El béisbol es el deporte más enigmático que se pueda jugar. Colombia queda por fuera de este Clásico pero volverá al próximo.
(Phoenix, Arizona).
Se esperaba una mejor actuación, hay que decirlo; pero las cosas no salieron como se había previsto.
El béisbol es uno de los deportes mas enigmáticos que se practica en este era moderna del mundo, porque todas las explicaciones son válidas; pero las derrotas no tienen dueño.
Sin contar con tres de sus lanzadores de primera línea, como José Quintana, Julio Teherán y Luis Patiño, Colombia vino al V Clásico Mundial de Béisbol con aspiraciones de por lo menos igualar su actuación en juegos ganados y perdidos; y por qué no, en aspirar a clasificarse para la ronda de cuartos de finales.
Ese presupuesto sin tantas ambiciones era factible. Pero otra cosas sucedió con el equipo en sus presentaciones en Phoenix, Arizona, dentro del grupo C del torneo.
No hubo respuesta
Después de vencer a México en un sensacional juego de 10 candentes episodios, 5 carreras por 4, la novena que finalmente ganó el grupo; Colombia inexplicablemente se quedó sin bateo ni oportuno ni eficaz y, lo peor, en el segundo partido frente a Gran Bretaña, las cosas no salieron bien en la labor de los lanzadores, que no encontraron el camino de los buenos lanzamientos y todo se vino abajo.
Ganarle a Gran Bretaña estaba dentro de todas las posibilidades normales porque sobre el campo de juego, Colombia contaba con madurez y mejor béisbol para superar a los rivales de turno, pero el triunfo no se concretó, perdiendo el compromiso 7 carreras por 5, cuando en tres ocasiones los colombianos tuvieron la oportunidad de cambiar el tablero y colocarlo a su favor, con apenas despachar un indiscutible que, finalmente, nunca llegó.
Y luego, frente a Canadá se aumentó la carencia de una ofensiva decisiva, hasta el punto de perder el juego 5 carreras por 0, en donde los colombianos fueron doblegados por la ofensiva de sus contrincantes, pues mientras ellos conectaban 5 imparables, los canadienses sumaban 10 inatrapables en el compromiso.
Frente a USA
Pero qué distinto fue el partido de Colombia frente a Estados Unidos, donde jugaron alto pundonor, con deseos de no dejarse apabullar, jugando mano a mano todo el compromiso.
Y en este partido ante Estados Unidos, además del buen juego que hicieron, nadie pudiera predecir que hubiese pasado si Jolber Cabrera hubiese decidido llevar a la primera base intencionalmente al formidable Mike Trout con dos corredores en las almohadillas, tercera y segunda, la primera desocupada y un out colgado en la pizarra.
Había jugada de doble out eventualmente mas fácil si Paul Goldschmidt bateaba dentro del campo interior. Decidió dejar batear a Trout y este sonó un cañonazo por el bosque izquierdo que produjo 2 carreras que finalmente resultaron las ganadoras.
Goldschmidt bateó seguidamente roletazo para doble out y se acabó la entrada. Pero así es el béisbol.
Es imposible
Un equipo que no batea no gana. Eso es axiomático. De tal manera que Colombia, qué bateó por debajo de los 200 colectivamente, es poco lo que podría desarrollar en materia de ataque.
En sus cuatro presentaciones, la novena colombiana conectó 25 indiscutibles, para un raquítico promedio de 6.25 inatrapables por juego, y ofensiva de apenas 192, ocupando el puesto 17 entre los 20 participantes de la rueda clasificatoria; fabricó apenas 12 carreras, para promedio de 3.0 carreras por partido; recibió 10 bases por bolas, para 2.5 por encuentro y 33 de sus hombres abanicaron la brisa, para 8.25 ponches por desafío.
Con esos numeritos, disparando apenas 5 dobles, ningún triple y 2 cuadrangulares —uno de Reynaldo Rodríguez y el otro de Dilson Herrera —, poco es lo que se podía esperar de la novena que, además, se vio mermada al interior por desacuerdos que vinieron a aflorar sobre la últimas horas, algo que deja mucho que desear entre profesionales del deporte.
Para algunos peloteros, el descanso dominical después de la victoria frente a México, no fue lo mejor para el equipo. En los dos siguientes encuentros, la novena colombiana se mostró apática, apagada, sin encontrar ritmo de juego y sin poder ofensivo.
¿Hubo disipación en su quehaceres cotidianos en esa jornada de descanso? Sólo ellos, los peloteros, lo pueden responder.
Jugadores como Harold Ramírez, de 15-2 para 133 sin ninguna carrera empujada; Gio ‘La Muralla’ Urshela, de 14-0, para 000 y 1 remolcada; Jordan Díaz, de 10-0, 000 y ninguna impulsada, por ejemplo, no tuvieron a la altura de lo esperado; mientras que Oscar Mercado, con 4 indiscutibles en 13 turnos para 308, con 1 carrera empujada; Reynaldo Rodríguez, el mejor sin duda alguna, con 5 imparables en 16 turnos, para 313 de promedio y 5 remolcadas; Dayan Frías, de 13-3, para 231, con 2 impulsadas; y Jorge Alfaro, de 15-4, para ofensiva de 267, con 4 anotadas, cumplieron en medio de lo poco que pudo ofrecer la novena.
¡Ah! y no se olviden: Colombia no alcanzó a estafarse ninguna base en los 4 partidos del torneo. Eso se necesita, y mucho, cuando hablamos de béisbol. Intento hubo, como lo hizo Oscar Mercado, pero fracasó en sus acciones.
Muy bien Nabil Crismatt; Willian Cuevas hizo lo suyo; Guillermo Zúñiga mostró bastante de lo que tiene en su brazo, y en términos generales, sin contar con por lo menos dos abridores de brazos reconocidos, como hubiese sido José Quintana, Julio Teherán y Luis Patiño, el cuerpo serpentinero pudo cumplir con la responsabilidad que tenía por delante.
En los 36 episodios que laboraron los lanzadores, tuvieron registro de 4.75 carreras limpias por juego, con 1 ganado y 3 perdidos, con 19 carreras limpias aceptadas, con 33 indiscutibles, incluyendo 3 cuadrangulares; entregaron 18 bases por bolas y con sus envíos abanicaron a 37 bateadores.
Para la próxima
Colombia tendrá ahora que luchar por su casilla para volver al Clásico que se hará en el 2026, participando en la ronda eliminatoria, porque al quedar de último en la tabla de posiciones del grupo C, debido a que gran Bretaña que concluyó con 1 victoria y 3 derrotas, lo mismo que Colombia, pero adquiere la cuarta posición, porque derrotó a la novena en el partido de grupo y por lo tanto, quedó por encima de la representación cafetera.
Hay buen material humano en el béisbol colombiano, no lo duden un instante; se cuenta con una gran proyección por la ‘nueva sangre’ que viene jugando en las divisiones menores de las Grandes Ligas, pero para ese inmediato futuro, hay que trabajar desde ahora, para pensar en grande y jugar mejor.
El equipo colombiano tenía la calidad suficiente con el puñado de peloteros que reunió, para esperar mejores frutos. No se dieron los resultados. Y para la próxima, muchas cosas pueden mejorar, especialmente si el ‘bache’ ofensivo de sus bateadores no se vuelve a presentar, precisamente, cuando se está en el torneo.
En los juegos de entrenamientos, frente a los Atléticos de Oakland y ante los Medias Blancas de Chicago, jugó mejor béisbol por parte de Colombia, lo que hacía presagiar mejores resultados ya en las disputas de los partidos del torneo. En otras palabras, había ilusión. Nos quedamos en eso, en ilusiones.
Pero la ‘pólvora’ se mojó cuando menos se necesitaba, y las consecuencias no fueron otra de que los rivales pudieron superar en el campo de juego al equipo colombiano que, con tremendo material talento con que se contó, no se pudieron concretar victorias importantes en este clásico.