Por: Antonio Andraus Burgos
Y para los Dodgers, admiración y profundo aprecio, en medio de la tristeza que vive su afición. Los 55 años de espera de Houston para ganar la Serie Mundial. Y el pelotero Más Valioso, con una combinación latina-norteamericana.-
Lo que era una aparente ventaja por jugar en casa cuatro de los siete partidos, se constituye, de ahora en adelante, en un formato válido para las confrontaciones de las Grandes Ligas, algo que poco se tenía en cuenta en una época no muy lejana.
Pero un punto más válido aún, es pensar en que el trabajo de los peloteros, dentro de las posibilidades, debe estar de acuerdo con sus capacidades y condiciones físicas, para no llegar al agotamiento en la etapa decisiva, en los momentos cruciales de los once partidos de octubre, que definen el trofeo más codiciado de la Gran Carpa.
Es que, como tantas veces se ha dicho, la temporada del Béisbol Organizado es una de las más exigentes que existe hoy día en el deporte profesional, y cuando llega octubre, cuando se clasifica para la postemporada, es ‘’borrón y cuenta nueva’’, porque todo lo que se ha hecho entre abril y septiembre, sirve como punto de referencia, como parte de la historia, pero no suma ni resta en la fase de las verdades.
Los Dodgers de Los Ángeles tienen que aplazar, por lo menos, por un año más, para sumar 30, esa angustiosa espera de poder capturar el codiciado trofeo de la Serie Mundial.
Los Astros de Houston, después de 55 años dentro del Béisbol de las Grandes Ligas —50 en la Liga Nacional y 5 en la Liga Americana—, por fin, alcanzó la gloria de conquistar el trofeo del Clásico de Otoño, en una Serie Mundial llena de altibajos, con tres juegos de los siete, sencillamente espectaculares, por decir lo menos, y con la discusión de boca en boca, de que algo está pasando con las nuevas bolas que se están usando, sin que ello signifique que la controversia pueda ir más allá de encontrarle lógica a lo que, dentro del juego, lo que es igualdad no es ventaja para nadie. Y así hay que aceptarlo.
Por cierto, los 25 ‘’bambinazos’’ de esta Serie Mundial, 15 de los Astros y 10 de los Dodgers, resaltan aun más las inquietudes sobre qué está pasando con las nuevas bolas de béisbol que se están utilizando en la Gran Carpa.
Lo mejor
Dentro del análisis que se puede hacer de esta gran final del béisbol de las Grandes Ligas, hay que resaltar que los pronósticos que se hicieron como parte de lo posible. Otra cosa es que dentro de las realidades, ello no pudo concretarse.
Pero para hablar de vaticinios, citemos que la afamada revista Sports Illustrated, en una portada de una de sus ediciones de hace más de tres años, sentenció, pronosticó, adivinó, o qué se yo, que los Astros de Houston en el 2017, serían los campeones de la Serie Mundial.
Y algo más, como para no creer, que el Jugador Más Valioso de la gran final del béisbol de las Grandes Ligas, lo sería George Springer. Las dos cosas son hechos cumplidos. ¿Cómo pudo esa revista norteamericana, con tres años de anticipación y algo más, convertir sus pronósticos en realidad? Difícil saberlo, pero seguramente hizo parte de un profundo análisis técnico-científico-deportivo para llegar a esa hoy indiscutible predicción.
Esa predicción tiene nuestros reconocimientos, y eso, no hay duda de ello, será algo que pasará a la historia del periodismo deportivo como un hecho cierto e incontrovertible de adivinanza o de pronóstico acertado.
Sin embargo, para nosotros, lo mejor de la contienda de este Otoño en el béisbol de las Grandes Ligas, es que han saltado a la cima del gran espectáculo, una serie de peloteros que estarán vigentes, por lo menos, durante una década en la Gran Carpa. Y eso no hace parte de predicciones ni de pronósticos, es la realidad que vimos sobre el terreno de juego.
George Springer, el puertorriqueño Carlos Correa, el pequeño gigante venezolano, José Altuve, Alex Bregman, Corey Seager, Cody Bellinger, el cubano Yasiel Puig, Joc Pederson, el también boricua, Quique Hernández, entre otros, hacen parte de esa lista de lo mejor con que cuenta el Béisbol Organizado, para el inmediato futuro.
Como parte de lo bueno de esta Serie Mundial, citemos también algo extra deportivo, pero que va como anillo al dedo de lo que es el respeto dentro del béisbol.
Después de ser sancionado por la organización de las Grandes Ligas, el pelotero cubano Yuli Gurriel, en su primer turno al bate frente a Yu Darvish, el abridor japonés del séptimo y decisivo juego de la Serie Mundial por los Dodgers, le ofreció disculpas públicas, haciéndole una reverencia al descubrirse con su gorra y hacer una inclinación de respeto para con el pelotero asiático. Todo, por una aparenta ligereza del cubano en el tercer juego, cuando después de conectarle un cuadrangular en el estadio de Houston, intentó mofarse de la silueta física del jugador japonés.
Lo aprovecharon todo
Pero volvamos a ésta cerrada y sensacional Serie Mundial que acaba de culminar.
Los Astros se aprovecharon de todas las oportunidades que les dieron los Dodgers, y rompiendo los vaticinios y conjeturas, fueron más agresivos tanto a la ofensiva como a la defensiva que sus rivales de turno, bateando oportunamente, respondiendo con mejor béisbol y entregándose por completo por la causa.
En la novena de Houston, ese núcleo de George Springer, bateando para 379 y 7 remolcadas; Alex Bregman, con 233 y 5 empujadas; José Altuve, con 194 pero con 6 remolcadas; Carlos Correa, con 276 y 7 impulsadas; y Yuli Gurriel, con 214 y 4 producidas, ¡ah! difícil que era transitar para los lanzadores angelinos, a la hora de encararlos. Más complicado aún, cuando estaban circulando por las almohadillas.
Los Dodgers, en cambio, palidecieron a la ofensiva con Corey Seager, con 222 al bate, apenas 4 remolcadas y 9 ponches; Justin Turner, con 160, 2 impulsadas y 4 ponches; Cody Bellinger, con 143, 5 remolcadas y nada más ni nada menos que 17 ponches recibidos; y Yasiel Puig, con 148, 4 empujadas y 4 ponches, en los momentos en que más los necesitaba su novena.
Los Dodgers mantuvieron con jerarquía la calidad de su cuerpo de lanzadores relevistas, pese a que Kenley Jansen perdió el crucial quinto desafío, que pudo ser la gran diferencia de la Cita de Octubre para su club. Pero sus abridores carecieron de la profundidad necesaria para por lo menos, permanecer en la loma de los sustos, los cinco primeros episodios en los juegos en donde les correspondió actuar.
Las cifras no engañan. Los abridores de los Dodgers manejaron un 5.52 de carreras limpias por juego, contra 3.72 de los Astros; mientras que los relevistas de Houston tuvieron 5.86 de efectividad frente a 3.57 de Los Ángeles.
El japonés Yu Darvish, quien llegó como refuerzo procedente de los Vigilantes de Texas a mitad de temporada para los Dodgers, no fue ni sombra de lo que sus antecedentes señalaban en la gran final. Fue la gran decepción, sin duda alguna. En 3.1 de episodios, permitió 9 carreras, 8 de ellas limpias, para una efectividad indeseada de 21.60.
En cambio, Justin Verlander, el refuerzo adquirido por los Astros antes de entrar a la fase final de la campaña, rindió como pocos y mantuvo en juego a su novena, pese a que no ganó ninguna de sus dos actuaciones de la Serie Mundial. Aceptó 5 carreras, todas limpias, en 12 episodios laborados, para 3.75 carreras limpias por juego.
A propósito de los abridores. Las estadísticas señalan que de los ocho lanzadores de la rotación utilizada por ambas novenas, sólo dos, Clayton Kershaw, de los Dodgers, y Lance McCullers Jr., por los Astros, pudieron acreditarse una victoria cada uno, lo que en otras palabras significa que los de la rotación no estuvieron a la altura de las exigencias de la Serie Mundial, cuando en otras épocas se constituían en la fortaleza de sus equipos en esta parte de la gran final.
El Más Valioso
Otro no podía ser. George Springer se llevó el trofeo ‘’Willie Mays’’ como el pelotero Más Valioso de la Serie Mundial.
Springer fue el hombre que relevó al pequeño gigante venezolano José Altuve, cuando éste se apagó en plena Cita de Otoño. A sus 28 años, George, quien tiene buena parte de su sangre latina, pues su madre es puertorriqueña, es el nuevo ídolo de la ciudad de Nueva Gran Bretaña, en Connecticut, se comportó como un gladiador en los momentos más difíciles para su club.
Bateando para 379, el mejor de la Serie Mundial, con 11 imparables en 29 turnos, con 5 ‘’bambinazos’’ y 3 dobletes, remolcó 7 carreras, Springer se convirtió en la indiscutible figura de los Astros en los momentos más importantes de la Cita de Otoño.
El nombre de George Springer aparecerá, de ahora en adelante, como uno de los tres peloteros que han alcanzado cinco cuadrangulares en una Serie Mundial, uniéndose al de Reggie Jackson, en 1977, con los Yanquis de Nueva York, y al de Chase Utley, en el 2009, con los Filis de Filadelfia.
Si bien es cierto que tuvo un desliz a la defensiva sobre un batazo de Cody Bellinger en el quinto juego, Springer jugó con la dimensión de un pelotero que está para dar muchas más agradables sorpresas en el inmediato futuro.
Por fin…
Y aquí nos queremos detener, para una cita que tenemos que hacer.
Los Astros ganan su primera corona de Serie Mundial después de 55 años de estar en las Grandes Ligas. Los Astros acumulan 4 triunfos frente a 7 derrotas en la Cita de Otoño. Los Astros conquistan un trofeo en medio del desastre que dejó el huracán Harvey a la bella ciudad de Houston. Los Astros por todo lo que hicieron en la campaña regular y en la gran final, hicieron los méritos para alzarse con el codiciado trofeo del Clásico de Octubre. Y desde luego, Houston está de fiesta…
Los Dodgers, el mejor equipo de le temporada 2017 con sus 104 victorias, tendrá que esperar, por lo menos un año más, para sumar 30, para capturar la corona de la Serie Mundial, que desde 1988 no alcanza. Y puede hacerlo, porque cuenta con una nómina de lujo que tiene con qué hacerlo.
Pero hay algo más de esta Serie Mundial para exaltar. El anillo de Serie Mundial que por fin llega a las manos de un formidable, sensacional, generoso y ejemplo de persona y pelotero, como lo es el puertorriqueño Carlos Beltrán, quien a sus 40 años, lo conquista, después de una indiscutible y brillante carrera en la Gran Carpa, y quien va camino al Salón de la Fama. No podía retirarse sin haber probado la miel de la victoria en el Clásico de Octubre. Eso le faltaba y lo obtuvo en el final de su paso por las Grandes Ligas.
Bien por los Astros. Bien por los Dodgers, pero aún mejor, por Carlos Beltrán, un pelotero latino que merecía desde hacía muchos años ese anillo de Serie Mundial.
Dijimos antes de que se iniciara la Cita de Octubre que unos inspirados Astros estaban dispuestos a dar la gran sorpresa, porque tenían las ansias de ganar no sólo su primer partido del Clásico Otoño, después de cuatro derrotas en fila india en su primera cita de fin de año en el 2005, jugando por la Liga Nacional, frente a los Medias Blancas de Chicago, de la Liga Americana, sino conquistar el trofeo del clásico. Y fue, sin duda alguna, una agradable sorpresa verlos jugar como lo hicieron y en la forma en que lo conquistaron.
¡Todos los honores para los Astros! Y para los Dodgers, nuestra admiración y profundo aprecio.