial de nuestra economía. Se imaginan ustedes si se acabaran las reservas de petróleo y gas y nos tocara importar, ¿de donde sacaríamos el dinero para hacerlo?
En la costa, en el Piedemonte llanero y en el Putumayo, hay posibilidad de producir más petróleo y gas. Así mismo, en alta mar también hay muchas posibilidades de hallazgos. Ojalá las empresas que han sido beneficiarias de los nuevos contratos pronto nos den buenas noticias; como Noble Energy y Shell, que a finales del primer semestre de 2020 perforarán el pozo más profundo en costa afuera en Colombia.
Y lo lógico sería que escogieran instalaciones que hay hoy en la Guajira como sede de los servicios offshore ya que es la zona más cercana a las posibles explotaciones y servirá como un polo de desarrollo a una región que lo necesita y requiere.